César Hildebrandt sobre qué pasaría ante una eventual guerra nuclear: “Ya no es una hipótesis descabellada”
21.06.2025
LIMA (Infobae / Jazmine Angulo)- El mundo ya no es el mismo que evitó la guerra nuclear en 1962. Las armas no solo siguen existiendo: se modernizan, se dispersan y se integran a nuevos sistemas automatizados. Hildebrandt advierte sobre la pérdida de cordura global, y expertos del SIPRI coinciden: la amenaza se agrava con la IA, la ciberseguridad y el espacio como nuevos escenarios de guerra. (Hildebrandt en sus trece).
Durante décadas, la humanidad convivió con la certeza compartida de que las armas nucleares no se usarían. Era un equilibrio frágil, basado en la amenaza mutua de destrucción. La disuasión nuclear operaba como un freno silencioso. La advertencia de César Hildebrandt no parte de la ficción, sino de una lectura lúcida del presente. Hoy el mundo está más tenso, más armado, más impredecible. "Ocurre hoy día que el mundo está tan expuesto al salvajismo... tan canalla... es un mundo en donde los egoísmos exacerbados y armados se han convertido en elementos protagónicos más allá de cualquier código y de ley", añadió. En su relato, el uso de armas nucleares ya no es una fantasía lejana ni una hipótesis descabellada. Es una posibilidad que perturba.
El periodista también recordó el episodio más cercano a un enfrentamiento nuclear: la crisis de los misiles en Cuba, en 1962. Fidel Castro, frente a la presión de Estados Unidos, pidió a Kruschev que mantuviera los misiles en territorio cubano. Kruschev, finalmente, retiró el armamento. "Felizmente, Kruschev retira los misiles de Cuba, del mismo modo que le exige a los Estados Unidos que retire los de Turquía", apuntó Hildebrandt. Esa vez, la cordura prevaleció. Hoy, ese tipo de contención ya no está garantizada.
César Hildebrandt cerró su comentario con una inquietud: "Hoy día volvemos a estar sometidos a la... no digo inminencia, pero la posibilidad terrorífica de ser tan locos, tan suicidas, tan canallas con nosotros mismos de... en fin, usarla o quizás usarla en un descuido. Bueno, los dejo con esa inquietud. Cruzo los dedos y quizás rece".
Nueve países, más armas
La posibilidad de un ataque nuclear es ahora mayor que nunca desde la Guerra Fría. (Imagen ilustrativa Infobae)
La sensación de peligro expresada por Hildebrandt no está aislada. Coincide con los datos del Anuario 2025 del Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (SIPRI). De acuerdo con este informe, nueve países concentran el arsenal nuclear del planeta: Estados Unidos, Rusia, Reino Unido, Francia, China, India, Pakistán, Corea del Norte e Israel. La mayoría de ellos no solo mantienen sus reservas, sino que las están modernizando.
Dan Smith, director del SIPRI, lo explicó con claridad: "Lo más preocupante que vemos en los arsenales nucleares en este momento son los primeros signos de inversión de las cifras, que hasta ahora tendían a la reducción a largo plazo". La tendencia decreciente iniciada tras el fin de la Guerra Fría se revierte. La cifra actual: 12.241 cabezas nucleares estimadas, muchas más activas que en los últimos años.
En su análisis, Smith señaló que unas 3.912 ojivas se encuentran instaladas en misiles y aviones, mientras que 2.100 están en estado de alerta operativa elevada. Esto significa que pueden utilizarse en muy poco tiempo. Rusia y Estados Unidos concentran el 90% del total, aunque el ritmo de crecimiento más acelerado corresponde a China, que ya suma al menos 600 ojivas.
Nuevas tecnologías, nuevos riesgos
La expansión de las armas nucleares no ocurre sola. Viene acompañada por desarrollos tecnológicos que transforman los escenarios de guerra. Según el informe del SIPRI, la inteligencia artificial y las tecnologías espaciales agravan la posibilidad de errores catastróficos. Smith alertó: "La próxima carrera armamentística nuclear tendrá que ver tanto con la inteligencia artificial, el ciberespacio y el espacio exterior como con los misiles en los búnkeres o en los submarinos o las bombas en los aviones".
Estas innovaciones abren nuevos frentes de riesgo. Los sistemas automatizados permiten tomar decisiones más rápidas, pero también pueden fallar. Un error de cálculo o una lectura incorrecta podría activar una cadena irreversible. Smith lo expresó sin rodeos: "Tiene que haber una línea roja con la que probablemente todos los líderes políticos y militares también estén de acuerdo: que la decisión sobre el lanzamiento nuclear no pueda ser tomada por la inteligencia artificial".
En el contexto actual, la lógica de la disuasión mutua -la misma que durante décadas evitó el desastre- se vuelve frágil. Los actores en juego son más y sus intereses más diversos. Además, algunos Estados, como Bielorrusia, ya aceptaron el despliegue de armas nucleares en su territorio, como parte de acuerdos con potencias como Rusia. Por otro lado, miembros de la OTAN en Europa se muestran abiertos a albergar armamento estadounidense.
La dispersión de los arsenales complica el control global. Smith sostuvo que más Estados están considerando tener o almacenar armas nucleares. La amenaza, entonces, no proviene solo de los países históricamente nucleares, sino también de nuevos jugadores que buscan un lugar en la geopolítica global a través de ese poder.
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