Una nueva iniciativa de la Organización Mundial de la Salud: reconocer a la Sepsis como una prioridad en salud
Homero Bagnulo y Carlos Vivas
03.08.2017
Hay enfermedades que tanto para la población como para quienes tienen responsabilidades en los sistemas sanitarios tienen una escasa visibilidad; este es el caso de la sepsis. Por eso es muy importante que en su asamblea anual la OMS haya adoptado una resolución recomendando a los países miembros que mejoren la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de la sepsis.
¿De qué estamos hablando cuando nos referimos a que un paciente está séptico?
Se trata de una enfermedad grave que amenaza la vida, que habitualmente se interna en áreas de Cuidado Intensivo y que presenta una mortalidad que oscila entre un 15 y un 50% dependiendo de sus diferentes presentaciones. Es una alteración del funcionamiento normal de diferentes órganos (pulmón, riñón, sistema nervioso, hígado, etc) que resulta de un foco infeccioso que afecta a distancia a los órganos señalados. El mecanismo por el cual estos se afectan es solo parcialmente conocido y se atribuye a toxinas que provienen de dicho foco de infección. Los focos de infección que son origen de la sepsis son variados: pulmón, vías urinarias, vías biliares, útero, apéndice, colon, tejidos blandos, etc. Prácticamente no hay región u órgano que no pueda dar origen a una Sepsis, si bien los más frecuentes son los citados anteriormente. La presentación clínica del cuadro es habitualmente con fiebre elevada que con frecuencia se acompaña de escalofríos o "chuchos de frio", pulso rápido y saltón, dedos que pueden estar fríos y de un color azulado, coloración que también pueden presentar los labios. En la cara los ojos se presentan hundidos, las mejillas pueden estar enrojecidas y calientes y el paciente respirar en forma rápida y agitada, también, y sobre todo en personas añosas, puede presentarse una tendencia al sueño y una alteración en la conciencia con ocasionalmente episodios de excitación.
La Asamblea de la OMS ha recomendado a su Director que considere acciones específicas para que se reduzca a nivel mundial la carga de esta enfermedad, ya que se estima que ocurren anualmente 30 millones de episodios que producen al menos 6 millones de muertos al año. Es posible que estas cifras sean aún mayores, ya que los registros en países de medianos y bajos ingresos son de mala calidad en lo que se refiere a esta entidad.
Dicha resolución llama la atención sobre el escaso conocimiento que las diferentes comunidades tienen de este cuadro, de sus signos, sus síntomas, sus causas y la elevada mortalidad y discapacidades que genera. Así, encuestas realizadas en Australia, mostraron que solo un 40% de la población reconocía la palabra "sepsis" y menos aún el 14% podía nombrar algunos de sus síntomas o signos. En Estados Unidos, el Reino Unido y Alemania, donde ya se han realizado campañas sobre el tema, estas cifras se han incrementado a un 60% aproximadamente. En estos últimos países se ha nominado al 13 de setiembre de cada año como Día Mundial de la Sepsis. Importa obtener una mayor concientización de la población y también del personal sanitario para reducir progresivamente la mortalidad de esta afección, ya que una de las medidas más importantes es la consulta rápida seguida de una inmediata administración de antibióticos intravenosos.
Dado que aproximadamente el 70% de las sepsis se inicia fuera de los hospitales, es muy importante que los pacientes accedan rápidamente al cuidado médico y que en este encuentren personal consciente de la importancia del rápido reconocimiento del cuadro y la urgencia que hay en el inicio del tratamiento antibiótico (no más de 3 horas desde que el paciente consulta). Es necesario reconocer que la progresión de una infección en un foco, por ejemplo una neumonía, puede en forma insidiosa y poco predecible desarrollar una sepsis. Si bien el cuadro puede afectar a cualquier persona, los extremos de la vida son más vulnerables, así como aquellos pacientes que tienen otras enfermedades, especialmente los diabéticos, los insuficientes renales, los cirróticos o aquellos que han recibido trasplantes, fármacos contra el cáncer o corticoides.
Existen una serie de recomendaciones vinculadas al tema que la asamblea instó a que los estados miembros adopten. Entre otras:
1- Desarrollar políticas y procesos para mejorar la prevención el diagnóstico y el tratamiento.
2- Mejorar la prevención de infecciones y las estrategias para controlarlas, muy especialmente el acceso al agua, el saneamiento y la higiene; la vacunación, el cuidado durante el parto y la prevención de las infecciones luego de una cirugía.
3- Educar a los trabajadores de la salud para un mejor reconocimiento y manejo de este cuadro, desarrollando guías clínicas y algoritmos, fundamentalmente en los servicios de emergencia.
4- Difundir entre el público la importancia de este cuadro, muy especialmente en los grupos de alto riesgo a los efectos de que rápidamente acudan a la consulta médica.
5- Utilizar el término sepsis en comunicaciones públicas, explicando sus formas de presentación y la importancia del diagnóstico temprano.
6- Mejorar la recolección de datos en los registros públicos que permitan conocer la frecuencia en los distintos países, la condición social de los pacientes, sus enfermedades de base cuando las tienen, así como la evolución y registrar las secuelas en caso de presentarla.
Afortunadamente los médicos en Uruguay tienen un muy adecuado conocimiento de esta patología debido a los trabajos señeros del Prof. Humberto Correa, quien desde 1972,( luego de una estancia en el Hospital Claude Bernard de Paris, donde se desarrollaron estudios pioneros en el tema), impulsó el interés por este cuadro clínico, desarrollándose trabajos de investigación clínicas y pautas de tratamiento que permanecen como referencias hasta la actualidad.
La resolución de la Asamblea, con su reconocimiento de esta afección como un desafío a la salud global, impulsará acciones que son imprescindibles y permitirá que se realicen esfuerzos que redundarán muy posiblemente en una mayor sobrevida de pacientes.
Dres. Homero Bagnulo; Carlos Vivas