PERO NO ESTABA VIVO

Encuentran dinosaurio en una caja mal archivada

18.05.2011

ESPAÑA, 18 May (UYPRESS) – Una nueva especie de dinosaurio que habría vivido en Teruel hace unos 125 millones de años acaba de aparecer en una caja, en la que estaban los restos mal clasificados desde hace casi cuarenta años.

Luego de haber pasado casi cuarenta años mal descritos en algún anaquel del Museo del Jurásico de Asturias, los restos de dinosaurio, de un género y especie desconocidos, salieron a la luz para cambiar el panorama conocido de la paleontología española.

Su descubridor, el paleontólogo del Museo del Jurásico de Asturias José Ignacio Riz-Omeñaca, le ha dado el nombre de macasaurio (porque fue hallado en el yacimiento turolense de La Maca). El macasaurio era un dinosaurio herbívoro que andaba tanto sobre cuatro patas como sobre dos. Su cadera y sus vértebras muestran que podía superar los diez metros de largo y pesar 3.500 kilos. Este dinosaurio, del grupo de los ornitópodos, caracterizados por tener tres dedos en lugar de dos, como el T-rex, vivía en un Teruel cubierto de bosques tropicales y grandes ríos, donde también había tortugas, cocodrilos y pequeños mamíferos.

El estudio del macasaurio, en el que, según los medios españoles, Ruiz-Omeñaca ha centrado su tesis doctoral y cuyos detalles publica ahora la revista Estudios Geológicos del CSIC, impone un giro inesperado a una historia que comenzó en el verano de 1958, cuando un vecino de Galve, muy cerca de La Maca, encontró los huesos en liza. La zona era muy rica en restos fósiles, y los lugareños estaban familiarizados desde niños con estos hallazgos.

Aunque según él, en tiempos del franquismo no se hablaba de dinosaurios, su descubrimiento del que ahora se llama macasaurio (vértebras, costillas y la cadera izquierda) mereció la atención del periódico Lucha (hoy Diario de Teruel).  La noticia alertó a su vez al Instituto de Estudios Turolenses, que inició las excavaciones de La Maca con ayuda de expertos de la Universidad de Utrecht (Países Bajos) ese mismo año.

Los restos fueron enviados al Museo Provincial de Teruel y, ante las dificultades para identificar los fósiles, el Instituto requirió la ayuda de Albert de Lapparent, un cura francés experto en dinosaurios. De Lapparent visitó el yacimiento un año después y, en 1960, adscribió los restos a la especie Iguanodon bernissartensis, descrita en 1881. El trabajo del francés, publicado en la revista Teruel, fue la primera monografía de dinosaurios publicada en España, explica Ruiz-Omeñaca.

Los fósiles se metieron después en cajas que acabaron "semiabandonadas" en el almacén del Museo Provincial de Teruel. "La cadera estuvo perdida hasta 2001, cuando el museo se topó con ella reordenando las cajas", recuerda Ruiz-Omeñaca. Esa fue la pieza que le dio la clave para enmendarle la plana a De Lapparent. "La punta de la parte anterior de la cadera está retorcida hacia dentro, algo que no se ha visto en ningún otro dinosaurio", señala el paleontólogo. Tras la comparación con otros 23 dinosaurios iguanodóntidos de los que hay fósiles de la cadera procedentes de Australia, Bélgica, China, EE.UU., Japón, Laos, Mongolia, Níger y Reino Unido, Ruiz-Omeñaca concluye que la cadera de su espécimen es diferente a las demás, y que no pertenece a Iguanodon bernissartensis, como propuso De Lapparent, sino a un nuevo género y especie.

Para aliviar el golpe, el investigador la ha bautizado en latín como Delapparentia turolensis, en honor a De Lapparent.

Los expertos, sin embargo, recomiendan cautela. "Es una propuesta muy interesante", opina Luis Alcalá, director de la Fundación Dinópolis, que hoy atesora los restos del dinosaurio. Pero advierte que "Es un poco atrevido nombrar un género nuevo, habrá que esperar si se sostiene cuando se encuentre más material".

 

 

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2011-05-18T15:58:00

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