INVESTIGACIONES
Diccionario de motivos amatorios
25.04.2011
MADRID, 25 Abr (UYPRESS) – La Universidad de Huelva tras 20 años de investigaciones y con la participación de 8 universidades españolas editará un 'Diccionario de motivos amatorios en la literatura latina”
El Diccionario incluye 173 voces correspondientes a tópicos eróticos, con figuraciones metafóricas sobre el amor, como el concepto 'llama de amor' o 'esclavitud de amor'; situaciones, como el enamoramiento, el cortejo o los esponsales; personajes, como la amada, el amante, el confidente o el cornudo; y otros elementos relativos a la relación erótica, entre ellos, el coito, las fantasías eróticas o la felación.
Se trata de una obra que "nace con vocación enciclopédica y concebida para ser una referencia para estudiosos de la literatura grecolatina y moderna", explica Rosario Moreno, profesora de Filología Latina de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla y una de las coordinadoras del manual, junto a Luis Rivero.
Sorprende, de entrada, lo avanzado de un asunto que parece haber inventado la modernidad. "Aunque cada autor lo refleja en sus obras de una manera diferente, en general existía una mayor desinhibición frente a los hábitos amorosos de hoy, con una mayor espontaneidad sexual", explica uno de los coordinadores del proyecto, el doctor en Filología Latina Luis Rivero.
Los frescos hallados en uno de los más famosos burdeles de Pompeya, el 'Lupanare' (1) hablan a las claras de la desinhibición sexual y amatoria con la que los romanos afrontaban las relaciones con sus semejantes. La poesía latina, desde Plauto (siglo III a.C.) hasta Apuleyo (siglo II d.C.) es también una muestra de cómo vivían los romanos el amor y el sexo.
Con el estudio y análisis de todas las creaciones amatorias de más de una veintena de autores latinos, más otras obras fragmentarias de numerosos autores, "podemos ver cuánto hay de herencia cultural en la manifestación del amor actual", indica Luis Rivero, quien considera que, aunque el amor es un sentimiento universal, cada civilización lo configura de una forma diferente. Con esta obra "podemos ir conociéndonos mejor, sabiendo qué entendemos por amar, acercándonos al abismo de ese misterio que no puede ni nunca podrá saberse", apunta el investigador.
(1) Los burdeles eran llamados “lupanares” en la antigua Roma porque las meretrices aullaban para ofrecer sus servicios, como si fueran lobas. Lupus...
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