"Nadie está libre de tener un familiar preso": la lucha de las Familias Presentes

19.09.2025

COLONIA (elecodigital) - Gabriela Rodríguez, presidenta de la ONG Familias Presentes, asegura que los allegados de las personas privadas de libertad enfrentan no solo la angustia del encierro, sino también un sistema hostil, burocrático y muchas veces deshumanizante.

Inspiradas en la película que esta semana llegó a los cines de Uruguay: "La mujer de la fila", protagonizada por Natalia Oreiro, las familias uruguayas encuentran un espejo de sus propias vivencias y un motor para visibilizar una realidad silenciada.

La organización Familias Presentes, creada en Montevideo, reúne a quienes tienen un ser querido en prisión. Gabriela Rodríguez (59), su presidenta, relata cómo el encarcelamiento de un familiar impacta en la vida cotidiana, el acceso a derechos y el tejido social.

El primer momento

-Los familiares, ¿sufren problemas de trato cuando van a la cárcel a ver a un ser querido?

-Sí, claro. En Familias Presentes trabajamos en dos grandes líneas: las condiciones internas de las cárceles y el trato a los familiares. En Uruguay, el hacinamiento es tan grave que la angustia de saber cómo vive nuestro familiar adentro nos consume gran parte de la energía.

El proceso comienza con la detención: muchas veces la persona es llevada en la calle o en su casa y la familia queda sin información, sin saber dónde llamar o acudir. "Ese primer momento es sumamente traumático. No hay teléfonos oficiales ni ventanillas de información accesible. Todo es burocracia y desamparo", explica Rodríguez.

Controles

Ingresar a las visitas también es un calvario en las cárceles grandes como Punta de Rieles, Santiago Vázquez (exComar) y Las Rosas. Por ejemplo, "el Comcar, que fue diseñada para 3.000 personas y hoy aloja 5.500, hay colas de tres a cinco horas, porque tiene la misma cantidad de personal que cuando había 3.000. Eso le resta tiempo a la visita, y en muchos casos la gente viaja desde muy lejos", señala.

Las revisiones son otro capítulo doloroso: "Si no hay escáner, cada visita debe desnudarse y mostrar partes íntimas, sean ancianos, adolescentes o bebés a los que se les debe cambiar el pañal frente a los guardias. Es una situación humillante".

El negocio

Las restricciones de vestimenta -prohibidos los colores militares y en algunos casos el blanco- alimentan un mercado informal. Los que van por primera vez no tienen idea de esas reglas y deben cambiarse. "Frente a las cárceles (Punta de Rieles, exComcar, Las Rosas) hay bolichines que alquilan ropa y cobran por guardar pertenencias. Hasta el monedero con el dinero para el pasaje de vuelta debe dejarse afuera. Todo implica un costo", denuncia la referente.

El silencio frente a las muertes

Entre agosto y setiembre, Familias Presentes denunció tres suicidios de personas privadas de libertad. "Las muertes suelen notificarse a los familiares hasta 48 horas después. Muchas veces nos enteramos antes por la prensa. Eso es revictimizante", lamenta Rodríguez. En los últimos tiempos ha cambiado un poco porque hay un reconocimiento a nuestra organización y nos atienden más los reclamos, como informarnos primero, antes que salga a la prensa.

Quiénes van a las visitas

Las visitas recaen mayoritariamente en mujeres: madres, esposas, hermanas o hijas. "En cambio, cuando la presa es mujer, recibe menos visitas, porque quien quedó en la casa tiene que atender a los niños o trabajar. A la vez, hay un castigo social más fuerte hacia ellas", explica.

Impacto en la vida cotidiana

Rodríguez asegura que ninguna familia imagina pasar por esto: "Es como pensar que nunca vas a tener cáncer. Hasta que no te toca, lo ves ajeno. Pero cuando llega, aparecen la culpa, la vergüenza, la depresión. Muchas familias pierden trabajos, se aíslan de sus grupos de iglesia, del fútbol, y todo el tejido cotidiano se desarma".

Una asociación para transformar el dolor en lucha

Hace seis años y medio que un familiar de Rodríguez está preso. "La creación de la asociación, hace tres años, fue un antes y un después para todos. Nos permitió dejar de llorar solos y empezar a luchar juntos (la mayoría son mujeres). No vamos a dar vuelta el sistema carcelario, pero sí podemos generar propuestas y hacer visible lo que la sociedad ignora".Quienes quieran contactarse con el grupo pueden llamar al Whatsapp 099 077 000, y tiene página de facebook.

La película" La mujer de la fila", protagonizada por Natalia Oreiro, refleja fielmente ese proceso. "Nos sentimos identificadas porque la protagonista enfrenta la disyuntiva: quedarse llorando en un sillón o luchar. Nosotras elegimos luchar", concluye.

La película

La película argentina "La mujer de la fija", dirigido por Benjamín Ávila y producido por Argentina y España, se construye sobre una historia real: narra la experiencia vital de una argentina, Andrea Casamento, una madre de clase media cuya vida cambia abruptamente cuando su hijo de 18 años es detenido acusado de robar empanadas. Una película que en Argentina se desarrolla por primera vez en un escenario real: una cárcel.

Oreiro desconocía que en Uruguay existía la ONG Familias Presentes y no bien supo se puso en contacto con la organización, fuimos invitadas al preestreno de la película  en Argentina.

 

Imagen:  Gabriela Rodríguez, presidenta de Familias Presentes  - El Eco Digitial

https://elecodigital.com.uy/sociedad/nadie-esta-libre-de-tener-un-familiar-preso-la-lucha-de-las-familias-presentes/

Actualidad
2025-09-19T20:46:00

UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias