Berlín, París y Madrid sellan un pacto de silencio ante la falta de avances en el FCAS

14.12.2025

MADRID (Uypress)- Entre las presiones del Grupo Dassault (Francia), que quiere más del 51% de participación industrial, y la petición del poderoso sindicato IG Metall (Alemania), que solicitó formalmente la expulsión de Dassault Aviation del programa FCAS (Future Combat Air System) argumentando que la empresa francesa ha perdido la confianza como socio fiable, España (Indra) intenta mediar y no quedarse “colgada” sin aviones 6º generación y sin participar en su diseño y construcción.

 

Según fuentes alemanas, que cita Ramón Cuerda Riva, ex militar y experto en Seguridad en una nota para El Escudo Digital, este 11 de diciembre, se celebró en Berlín una reunión clave entre los ministros de Defensa de Alemania (Boris Pistorius), Francia (Catherine Vautrin) y España (Margarita Robles) para abordar el futuro del programa del caza europeo FCAS.

Aunque la reunión fue entre representantes alemanes, franceses y españoles, el foco estaba en resolver las tensiones bilaterales entre Alemania y Francia, y según nos explican, a pesar de la posición mediadora de la ministra Robles, sigue sin producirse un acuerdo definitivo. No obstante, las noticias llegadas este pasado jueves nos indican que los socios se han dado más tiempo para llegar a un acuerdo que salve el proyecto.

España defendió la continuidad del proyecto en los términos acordados inicialmente (participación equitativa), mientras que sobre la mesa estaban las exigencias francesas de un liderazgo más exclusivo por parte de Dassault -que realmente son una exigencia de Dassault-, lo que ha generado el estancamiento actual. Los tres países se han dado hasta el 31 de diciembre para tomar una decisión definitiva sobre el futuro del proyecto.

La reunión se produjo en un contexto de alta tensión, tras la carta del sindicato alemán IG Metall solicitando la expulsión de Dassault del programa debido a la falta de confianza en la empresa como socio fiable.

La única decisión en que se han puesto de acuerdo las tres partes reunidas ha sido en la de un pacto de silencio, aplazándolo todo a la siguiente reunión. Mientras, las empresas implicadas, Airbus, Indra y Dassault, aceleran comunicaciones para tomar decisiones.

La debilidad europea de Trump sobrevuela la decisión final

Al debate industrial y de defensa, se une el político, sobre todo tras las declaraciones del presidente Trump sobre la debilidad europea, quien ha descrito recientemente a Europa como una región "débil", "en decadencia" y "autodestructiva", y ha criticado duramente a sus líderes y sus políticas, especialmente en inmigración y defensa. Tendría un efecto desastroso y transmitiría al mundo una impresión de egoísmo, falta de cooperación y debilidad extrema si por falta de acuerdo se hunde -tras ocho años de intentos- el principal proyecto para dotarse de un avión de combate propio y de última generación, y mas porqué sería un paso atrás tras el éxito del Eurofighter.

 

El programa Eurofighter Typhoon ha sido el avance de lo que podría pasar, es un éxito en términos militares y tecnológicos, pero ha enfrentado desafíos y ha tenido un éxito mixto en el ámbito comercial y de gestión del programa.

Tecnológicamente es ampliamente reconocido como uno de los cazas de 4ª generación (o 4.5ª, con las actualizaciones más recientes) más capaces del mundo, solo superado por cazas furtivos de 5ª generación como el F-22.

Militarmente, es el pilar de las fuerzas aéreas de sus cuatro países socios (Alemania, Reino Unido, Italia y España) y ha participado en misiones de combate reales, demostrando su valía operativa. Aunque inicialmente se centró en la superioridad aérea, las actualizaciones posteriores le han otorgado excelentes capacidades de ataque a tierra, convirtiéndolo en un avión de combate verdaderamente polivalente, capaz de realizar una gran variedad de operaciones militares.

Comercialmente (la gran queja de Dassault) y en gestión, al ser un programa de colaboración entre cuatro naciones con intereses industriales y políticos distintos, ha sufrido retrasos, sobrecostes y vetos de exportación (como el veto alemán a Arabia Saudí) que han perjudicado su desempeño comercial.

Si bien ha logrado ventas significativas a países como Arabia Saudí, Austria, Kuwait, Omán, Qatar y, recientemente, Turquía, ha perdido licitaciones importantes frente a competidores como el F-35 de EE. UU., que tiene un enfoque más estandarizado y sin las ataduras políticas de un proyecto multinacional.

Ese es el gran punto de desacuerdo, Dassault quiere mas estandarización y menos política, para poder llegar a grandes cifras de ventas, o si no, más carga del proyecto, porque cree que tras el éxito de sus Rafale, es la opción correcta.

Actualidad
2025-12-14T12:08:00

UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias