Se ha roto un paisaje
José Antonio Vera, desde Asunción
26.04.2023
Hoy, en este fin de abril, cuando una pertinaz lluvia me convocó a emprender una segunda lectura del muy trabajado libro de investigación académica, “Los árabes y sus descendientes en Paraguay”, me llegó la triste noticia del fallecimiento, en Uruguay, su segunda Patria, de su autor, Alejandro Hamed Franco.
Una dolorosa, inmensa pérdida para los pueblos que luchan para emanciparse, desde el Continente Americano hasta los confines asiáticos y, de manera muy especial, de la Palestina, invadida y desgarrada por la acción genocida del sionismo israelí, y por la complicidad hipócrita de las grandes potencias, esas mismas que, nomás ayer, condenaban el apartheid y hoy lo sostienen.
Alejandro se ha ido envuelto en una montaña de flores blancas, testimonio de la estima y el reconocimiento que supo sembrar y cultivar en su fructuosa vida de historiador, escritor, periodista, locutor, folklorista, guitarrista, cantor y diplomático. Qué más?. Comprometido desde siempre contra la injusticia social. Y un buen amigo.
Primer paraguayo egresado de la Facultad de Humanidades y Ciencias de Uruguay, con carnet de estudiante firmado por el insigne Carlos Vaz Ferreira, retornó a su país natal y se doctoró en Historia en la Universidad Nacional de Asunción, pasando a ejercer la docencia en varias instituciones de enseñanza superior, en varias ciudades del país, formando jóvenes en el pensamiento crítico, en medio de la represión de la tiranía estronista.
Coordinó varios proyectos de la UNESCO para Paraguay, Uruguay y Chile, e ingresó a la diplomacia rubricando la apertura de Embajadas de su país en el mundo árabe, esa región con más de 300 millones de habitantes, ignorada desde siempre por la inepta y sometida Cancillería paraguaya.
Por primera vez, este país tuvo representación permanente en el Líbano, Siria, Jordania, Emiratos Arabes Unidos, Egipto, Argelia y Marruecos.
Trabajador incansable en el debate ideológico, con admirable tozudez por hilvanar las culturas árabes y suramericanas, e infinita tolerancia ante las diferencias subjetivas y doctrinarias, que van desde el Corán a la Biblia, advertido quizás, por Paul Valery de que "En Occidente, el saber se transforma en poder, mientras que, en Oriente en sabiduría".
En el 2008, cuando se produjo la victoria popular que llevó a la presidencia del Paraguay al exObispo Fernando Lugo, Alejandro fue designado Canciller Nacional y, al año siguiente, designado asesor en política internacional, hasta que pasó a representar a su país en la ALADI, con sede en Montevideo.
Alejandro Hamed, hizo suyo (versión algo adaptada), el verso árabe que reza "Me inyectaron toda el alma con la sangre del Oriente y, si hablo en castellano, pienso y sueño en guaraní".
En su producción literaria, destacan, además del mencionado estudio sobre los árabes y sus descendientes en Paraguay, 2) "La Intifada Palestina y su poesía", 3) El Islam diferente, 4) "Contribución de los hombres de la Nahda (renacimiento) al proceso emancipador de Egipto". También es coautor del libro "El nasserismo y la revolución en el tercer mundo", secuestrado en Uruguay por la tiranía cívico-militar y prohibida su difusión en Paraguay.
De inmediato a conocerse la infausta noticia, un amigo libanés me preguntó si "existe en la naturaleza algo que pueda explicar por qué muere tanta gente digna, decente, útil para la sociedad, frente a tan pocos individuos explotadores, mezquinos, angurrientos, torturadores, inhumanos, que siguen gozando de la vida?".
La muerte continúa llevándose en el mundo a millones y millones de personas por combatir esas maldades y otras, que son muchas, víctimas de las guerras y el hambre, esa otra vieja forma de exterminio, que lanza el poder enemigo del bienestar humano.
Hace 11 siglos, dijo un poeta anónimo árabe-andaluz, que tanto gustaba recitar Alejandro, En estos días de luto, se hace carne:
Se ha hundido el sol (Kuarahy oñapymi)
Casi ha cesado el viento (Ocalmave ybytu)
Y la luna es apenas el filo (Rehecha yasy pyahu)
De una moneda de plata (Icarapá poí-mi).
José Antonio Vera Arenas
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias