China construirá una presa en Medog tan grande que controlará el agua de toda la India
16.08.2025
BEIJING (Uypress)- China confirmó la puesta en marcha de la presa de Medog, una megapresa hidroeléctrica sin precedentes, que tendrá un coste de US$ 165.000 millones y una capacidad total de hasta 60 GW, batiendo los récords establecidos por la presa de las Tres Gargantas (22 GW), cuya masa de agua retenida, estimada en 39 kilómetros cúbicos, ha sido reconocida por haber desviado el eje de rotación de la Tierra.
La nueva presa será una obra de ingeniería colosal. La presa aprovechará la inmensa energía hidroeléctrica del Gran Recodo, un escarpado cañón donde el Yarlung Tsangpo describe una curva en forma de herradura y luego desciende unos 2.000 metros a lo largo de un tramo de sólo 50 km.
Sus 60 GW de potencia, más de 35 veces la potencia de un reactor nuclear de última generación, son casi el triple de la presa de las Tres Gargantas, en la provincia de Hubei, actualmente la más potente del mundo. La presa de las Tres Gargantas ha alterado ligeramente el eje de rotación de la tierra, y está lo hará también de nuevo.
El objetivo es "acelerar el desarrollo de una energía limpia y luchar contra el cambio climático", explica el Ministerio de Asuntos Exteriores chino. El 60 % de la electricidad del país sigue produciéndose a partir del carbón, el combustible fósil que más gases de efecto invernadero emite. "La electricidad producida se suministrará principalmente a otras regiones para su consumo, al tiempo que se satisfarán las necesidades locales de electricidad en el Tíbet", precisó la agencia.
El emplazamiento elegido para Motuo, en la meseta tibetana, no es casual, ya que se trata de un punto altamente estratégico, tanto por el potencial energético que ofrece como por su ubicación en el río Yarlung Tsangpo, más conocido como Brahmaputra a su paso por la India.
Al situar una obra de esta envergadura aguas arriba de grandes cuencas fluviales, Pekín se asegura un control sobre el agua, un recurso cada vez más escaso en China. El gigante asiático concentra el 18 % de la población mundial, pero tan sólo el 6 % de las reservas de agua dulce.
El río Yarlung Tsangpo, o Brahmaputra, atraviesa la India y el Bangladesh. Países para los que la construcción de esta nueva megapresa es motivo de preocupación, ya que supone el control por parte de China de una inmensa fuente de agua.
China ha afirmado que el proyecto no tendrá "ningún efecto negativo aguas abajo", pero la India le ha comunicado oficialmente sus preocupaciones y asegura que "vigilará la situación y hará lo necesario para proteger sus intereses" en una región donde 1.800 millones de personas dependen de los recursos hídricos para su supervivencia. Cabe recordar que India y China, vecinos y potencias asiáticas rivales, comparten miles de kilómetros de fronteras en disputa, donde decenas de miles de soldados están apostados a ambos lados de la frontera.
Por otra parte, no sería la primera vez que una presa influye dramáticamente sobre las poblaciones, la ecología y la economía de otros países aguas abajo. El ejemplo de las presas de China, Laos y Camboya sobre el río Mekong que amplifican las consecuencias de una sequía en el delta del Mekong, en Vietnam, se puede ver cada día en un descenso alarmante de la pesca.
La presa de Medog, al igual que muchos proyectos anteriores, suscita también importantes críticas sociales. La ONG International Campaign for Tibet (ICT) señala, en particular, la falta de consulta con las poblaciones locales. Y no es una cuestión baladí. Según los datos de ICT, más de 120.000 personas ya han sido desplazadas a causa de las presas en la región y podrían ser necesarias hasta un millón de expulsiones más si los proyectos en preparación (más de un centenar) llegan a buen término.
La presa propuesta constituiría el mayor proyecto hidroeléctrico del mundo. El Yarlung Tsangpo, que nace en la meseta tibetana, desemboca en la India como el río Siang en Arunachal Pradesh, antes de convertirse en el Brahmaputra en Assam y finalmente desembocar en la Bahía de Bengala, a través de Bangladesh, como el Yamuna. Y, como era de esperar, la ambición de China ha alarmado a los países río abajo.
Los informes sugieren que esta presa, que incluye la construcción de varios túneles de gran tamaño para desviar el agua a través de la montaña Namcha Barwa, podría alterar significativamente los patrones de flujo hídrico, afectando a millones de personas que dependen del río para la agricultura, la pesca y el consumo diario. Según fuentes oficiales chinas , el proyecto busca aprovechar el rico potencial hidroeléctrico del Tíbet, reduciendo al mismo tiempo la dependencia del carbón y se alinea con sus objetivos de energía verde y neutralidad de carbono para 2060.
India, que depende en gran medida del río Brahmaputra, probablemente se enfrente a graves desafíos hidrológicos. El río abastece de agua a Assam, Arunachal Pradesh y otros estados del noreste, sustentando a casi 130 millones de personas y seis millones de hectáreas de tierras de cultivo. Si China desvía o controla el caudal del río, India podría experimentar inundaciones impredecibles durante las temporadas de monzones y sequías severas en los meses secos. Un estudio de 2024 publicado en el Journal of Indo-Pacific Affairs advirtió que China podría manipular las descargas de agua, lo que podría afectar los intereses económicos y estratégicos de India. Los hidrólogos indios han expresado su preocupación por la posibilidad de que la presa bloquee el flujo de sedimentos, crucial para la agricultura, lo que reduciría la fertilidad del suelo en las llanuras del noreste.
Foto: Aldea tibetana en el valle del Yarlung Tsanpo, Brahmaputra, Tíbet, China / Russia Today
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