¿DE QUIÉN ES ESTA BOCA? / ENTREVISTA

Ana Agostino, nueva Defensora del Vecino de Montevideo: “Ayudar a que los organismos cumplan a cabalidad su rol, en el marco del respeto a los derechos humanos”

30.05.2014

MONTEVIDEO (Uypress / Daniel Feldman) – Ana Agostino es asistente social, tiene un doctorado en estudios sobre desarrollo y el próximo lunes asumirá como la nueva Defensora del Vecino de Montevideo, en medio de la expectativa por tratarse de la primera renovación del cargo.

 

Integrante de la Generación 83, participó en la fundación de la Asociación Social y Cultural de Estudiantes de la Enseñanza Pública (ASCEEP), que luego continuara como ASCEEP - FEUU, época en la que militaba en la Democracia Cristiana, de la cual se desvinculó en 1985.

A partir del próximo lunes 2 de junio se convertirá en la nueva Defensora del Vecino de Montevideo, sustituyendo a Fernando Rodríguez, que ocupó el cargo durante siete años. Agostino estará al frente de la Defensoría por cinco años y, de acuerdo a la nueva normativa no podrá ser reelecta. Respecto a la fecha de asunción, le comentamos que la mataron, ya que difícilmente alguien esté pendiente de su asunción al día siguiente de las internas, pero confirmó que la ceremonia de toma de posesión se llevará a cabo el jueves 5: "había que encontrar un día que fuera posterior a las internas y previo al inicio del Mundial, así que quedó el jueves", afirma.

Destaca que piensa imprimirle su visión de género a los problemas, y le obsesiona tratar de enfocar en forma holística los desafíos.

Residió durante más de diez años en Sudáfrica, donde vivió y palpitó el proceso de creación de la democracia multirracial con Mandela al frente. Apasionada del tema, lo dejamos para otra ocasión, ya que excedía los cometidos de esta entrevista.

A los 53 años, casada y con una hija de 16 años nacida en Sudáfrica, se muestra confiada y entusiasmada para emprender la tarea.

 

¿Cómo fue que surgió tu nombre para ocupar la Defensoría del Vecino?

Fue algo que surgió de manera totalmente inesperada. Soy la presidenta de la directiva de Gurises Unidos, y un día, a fines del año pasado, socios de Gurises Unidos me llamaron para pedirme autorización con la finalidad de proponerme para el cargo. Fue una sorpresa total. Pero me pareció que se trataba de una propuesta muy interesante. Yo soy asistente social, y además me parecía que, como ciudadana de Montevideo, donde continuamente ves cuestiones que hay que mejorar, si no aceptaba, después me resultaría difícil quejarme o realizar planteamientos cuando se me estaba brindando la oportunidad de realizar un aporte o colaboración desde un lugar donde creo que se pueden hacer muchas cosas. Gurises Unidos planteó mi candidatura a ANONG (Asociación Nacional de Organizaciones No Gubernamentales Orientadas al Desarrollo), que tenía otra propuesta de parte de la Asociación Cristiana de Jóvenes. En diciembre pasado vencía el plazo para que la sociedad civil presentara sus candidaturas, y ANONG presentó las dos, y así fue que se dio.

Vas a ser la segunda persona en ocupar el cargo de "defensora del vecino",  "ombudsman" u "ombudswoman". Más allá de que se haya trabajado, da la sensación de que la Defensoría del Vecino no ha prendido mucho en el público y en la opinión pública. A veces parece que la gente piensa que todo debe pasar por los partidos políticos.

Creo que la Defensoría del Vecino, del mismo modo que la Institución Nacional de Derechos Humanos, y te diría también que el Comisionado Parlamentario para el sistema carcelario, que son las tres instituciones que corresponden como a un mismo tipo de organización -de hecho hay países en que forman parte de un capítulo especial de la Constitución, dedicado a aquellas instituciones creadas para fortalecer los derechos humanos-, son nuevas, y todavía el común de la población no tiene del todo claro para qué sirven o cuál es la diferencia entre que existan o no. En realidad, yo no estoy tan segura de que la gente recurra a los partidos políticos, sino que lo hace directamente al organismo responsable de llevar adelante los servicios. Cuando no se cumplen, el ciudadano se queja o insiste ante el organismo. Creo que, justamente, uno de los mayores desafíos para esta gestión es que, cada vez más, la población vaya incorporando que existe un instrumento que puede usar para permitir que ese derecho, que la persona pueda sentir vulnerado, sea cumplido. Sobre todo en Montevideo, y en particular a partir de la Ley de Descentralización y Participación Ciudadana, se fueron creando cada vez más estructuras y la población no termina de entender a dónde recurrir, cuál es el rol del municipio, del consejo vecinal, municipal.

