ENTREVISTA
“Proyecto Shoá” ya ha llegado a todo el territorio nacional.
23.01.2018
MONTEVIDEO (Uypress/Ana Jerozolimski) - Este jueves, la Comisión Permanente del Parlamento se reúne en sesión especial para conmemorar el Día Internacional de Recordación del Holocausto, una fecha instaurada en el 2005 por las Naciones Unidas, que se señala todos los años desde entonces el 27 de enero.
El recuerdo del Holocausto que aporta a una mejor ciudadanía.
Uruguay es uno de los países que más honran la ocasión, tanto con la ya tradicional cita en el parlamento en la que participan legisladores de todos los principales partidos, como con una cadena nacional a cargo de una destacada figura del Poder Ejecutivo.
Y hay quienes trabajan en relación al tema durante todo el año, convencidos de que a través del esclarecimiento sobre el Holocausto, también se aporta a los valores de la ciudadanía uruguaya. Nos referimos a los jóvenes uruguayos- en su mayoría judíos, pero también varios que no lo son-que desde hace casi ocho años dedican parte de su tiempo al "Proyecto Shoá". Con el aval del Consejo de Educación Secundaria, siempre previa coordinación con los docentes, van a liceos públicos y privados en todo Uruguay, para realizar una actividad singular con la que de hecho, están no sólo aportando a los alumnos conocimiento sobre el horror del Holocausto, sino también transmitiendo valores acerca de la responsabilidad de cada ciudadano ante sus semejantes.
Recientemente entrevistamos a Sofía Macció (26), la Coordinadora del proyecto, quien compartió con nosotros su propia historia personal, cómo se acercó al tema, y lo singular de esta iniciativa.
"Mi acercamiento a la tradición judía es un homenaje a mis abuelos que ya no están", nos dice Sofía en una entrevista sobre el descubrimiento de su identidad y la labor en pro de una sociedad sin discriminación.
P: Sofía, no se aterriza en el Proyecto Shoá así nomás...hay jóvenes que se interesan, que consideran que aporta algo bueno a la sociedad...muchos motivos. En tu caso, entiendo que hay también un tema personal.
R: Sí .Yo soy judía por parte de madre-mi padre no lo es- pero en mi casa nunca me criaron como judía y fui a un colegio laico. Mis abuelos maternos son los dos escapados de Alemania durante la Shoá. Mi abuela era de Breslau y mi abuelo de Stuttgart . Mi abuela se escapó en la bodega de un barco, cumplió los 18 años ahí adentro, una pareja de la que se hizo amiga le pasaba comida.. Ella llegó a Uruguay en 1939 y mi abuelo un año después. Se conocieron en Uruguay. Tuvieron primero a mi tío, el hermano mayor de mamá, que hizo la bar mitzva y tuvo una vivencia judía en la que le transmitieron tradiciones. Pero mi mamá nació diez años después y a ella ya no la criaron tanto como judía porque sus abuelos, los de mi mamá, ya habían fallecido y eso se ve que influyó en la dinámica familiar.
P: ¿Y cómo te acercaste a todo eso? ¿Sabías que eras judía?
R: Yo sabía que era judía pero también sabía que era de Peñarol. Un dato más en mi vida. Cuando yo estaba en 1° de liceo me mandaron a hacer un árbol genealógico con historias familiares, más allá de mis padres. Cuando entrevisté a mi abuela y me contó todo eso, yo dije: " Yo no puedo estar acá así no más. Tengo que hacer algo". Ahí empecé a estudiar qué es el judaísmo. En ese momento yo tenía a 13 o 14 años. Tenía compañeras judías y les pedía que me contaran. Fui por primera vez a una sinagoga con una amiga, Paola Katz que me llevó allí en Rosh Hashaná, el año nuevo judío. Yo no tenía idea lo que era. Me aprendí las canciones, me fascinó. Le pedí a mamá que me regalara una Estrella de David cuando cumplí 16 para colgarme en el cuello. Después me ennovié con un chico que no era judío pero que tenía un montón de amigos judíos . En ese grupo conocí a quien es hoy mi queridísima amiga Caro Cynovich. Pasé algunos viernes con ella y su familia en la cena de shabat. Voy siempre a su casa en Pesaj y a veces en Rosh Hashana. Y así cada vez me fui acercando más. No soy religiosa pero sí me importa mantener la tradición. Y hoy lo veo como un homenaje, un reconocimiento póstumo, a mis abuelos que escaparon de la Alemania nazi. Es una forma de decir que no puede ser que ellos hayan pasado todo lo que pasaron, para que terminara destruyéndose el legado judío. Entonces yo prendo las velas en Shabat. No como carne de cerdo. Sé que es algo mínimo, pero trato de respetar algunas cosas básicas. Quiero al menos mantener unas tradiciones, algunos preceptos. Es el mínimo homenaje que puedo hacer a mis abuelos que ya no están.
P: Y con el tiempo fuiste descubriendo más cosas, también a través de tu propia mamá ¿verdad?
R: Así es. En mi casa había cosas, algunas costumbres, que mi mamá no sabía que era judías, pensaba que eran alemanas. Mi mamá habla alemán fluidamente pero a veces se da cuenta que cuando habla con alemanes hay momentos en los que no la entienden porque mete palabras en ídish. Y no tenía idea que eso era ídish, porque para ella era el alemán que hablaban sus padres. Yo a veces le cuento lo que comimos en lo de Caro y ella me dice que eso era lo que cocinaba su madre. Entonces a ella nunca le enseñaron nada y aprende ahora a través de mi. De hecho también mi hermana que no tenía idea de nada, el año pasado se metió en el programa Trip to You, viajó a Israel y quedó fascinada. Y todo porque yo me metí en el mundo judío, luego particularmente en Proyecto Shoá y empecé a llevar todo esto a mi casa. En Pesaj hice el Seder en mi casa...y siento que esto me enriquece mucho.
CONTRA TODA DISCRIMINACIÓN
P: El Proyecto Shoá transmite valores, a través del conocimiento de la historia de la Shoá...Imagino que tenés que sentirte compenetrada plenamente con sus mensajes
R: Exactamente. Aparte de la Shoá, la otra parte es el tema del bullying, que es muy importante para mí. El acoso escolar, la discriminación. Te cuento que yo por distintas circunstancias me cambié tres veces de escuela y liceos. Y siempre está el tema de cómo te tratan cuando sos nuevo.
Yo la pasé mal. Después cuando fui más aceptada en el grupo yo traté mal a los nuevos. Y cuando lo vi de grande y tomé consciencia dije: "Esto es espantoso". Y quiero hacer algo en lo que se genere consciencia.
P: ¿Cómo se maneja el tema en Proyecto Shoá?
R: No vamos directamente al que está en rol de víctima, porque, pobrecito, ese necesita una ayuda más grande. Pero tratamos de ir con los que son los indiferentes a hacerlos reflexionar y a ver si no pueden hacer algo al respecto. Ahí está el potencial de cambiar.
ALCANCE NACIONAL
P: Sofía, el proyecto ya ha llegado a todo el territorio nacional ¿verdad?
R: Así es. A los 19 departamentos, no sólo las capitales. En el 2017 Proyecto Shoá ha brindado un total de 374 actividades: 290 en Montevideo y 84 en el Interior. Con ello se llegó a aproximadamente 7250 alumnos en la capital y 6720 alumnos en el interior (13970 en total).
Este año fuimos por ejemplo a Vichadero, en Rivera, a dos horas en ómnibus de la capital . Cuando coordiné vi cuán complicado es el tema del transporte. Hay un solo ómnibus que va a Vichadero en el día, y uno que vuelve. Hace poco hicimos una jornada de integración y vino una chica de Vichadero. No solo vino sino que se mandó a hacer una remera que decía "Proyecto Shoá". Yo no podía creerlo. El impacto que tiene. Viajó durante la noche, siete u ocho horas, porque se tuvo que ir de Vichadero a Rivera y de Rivera hasta acá. Estuvo en la jornada que duró de diez de la mañana a seis de la tarde y después se volvió. Hizo todo ese esfuerzo. Después nos escribió. Realmente en cuanto a alcance ha sido muy importante. Hemos ido a Cardona, Tarariras. Este año fuimos a Durazno, Soriano, Tacuarembó, Rivera, San Ramón, Chuy, Rocha, Maldonado, Punta del Este, Piriápolis, Salto, y más de una vez a cada departamento. No visitamos a los 19 en el año sino que en total.
EL DESAFÍO DE LA EDUCACIÓN- NO SÓLO JUDÍOS
P: Uno de los temas claves que ustedes transmiten, así lo entiendo de las varias entrevistas que he hecho con educadores en el proyecto, es que cada uno, en una situación determinada, puede elegir si es indiferente o cómplice.
R: Totalmente. Entonces cuando vi que en el proyecto se juntaba parte de mi historia personal y colectiva y también lo que me tocaba mucho con el tema de la discriminación y del bullying, entendí que este es el lugar para mí. Empecé como educadora y a fin del año pasado, cuando Fede Wynter terminaba su trabajo como coordinador porque se iba a estudiar al exterior, me lo ofrecieron a mí y acepté enseguida. Fue un honor para mí.Y es bastante trabajo. Suerte que ahora tengo ayuda porque la coordinación requiere estar pendiente de muchos aspectos.
P.. Y realmente la dimensión de la actividad se fue ampliando mucho.
R: Por supuesto.. Cuando empezó el proyecto eran un par de liceos, pero ahora son más de 150 en todo Montevideo, más los del interior. Es bastante. Cada visita del interior se coordina con tres o cuatro liceos. Coordino con los liceos, después estoy con el tema de la capacitación de los educadores. Eso lo hacemos junto con todos los chicos de la directiva. Entrevistamos a todos, hacemos pruebas.
P: Creo que uno de los puntos más interesantes es que entre los jóvenes educadores, hay también varios no judíos.
R: Así es. Teníamos contacto a través de nuestra página de Facebook con un montón de chicos no judíos que nos decían que les encanta nuestro proyecto y preguntaban cómo pueden hacer para integrarse. Se involucran chicos que recibieron nuestra actividad en su liceo cuando eran alumnos. Tenemos varios educadores que se han acercado por el reconocimiento que ya hemos logrado con los años.
NO SÓLO SHOA
P: ¿Se habla también de otros genocidios?
R: Sí, estudiamos también otros genocidios. Este año, por ejemplo, vino un profesor, Andrés Vartabedian, a hablarnos del genocidio armenio.
P: Lo entrevisté varias veces sobre el tema, sumamente interesante.
R: Así es. Y te cuento que el año pasado un casco azul que vino a hablarnos de lo que pasó en Ruanda en el '94, porque él estaba ahí. A veces la gente nos pregunta por qué hablamos sólo de la Shoá pero nosotros explicamos que ante todo, es el que por naturaleza más nos toca porque fue contra el pueblo judío, pero que además, sí hablamos de otros. En nuestra página tenemos por ejemplo una sección que se llama "Otros genocidios" y ahí Andrés Vartabedian escribió por todos los genocidios, los que reconoce la ONU, que son los que hablamos nosotros.
MIRANDO HACIA AFUERA, A LA SOCIEDAD DE TODOS.
P: ¿Te parece que todos los chicos son conscientes de la responsabilidad que significa transmitir un tema así?
R: No tengo dudas. Te cuento que cuando termina la jornada especial de integración para alumnos que quieren involucrarse con el proyecto, ellos se gradúan de "embajadores" y hacen actividades que tengan repercusión en la sociedad. Tienen como misión contagiar la no indiferencia y las buenas acciones en sus comunidades, en su barrio, en el liceo. Les decimos que cuando ellos cumplan 18 si quieren pueden ser educadores. Y hay acá valores importantes en términos de solidaridad en general, no solamente en lo que atañe directamente a la enseñanza de la Shoá. Por ejemplo algo que tenemos ganas de hacer es un trabajo con Redalco, que es Red de Alimentos Compartidos, que fue creado por uno de nuestros educadores. Lo que hacen es ir al mercado modelo y las frutas y verduras que no se venden por el aspecto pero que igual están bien, las juntan, las clasifican y se van a escuelas, a merenderos y a otros lugares para que en el día sean consumidos. Entonces los chicos pueden ir de voluntarios a esas cosas.
TOCANDO ALMAS
P: Me parece importantísimo, combinar la memoria y la sensibilidad por la historia del pueblo judío, con la sensibilidad hacia la sociedad en general.
R: Exacto. Es que nosotros decimos que tomamos la Shoá como ejemplo pero que no nos sirve de nada recordar algo si no vamos a aprender de lo que pasó. Entonces decimos: "Miren lo que pasó, miren como había gente que era indiferente, miren cómo se permitió todo esto porque no había nadie que se animara a hacer algo al respecto. Aprendamos hoy de mirar alrededor y de ver si podemos sí hacer algo al respecto". Obviamente no vamos a ir a un tiroteo a ponernos en el medio y recibir una bala pero si está a nuestro alcance dedicar un poco de nuestro día a ayudar a quien lo necesita, lo vamos a hacer.
P: Acá me llevás a un punto central. Proyecto Shoá no es solamente dar clases de historia, sino aprender de la historia para que no se vuelvan a cometer los mismos errores.
R: Esa es nuestra misión. Se llama "Proyecto Shoa. Memoria y legado del Holocausto", es para recordar lo que pasó, en honor a las víctimas, pero es para aprender y para que no se vuelva a repetir. No es el discurso de "solamente por decirlo no pasa", no. Hacemos cosas, miramos alrededor y decimos "algo vamos a hacer al respecto". Desde darle el asiento a alguien en el ómnibus porque vos no sabés cómo le cambia el día, hasta algo más grande, invitar a estudiar a un compañero que está solo porque capaz que en la casa la está pasando mal y no tiene espacio para estudiar y entonces como le va mal no puede aplicar a una beca y como no aplica a la beca después no puede tener un intercambio--- invitalo a estudiar.
P: Ejemplos sencillos y muy lindos. Seguramente hay muchas situaciones que les tocan el alma.
R: Te voy a contar algo que le pasó a la directora de un liceo. Una de nuestras directoras fue a dar una clase a Rivera, Eliane se llama. Y la recibió la directora hablando mal, en una mala, como si estuviéramos molestando. Después se quedó la directora a mirar la actividad, terminó y fue a donde están las chicas y les dijo: "Chicas, lo que precisen, lo que quieran, me avisan. Vuelvan por favor". Era otra persona, dicen que no podían creer el cambio de actitud que tuvo. La actividad la sensibilizó muchísimo. Yo cuando abro la casilla de mail me encuentro con un montón de preguntas "de cuándo vienen esta año" y ya nos piden los liceos que vayamos. Y cuando vamos siempre nos invitan con cosas y nos llevan a comer, nos llevan a pasear, porque les encanta lo que hacemos. Claro que hay malas reacciones también, pero son las menos.
P: ¿Por ejemplo?
R: La directora del liceo en un pueblo al que fuimos estuvo un poco violenta. Intervenía a cada rato preguntando si terminamos y empezó a hablar porque dijo que esa no era todo la historia y habló de Palestina y cosas así. Melanie Tetman, una de nuestras directoras, le dijo que no estaban hablando de eso, que era historia de la Shoá, en 1945. Confundía con cosas que nada que ver y después interrumpió el momento en que repartimos unas consignas que dicen: "¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo por alguien sin esperar nada a cambio?, ¿Qué cambiarías de tus actitudes para ser mejor?". Y nos dijo que nosotros no podíamos repartir nada, que no teníamos habilitación del CES. Obviamente tenemos todas las habilitaciones, por octavo año consecutivo, Celsa Puente, la directora nos adora. Y esa directora nos echó. Y llamó al liceo siguiente y dijo: "No reciban a los del Proyecto".
P: ¿Y ustedes reportaron?
R: Obviamente se lo reportamos a Celsa, como corresponde. Y además nos llamaron a pedirnos perdón, que averiguaron y sí teníamos la habilitación. La profesora que nos invitó lloraba y nos pedía disculpas. Ese es uno de los pocos casos, porque me pediste reacciones, te cuento. De las buenas hay millones.
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias