Analizamos una salida al problema. (Abordando eso gris, que parece la teoría).

Jorge Aniceto Molinari

11.01.2018

Roberto Savio plantea un problema que todos vemos o al menos percibimos, nosotros desde la modestia de nuestros conocimientos nos atrevemos a una respuesta.

La nota y luego nuestro comentario:

¿Cómo podemos llegar ahí? Un intercambio sobre el problema de la acción

 

Roberto Savio*

Mesa redonda sobre "'El Problema de la acción", Diciembre 2017.

Antes que nada, para poder hablar de futuro, es fundamental mirar al pasado. Como Paul Raskin escribía en sus apuntes, tenemos que estar unidos para enfrentar un futuro compartido; pero también es necesario estar unidos en un pasado compartido. Compartir el pasado consta en dos fases, ambas con un enorme impacto en la sociedad.

La primera fase se refiere al Consenso de Washington y a la fe neoliberal, que se transformó en un "pensée unique" en el 1989, año de la caída del muro de Berlín. La Historia se concluía con los nuevos acólitos, sus creencias y sus esperanzas. Esto conllevó a una movilización  de protesta sin precedentes, con un Foro Social a nivel mundial. Alrededor de 100,000 personas pagaron ya sea el pasaje y la estadía para poder estar juntos, para compartir una misma identidad de Resistencia al "pensée unique", y  afirmar que construir otro mundo era posible.

En las dos décadas sucesivas, casi todos estaban condicionados en el ver la avidez como el valor individual más importante. Se necesitó bastante tiempo para descubrir que los factores macroeconómicos  no tomaban en  cuenta  los daños sociales y estructurales causados por la globalización neoliberal. En el 2006 la conferencia de las "Instituciones de Bretton Woods" (FMI, Banco Mundial, BID) empezó a denunciar el rol que diversos países jugaban; y desde mi punto de vista, ese fue el fin  de la credibilidad del Consenso de Washington (aunque aún siguió manteniendo en parte su poder).

La trayectoria  de la comunidad global en esas dos décadas empezó a moverse hacia nuestra dirección.  La crisis financiera que inicialmente golpeó a  los Estados Unidos en  2007, para luego llegar a Europa en  2009 instauró un miedo común que se difundió en todos los países.

Después de la intervención  occidental en Irak, Siria y Libia, en consecuencia de la cual, si  por un lado Europa lanzó bombas,  por el otro se transformo en el destino de los  refugiados, y el miedo del futuro resucitó sentimientos nacionalistas, populismos y xenofobia que hasta ese momento habían sido minoritarios

Pues bien, ¿qué significa esto entonces en la perspectiva de la Gran Transición, y que cosa deberíamos hacer?

Antes que nada, es necesario superar el aspecto meramente académico y poner en contacto a los nuevos protagonistas. Después de casi treinta años, la idea de los movimientos sociales ha perdido un poco de fascino. El Foro Social Mundial (FSM) se encuentra en una profunda crisis existencial. ¿Por qué?

Porque los guardianes del Talmud (aquellos que no quieren cambiar ni siquiera un punto de los principios del texto original) han hecho muchos esfuerzos para separar el FSM de todas las otras fuerzas políticas por miedo a contaminarse. Consecuentemente el FSM se  transformó  en algo de ejercicio espiritual: te encuentras a meditar, a hacer tus ejercicios espirituales, y te conviertes  en una persona mejor, con un empeño más profundo después de haber encontrado tantas personas como tú.

Segundo, es necesario que nosotros hagamos mejor nuestro trabajo de poner en contacto todos los movimientos sociales existentes. El sociólogo luso Boaventura de Sousa Santos acuñó el concepto de "traducción" en el contexto del FSM. ¿Cómo podemos "traducir" el movimiento feminista en el movimiento de los  pueblos indígenas? Ellos tienen distintas prioridades: el movimiento feminista tiene como objetivo poner fin al sistema patriarcal; el movimiento de los pueblos indígenas pone el acento sobre el respeto de sus propios espacios y en el concepto de salvaguardar su propia identidad

En el Foro Social Mundial que se celebró en Porto Alegre, emergieron dos tipos de movimientos.

Por un lado están los que encuentran su propia legitimación en el combatir el sistema, como en el caso de las protestas de Seattle durante la cumbre de la Organización Mundial de Comercio. Por otro lado están los que se concentran en los ámbitos de interés de las Naciones Unidas, como los derechos humanos, el medio ambiente, el desarrollo, etc., logrando el reconocimiento de parte de la ONU.

Fueron necesarios dos años para lograrlo, aunque las tensiones entre los distintos movimientos sociales y las NGOs nunca han cesado realmente. Un Movimiento Global de Ciudadanos es posible solamente si está en condiciones de hacer un trabajo de "traducción" y si logra crear alianzas entre los distintos movimientos.

El individualismo es realmente muy fuerte en el activismo mundial y representa un obstáculo en la creación de un espíritu común del movimiento transversal.

¿Cómo es posible seguir adelante? Creo que sea muy importante aclarar que tenemos un enemigo común, y que todos nosotros podemos cumplir concretas tareas en las cuales es necesario comprometerse. Pero todo esto no será posible si no individuamos la manera de pedir a los además de comprometerse, tenemos que comprometernos con las personas, defendiendo las causas comunes, hablando el mismo idioma que ellos hablan.

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-Traducción del artículo en inglés publicado en el sitio de The Great Transition Initiative (http://greattransition.org/ ) bajo el título Roundtable on 'The Problem of Action' .  An exchange on How Do We Get There? The Problem of Action

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*Roberto Savio es el fundador de la agencia de noticias  "Inter Press Service" (IPS), una cooperativa de periodistas y de expertos sin fines de lucro, especializada en comunicación global y en desarrollo. Es además co-fundador del Media Watch International y  del servicio de Internet "Other News". Preside Indoamérica, una Organización no gubernamental argentina de educación.

 

Nuestro comentario:

¿Por dónde empezar? o ¿qué hacer?

Savio con un bagaje muy importante de conocimientos hace el planteo político y nos explica en su desarrollo los inconvenientes que ha tenido y tiene; con un ejemplo en su momento de una enorme importancia, que aún hoy genera debates no resueltos, como el Foro Social Mundial.

Podríamos agregar que lo mismo pasa en todos los otros aspectos que comprenden a la cultura humana. Por ejemplo pasa con las religiones, que ya ni siquiera calman los sufrimientos de la gente, como en su momento lo analizara Marx.

No dudamos que una salida a la grave crisis actual tiene que tener un fuerte contenido político.-

Ahora para llegar a incidir en ese contenido es necesario, y también imprescindible empezar por un acuerdo en la base económica del problema.

Entonces volvamos una vez más a lo que fueron las "insinuaciones" del discurso "comunista" de Mujica en la ONU (setiembre del 2013), del que luego ni el mismo ha vuelto a hablar.

Es necesario ponerse de acuerdo en la base económica del problema para comprender que no se trata de construir un modelo alternativo al capitalismo que compita con él. Cosa que si está en la cabeza de cuanto proyecto político anda en la vuelta, muchas veces vestido de "marxista" y en algunos casos de "marxista-leninista", vestuario que no condice con las enseñanzas que dejaron escritas -por si existieran dudas- los maestros.

Es tan grave la crisis que muchos factores de la vida del planeta comienzan a volverse ingobernables, a la vez que la extensión de la guerra y de la industria que la genera, hace que exista el temor cierto de la desaparición de la especie humana.

Se trata de la necesidad de que su predominancia (la del modo de producción capitalista) muera en paz, e iniciar una transición en cuyos capítulos, debe incidir el formidable avance tecnológico de la humanidad.

Ningún modo de producción abandona de golpe el escenario, al fin cuando agota sus posibilidades de desarrollo, perdura aún por todo un periodo acompañando o "solapando" el nacimiento del nuevo modo de producción, que nace imponiendo una nueva predominancia; lo razonamos con un fuerte contenido social y de unidad de la humanidad. Unidad en la diversidad de las culturas y de las nacionalidades, que se conjugan en un plan general, en el que queden incorporados todos los avances democráticos que se han ido reivindicando por la acción de los movimientos sociales. Será el momento de actuar sobre todas las lacras sociales que el capitalismo, en esta etapa ha estimulado en particular, en  búsqueda de la tasa de ganancia, operando  desde los paraísos fiscales en que ha ido transformando al Planeta todo. Será el momento de hacer un plan para abordar el trabajo de millones de seres humanos que hoy no lo encuentran porque crearlos para el capitalismo no le es rentable y no porque no existan las tareas, aún cuando la tecnología pudiera haber eliminado muchas de las de dentro del sistema, en aras precisamente de esa rentabilidad. Momento de abordar el destino de millones de presos que aumentan constantemente en todas las cárceles del mundo y en particular en EE. UU. y China. Por ejemplo, el Uruguay tiene hoy en democracia una cifra record de ellos;  los Estados tal como hoy están organizados ya no tienen solución.

La tarea de unir a lo mejor de la cultura, para terminar con la joda de las monedas, y ponerse de acuerdo en que el sistema impositivo para atender las necesidades vitales de todos deben provenir del giro del dinero, parece hoy una tarea titánica e inalcanzable. Sin embargo bastaría una señal de cualquiera de los lugares donde se desarrolla la cultura humana, con la fuerza necesaria, para que el conjunto con todas sus características propias comenzara a caminar en la tarea política hacia ese objetivo. (Por aquello de que una sola chispa puede encender toda la pradera). O detenerse en la inercia, que es lo que parece haber ganado a movimientos como el Foro Social Mundial.

Nos podrían decir que Mujica habló en la ONU, y luego nadie (salvo este humilde servidor) ha vuelto sobre el tema.

Cuando Savio, hace el planteo que hace, muestra claramente la traba que hoy existe si el encare es meramente político. Si, es político, pero la llave es económica y es necesario apretarla o girarla como más guste, construyendo la voluntad política que hoy falta, expresada concretamente en un programa. De ello dependen planes a construir democráticamente y que van más allá de lo que hoy alcanza nuestra imaginación.-

Un mundo mejor es posible.

Jorge Aniceto Molinari

Columnistas
2018-01-11T19:47:00

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