Y ¿cuál es el rol de la Defensoría del Vecino?

Claramente es ayudar a que los organismos cumplan a cabalidad su rol, en el marco del respeto a los derechos humanos. Por ejemplo, cuando una persona recurre a la Intendencia, por ejemplo por un tema ambiental, o de tributos u otro, es que siente que algo no se está cumpliendo. Si la Intendencia no le responde, puede acudir a la Defensoría del Vecino para que esta inicie una investigación y tenga toda la información, para finalmente conducir a la negociación entre el vecino y la comuna, o incluso, si no se logran avances en esa etapa, hacer una recomendación.

Esas recomendaciones no son vinculantes.

No, no lo son. Pero si analizás el informe anual de la Defensoría, podés apreciar que hay un alto número de respuestas afirmativas por parte de la Intendencia a las recomendaciones. Ha habido resultados. El instrumento fundamental de la Defensoría es la mediación, pero hay otros. La mediación en algunas situaciones ha funcionado. En el informe hay un ejemplo muy ilustrativo, de un basural endémico en Capitán Tula, que no se lograba solucionar, y la Defensoría intervino, con distintos actores. Hubo mediación, y hace ya un año y medio que el basural fue erradicado. Esos son espacios que tal vez no son muy conocidos, pero donde la Defensoría logra dialogar con los vecinos, el municipio, empresas. Hay un rol muy interesante a cumplir ahí.

 

Nombrabas la numerosa estructura burocrática de la Intendencia, donde coexisten diversas ámbitos. ¿Cómo se mueve ahí la Defensoría? ¿Actúa frente a cada estructura o solo frente a las jerarquías?

Estamos visitando con Fernando Rodríguez, el actual Defensor, todos los municipios. Hay una relación directa con cada uno de ellos. La ciudadanía puede presentar su reclamo ante cualquiera de las instancias: municipio, intendencia, Junta Departamental. Entonces, la relación de la Defensoría va a ser con aquel organismo frente al cual el vecino presentó una queja o reclamo. Pero a su vez, hay una relación de trabajo sobre cómo se pueden enfrentar en conjunto con los municipios y la Intendencia ciertas problemáticas. Con los municipios se podría decir que hasta es más fácil, porque trabaja a nivel del barrio, a nivel local. Ahí se puede establecer una relación fluida. Creo que a veces existe la idea de que la Defensoría es exclusivamente un órgano de control, pero yo creo que su función va más allá de eso; tiene un rol de facilitar procesos y acercar actores.

¿Algo más proactivo?

Es, por ejemplo, reconocer dónde hay conflictos. Por ejemplo, una vecina y el municipio que no logran resolver un desencuentro, y ahí la Defensoría puede actuar como mediadora, sentando juntos a todos los actores, tratando de buscar en conjunto las soluciones. Me doy cuenta que Fernando Rodríguez, que hace siete años es el Defensor del Vecino, conoce los problemas de la ciudad, conoce a los distintos actores y tiene la posibilidad de sentarlos a una misma mesa. De hecho hay varias publicaciones que ha hecho la Defensoría en temas que son preocupación para la ciudad, como por ejemplo contaminación acústica, fincas abandonadas, gente con síndrome de Diógenes. A partir de ellas se han generado mesas con distintos actores. Ahí podés hacer propuestas, porque tenés la información directa, con la queja del vecino, pero también tenés la relación con el organismo responsable. El decreto de creación de la Defensoría establece que los organismos tienen que responderle, a diferencia de lo que puede suceder con un vecino que va y pide explicaciones y puede no obtenerlas. Entonces, tenés la posibilidad al ver que muchos vecinos presentan una determinada queja, y a la vez podés trascender la queja individual. ¿Qué pasa con la contaminación acústica? No es solo el problema de que un vecino se queje porque otro tenga la música muy alta. Es cómo se regula eso para que todos en Montevideo podamos vivir mejor y que la gente siga escuchando su música. Podemos actuar para ver cómo se regulan estas cosas, que no solo afectan a un vecino sino que son parte de la vida en una ciudad.

La ciudad ha tenido un cambio muy acelerado en los últimos años. Eso tal vez implique que haya que pensar la ciudad de otra manera. A veces, da la sensación que está pensada para otro ritmo; para una cantidad de vehículos muy inferior a la que tenemos, hay mucho más ruidos de los que somos capaces de absorber, etc. ¿Existen instancias donde trabajar esas cosas?

Hay una cosa que debemos aclarar cuando nos referimos a "la ciudad". En realidad, Montevideo tiene realidades múltiples. El otro día, estuvimos con el alcalde del Municipio CH, que comprende Pocitos, Punta Carretas, Villa Biarritz. ¿Cuál es uno de los principales problemas que tiene? Él decía que los boliches. Esa zona está llena de locales nocturnos, donde se ponen los decks afuera. Ahí hay una problemática que está relacionada con un consumo cada vez mayor. Tiene que ver con lo que me decías sobre el cambio de la ciudad, y también con un sector cuyo poder adquisitivo se ha elevado mucho. Del Municipio CH me fui al Municipio D, que incluye los barrios Casavalle y la zona de lo que eran los Centros Comunales 10 y 11.

La problemática es otra.

Claro. ¿Cuál es el principal problema de ese Municipio? Los asentamientos. De un municipio al otro la realidad te cambia sustantivamente. Entonces, "pensar ciudad" también tiene que ver con pensar realidades que son muy distintas. En ese sentido, creo que el esfuerzo de descentralización -lo que se habla de los gobiernos de cercanía- es muy importante, y no ha terminado de plasmar. En parte, muchos de nosotros no sabemos qué es lo que está pasando en los municipios. Por otro lado, el proceso de descentralización, a través del cual se han llevado algunas responsabilidades a los municipios, no ha sido acompañado del todo por una descentralización de recursos, tanto económicos como humanos. Ahí hay entonces un elemento en el que la ciudad necesita continuar profundizando. Pensar la ciudad desde la centralidad no es lo mismo que pensarla desde las realidades particulares de cada una de las zonas de Montevideo, que son muy diferentes.

¿Es posible integrar esas realidades tan diferentes?

Creo que hay situaciones donde sí es importante integrar. Porque si no, estaríamos produciendo una segregación territorial.

Está bien, pero una cosa es la "importancia de", y otra la "posibilidad". Justamente, existe una realidad que es la segregación territorial, el quiebre. Es como si fueran ciudades diferentes.

Tal cual.

Ese quiebre implica identificaciones de unos enfrentados a  otros, muy difíciles de superar.

Cierto, pero creo que no es el rol de la Defensoría.

Es verdad, pero es un tema con el que te vas a topar.

Sí. Creo que es un tema que relacionado a cómo pensar la ciudad o cómo puede la Defensoría apoyar aquellos procesos que tienen que ver con la construcción de ciudad, distinta a la que hoy tenemos, donde existe una fuerte impronta de segregación territorial. Ha habido experiencias que apuntan a eso. Nos comentaban en el Municipio D lo que ha significado la Plaza Casavalle. Un espacio que le dio otra vida al barrio. Ahora todos van a pedir una Plaza Casavalle. Pero, sigue siendo una plaza en el barrio. ¿Cuáles son, entonces, aquellas instancias donde la ciudadanía siente que hay un espacio común? Creo que lo que puede hacer la Defensoría es apoyar aquellos procesos donde la voz de los vecinos cuenta. Hay que trascender esa idea de que la Defensoría es un lugar donde la gente que no encontró respuesta en un lado, va y presenta su queja. Es eso, pero también es un lugar desde donde es posible pensar situaciones que vienen siendo un problema para la ciudad y a partir de eso, elaborar en conjunto una visión alternativa.

 

¿Con qué recursos cuentan?

Ahí existe una dificultad. Para mí, es muy importante tener un equipo de trabajo consolidado, con gente con visión de ciudad, que piense los temas más allá del reclamo. Y no tenemos funcionarios propios. Tenemos pases en comisión (en este momento solo dos), que son los que podés contar con más seguridad, porque la persona se puede quedar todo el período. Después tenés pasantes, que no pueden estar más de un año y medio, no hay forma de renovarlos. Los fondos, la partida propia de la Defensoría, son mínimos. En estos días es una de mis principales preocupaciones: estoy viendo cómo consolidar el equipo, analizando algunos pases en comisión. Los recursos humanos y el armado del equipo son un eje central.

¿No hay chances de modificar eso?

Ha sido planteado en todos sus informes por el Defensor actual, y supongo que es un tema que tendré que ir negociando con las bancadas de la Junta, apostando a lograr la consolidación de un equipo permanente que le dé continuidad a la Defensoría del Vecino, más allá de que cambie el titular de la misma.

¿Quiénes te apoyaron en la Junta Departamental para tu designación?

Votaron a favor todos los ediles del Frente Amplio y un edil del Partido Nacional.

Eso ¿te condiciona el accionar?

Para nada. Creo que, como cualquier elección, una vez que se resuelve, con los procedimientos establecidos, sos la persona electa y, llegado el momento, representás al conjunto de la ciudadanía de Montevideo. Cuando un ciudadano se presenta a la Defensoría, no importa con cuántos votos fue electa la Defensora. Lo que importa es que la Defensoría existe y tenés la oportunidad de actuar ante todos los organismos departamentales.

 

¿De quién depende la Defensoría?

Es autónoma. Sí es electa por la Junta Departamental y de ella viene el presupuesto.

Sos Asistente Social ¿no?

Sí, y tengo un doctorado en estudios de desarrollo.

¿Cuáles han sido tus temas de trabajo en ese campo?

Fundamentalmente en la mirada crítica a lo que son los procesos de desarrollo; la superación de la pobreza; la perspectiva de género y la mirada ambiental. He ido combinando estos temas con un fuerte énfasis en pensar alternativas al modelo tradicional de desarrollo enfocado en el crecimiento económico. Siempre he tratado de vincular las prácticas con lo que tiene que ver con las experiencias locales, la mirada de género y pensar en la sustentabilidad como un enfoque que necesariamente articula lo económico, lo social y lo ambiental.

¿Sentís que podés aplicar algo de eso en el encare de la nueva responsabilidad que vas a ocupar?

Creo que sí. Por ejemplo, uno de los temas que aparece con reiteración es el del arbolado. Uno podría decir que se trata de los árboles nada más, pero no; no son solo los árboles. Es pensar la ciudad con una mirada ambiental. Tiene que ver con el pulmón de la ciudad, pero también con la circulación de la gente. No se trata solo de si molestan o no, sino de por qué son importantes, cómo se los va a mantener en una mirada a largo plazo. Lo relacionás con el transporte. Creo que el transporte colectivo debe ser el eje de cualquier ciudad y el número de automóviles que circulan en Montevideo es excesivo. Lo que vengo trabajando hace años es tratar de mirar holísticamente cualquier fenómeno. No puedo pensar solo en el árbol; tengo que pensar en el ambiente. Creo que eso me va a ayudar en la Defensoría; no pensar los problemas en forma particular sino como una forma de vivir. No quiere decir que cada vez que se me presente una situación voy a ver cómo se relaciona con el conjunto, pero la forma de ver y pensar las cosas es esa.

Hay un cambio en el hecho de que seas mujer y pases a ocupar un cargo de esa relevancia.

Marca un cambio, pero no alcanza solo con ser mujer. Yo pienso permanentemente en temas de género. Lo vengo haciendo hace muchos años. Eso implica que los problemas de la ciudad no afectan de igual manera a mujeres y a hombres. Cuando hablamos de transporte, no hay que pensar solo en cómo llevar a la población de un punto a otro, sino, por ejemplo, cuáles son los horarios en que se trasladan unos u otros; las necesidades, por ejemplo, de que una pueda subir a un ómnibus con el cochecito de bebé, etc. Hay un montón de temas en los que no respondés de la misma manera si pensás en la población en su conjunto o en cada sector. Creo que la perspectiva de género va a estar muy presente en el tiempo en que sea Defensora.

¿Tenés alguna actividad político-partidaria?

No.

Sí tenés historia de militancia estudiantil, en el período de salida de la dictadura.

Sí, milité a nivel estudiantil en los últimos años de la dictadura. Provengo claramente de la izquierda; mi historia de militancia está asociada a la creación de ASCEEP. En esa época militaba en la Juventud Demócrata Cristiana; después me fui, en 1985. Siempre milité en procesos de transformación con esa perspectiva de cambio y transformación social.

Estuviste viviendo en el exterior.

Mucho tiempo.

¿En dónde?

Cinco años en Alemania, estudiando en la Universidad de Bremen y más de diez años en Sudáfrica, donde trabajé con comunidades rurales en el norte del país, en los primeros años de la democracia multirracial. Hice el doctorado en la Universidad de Sudáfrica, y trabajé con la Fundación Heinrich Böll, vinculada al Partido Verde alemán.

 

 

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2014-05-30T07:56:00

UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias