NUEVA CHANCE A LAS NEGOCIACIONES
Donald Trump frena 15 días la decisión de atacar a Irán
19.06.2025
WASHINGTON (ANSA/por Benedetta Guerra) – La Casa Blanca advierte que Teherán puede armar una bomba atómica en dos semanas. El presidente estadounidense parece ganar tiempo para impulsar negociaciones. Misiles contra un hospital israelí desata más iras.
Donald Trump está ganando tiempo ante la posibilidad de un ataque estadounidense a Irán y parece estar abriendo la puerta a nuevas negociaciones con Teherán.
Según informes, el comandante en jefe ha pospuesto por el momento la decisión de dar luz verde a una intervención militar, reservándose el derecho a tomar una decisión en 15 días, convencido de que la vía diplomática no solo sigue siendo viable, sino también la única para evitar arrastrar a Estados Unidos a otro conflicto con un resultado incierto.
"Donald Trump decidirá si ataca o no a Irán en las próximas dos semanas", declaró la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, desmintiendo los rumores de que Estados Unidos estaba a punto de atacar en las próximas 24-48 horas.
Sin embargo, también advirtió que Teherán solo necesitaría dos semanas para producir la bomba atómica.
Unas horas antes, el propio presidente había rechazado lo afirmado en un artículo del periódico The Wall Street Journal, según el cual Trump ya había aprobado los planes para una intervención militar.
"No sabe nada de mis ideas sobre Irán", disparó. Desde su regreso anticipado de la cumbre del G7, Trump ha pasado sus días encerrado en la Sala de Situación con sus más leales seguidores.
Y, evidentemente, tras una cuidadosa consideración con los miembros más importantes de su gobierno, los líderes de inteligencia y militares, ha decidido dar otra oportunidad a las negociaciones.
Para el presidente, la posibilidad de un acuerdo con Teherán "sigue siendo sustancial", enfatizó la portavoz, confirmando que, de hecho, los contactos entre Washington e Irán no se han interrumpido ni siquiera tras el inicio de los ataques israelíes, y que el enviado especial para Medio Oriente, Steve Witkoff, ha hablado varias veces por teléfono con el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Abbas Araghchi.
"Trump tiene un instinto increíble y ha mantenido a Estados Unidos a salvo durante su primer mandato. Nadie debería sorprenderse por su postura sobre Irán", añadió el funcionario, reiterando que la "prioridad" del presidente es no permitir que Irán posea un arma nuclear. Según la Casa Blanca, Teherán solo necesitaría dos semanas para fabricarla: "Tiene todo lo necesario para producirla; solo se necesita una decisión del líder supremo y la fabricación de esa arma tardará un par de semanas".
Por ello, Washington también ha advertido que el presidente es un "pacificador", pero que al mismo tiempo no "teme usar la fuerza".
Otra señal de que el ataque estadounidense no debería ser inminente es la confirmación de la presencia del magnate en la cumbre de la OTAN en La Haya la próxima semana. "Saldrá el lunes", dijo la portavoz.
Entre las diversas incertidumbres que se ciernen, la que el presidente quiere asegurar, antes de tomar una decisión, es que una intervención militar logre el objetivo de destruir la planta nuclear iraní en Fordow sin arrastrar a Estados Unidos a una guerra prolongada en Medio Oriente. Según los expertos, una sola superbomba no sería suficiente, y esto es lo que más preocupa a Trump.
Antes de que el presidente diera marcha atrás parcialmente en los últimos días y extendiera la mano para volver a la mesa de negociaciones, Teherán había elevado el nivel del conflicto al amenazar con cerrar el Estrecho de Ormuz en caso de una escalada bélica. "El posible cierre del Estrecho es una de las opciones actualmente sobre la mesa", declaró un miembro del parlamento iraní, citado por la agencia TASS, y advirtió a "los enemigos de la República Islámica de Irán que si amenazan a nuestra patria y a nuestro pueblo, sin duda sufrirán una respuesta devastadora. Las decisiones sobre represalias se tomarán caso por caso".
El bloqueo de este tramo de agua tendría consecuencias devastadoras en todo el mundo. De hecho, ante la simple amenaza de cierre, el gas natural en el mercado TFT de Ámsterdam superó los 41 dólares, mientras que el Brent se acercó a los 78 dólares.
Imagen: ANSA/AFP
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