OPINIÓN

El plan de paz de Trump para Gaza muestra su doble juego en Oriente Medio y su subordinación a Israel

26.09.2025

OTHER NEWS (Por Juan Antonio Sanz* – Público.es) – Trump siembra la confusión con su plan para Gaza: dice a los líderes árabes que Israel no ocupará la Franja y Cisjordania, al tiempo que apoya el dominio israelí de Palestina.

 

Una vez más, el presidente estadounidense, Donald Trump, recurre al caos para tapar las profundas brechas de su política exterior. Lo ha hecho de nuevo sobre la cuestión palestina y el genocidio de Gaza, con peligrosos mensajes contradictorios en la Asamblea General de la ONU. Poco antes, en ese mismo marco, ya había dado un giro de 180 grados a su estrategia para Ucrania, animando a Kiev a derrotar a Moscú, cuando hace unos pocos días conminaba a ese país a ceder a Rusia buena parte de su territorio.  

A este bandazo le ha seguido el nuevo plan de paz para Gaza. En una reunión colateral a la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York, Trump presentó su plan de 21 puntos a un nutrido grupo de líderes del mundo árabe y otros países musulmanes y les intentó convencer de que Israel no se anexionará Gaza y Cisjordania y que su única pretensión es acabar con Hamás y liberar a la veintena de rehenes vivos que aún están en manos del grupo islamista palestino.  

Una propuesta no muy creíble, pues horas antes Trump había arremetido contra la creación de un Estado palestino, con un renovado espaldarazo al hegemonismo de Israel sobre esos territorios. No hay que olvidar que el primer «gran plan» para Gaza que hace unos meses defendió Trump y sus acólitos de la Casa Blanca apostaba por reubicar a la población palestina de la Franja y convertir este territorio en un inmenso complejo turístico y de ocio, como una nueva Riviera del Mediterráneo Oriental, en parte administrada por EEUU.  

Los fracasos de Trump 

La estrategia de Trump es sencilla:le dice a cada uno lo que quiere oír y, una vez generado el caos, se lava las manos y a otra cosa. Así ha dejado empantanados una serie de conflictos a los que, según él afirma, ha llevado la concordia, como el de Azerbaiyán y Armenia, del que restan aristas irresolubles, la crisis interna siria, con los islamistas de nuevo en el poder, o el avispero de Irán, donde prefirió despachar a sus bombarderos y sus misiles antes que a sus negociadores. 

En Ucrania, esa guerra que decía que pararía en 24 horas, el fracaso ha sido sonado y las perspectivas muy inciertas, con un pico en la tensión entre Occidente y Rusia difícil de parar en estos momentos. En el caso de Gaza, la situación es si cabe más complicada, pues Israel es el mayor aliado de EEUU y la sangre que tiñe ese territorio palestino ha salpicado ya a Washington desde que estalló esta crisis el 7 de octubre de 2023.  

Pronto se cumplirán tres años de bombardeos, masacres y exterminio de civiles a manos de un ejército, el israelí, queentró a sangre y fuego en Gaza para vengar el asesinato por Hamás de casi 1.200 personas y el secuestro de otras 251 en el propio territorio de Israel. En el genocidio desatado por el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, son ya más de 65.500 los palestinos asesinados, un tercio de ellos niños.  

Por ese terrorismo de Estado y los crímenes de guerra, sobre Netanyahu pesa una orden de arresto internacional, pero eso no le impedirá dar mil vueltas en avión para no ser detenido, aterrizar en Nueva York y hablar este viernes ante la Asamblea General de la ONU para maldecir a los nuevos países que han reconocido el Estado palestino.  

Un plan de paz poco creíble 

El lunes está previsto que se reúna con Trump, quien le expondrá su plan de paz para Gaza yseguramente le tranquilizará por los argumentos que utilizó para convencer a sus interlocutores de países musulmanes con quienes habló el martes. En esa reunión participaron los representantes de Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Catar, Egipto, Jordania, Indonesia, Pakistán y Turquía. 

Argumentos y medias verdades expuestas en un plan imposible, como la promesa de que Trump no permitirá a Netanyahu anexionar el territorio palestino de Cisjordania,un paso que podría concretarse en cuanto retorne a Tel Aviv. Pese a todo, este jueves Trump insistió a la prensa en que se «está cerca» de un acuerdo. 

El enviado especial estadounidense para Oriente Medio, Steve Witkoff, señaló esta semana que se mostraba confiado de que en breve haya un anuncio especial que apunte al fin de la guerra en Gaza. Witkoff señaló que algunos de los líderes árabes y de países musulmanes ya habían sido informados sobre los pormenores del llamado»plan de 21 puntos para la paz en Gaza y Oriente Medio». 

Los puntos revelados por medios de prensa estadounidenses incluyen la liberación de todos los rehenes y los cuerpos de cautivosaún en manos de Hamás, un alto el fuego permanente en Gaza, el marco para una gobernanza de la Franja que excluya a Hamás y una propuesta para que Israel se retire paulatinamente de ese enclave palestino. 

Según el portal de internet Axios, el plan también incluiría la participación de varios países árabes en la reconstrucción de Gaza,con fuerzas de paz y fondos, una propuesta que difícilmente será aceptada por Israel. Tampoco la participación de la Autoridad Nacional Palestina, que gobierna en la parte de Cisjordania aún libre, en el futuro de Gaza. Netanyahu ya ha indicado que no permitirá la vuelta de la ANP a la Franja, de donde fue expulsada por Hamás cuando esta formación ganó las elecciones de 2006 con apoyo financiero israelí. 

La «tierra prometida» del Gran Israel 

No sólo estos puntos parecen callejones sin salida en el plan de Trump. También habría habido un compromiso del presidente estadounidense para que Israel no se anexione Cisjordania, como dijeron los presentes en la reunión, aunque no se detallaqué pasará con los cerca de 700.000 colonos ilegales que han usurpado tierras palestinas en esa región con respaldo del ejército israelí.

Con esta auténtica invasión alentada por Tel Aviv desde 1967, Cisjordania ha quedado mermada territorialmente, asediada por soldados israelíes y saqueadapor colonos judíos armados, y, sobre todo, convertida en la pieza más codiciada, la «tierra prometida» para forjar el «Gran Israel» de los extremistas judíos. 

Aunque algunos de los asistentes a la reunión con Trump mostraron su satisfacción con el encuentro, ninguno olvidó la espada de Damocles que se cierne sobre Cisjordania, la conversión de Gaza en un cementerio, el éxodo de los más de dos millones de gazatíes expulsados de sus hogareso a punto de serlo por los tanques israelíes o la limpieza étnica desatada en la Franja.  

En la reunión estuvo Catar, un país que, pese a intermediar desde el principio del genocidio de Gaza entre Hamás e Israel, fue bombardeado por el ejército israelí a principios de septiembre, en su capital, Doha, para asesinar a los representantes de las milicias palestinas que se reunían allí mientras preparaban la negociación de un alto el fuego. 

En su alocución ante la Asamblea General de Naciones Unidas, antes de que se produjera la reunión con Trump, el emir de Catar, Tamim Bin Hamad Al Thani, fue muy claro: Netanyahu «quiere conseguir el 'Gran Israel'. Este es el objetivo de la guerra». El emir catarí pidió restaurar la seguridad en Oriente Medio mediante la carta de la ONU, algo muy complicado en estos momentos con la actual estrategia de Israel para anexionarse los territorios palestinos.  

«Israel no es un país democrático rodeado de enemigos, sino un peligro para los países a su alrededor, a los que considera enemigos», aseveró el político árabe. 

Soldados contra niños 

Tampoco otro de los presentes en la reunión con Trump, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogán, fue muy amable con Israel cuando se dirigió a la Asamblea General de la ONU. «El último ataque contra Catar, mientras Hamás estudiaba la última oferta de alto el fuego, es una muestra de que Israel ha perdido el control. Netanyahu no está interesado en la paz ni en la liberación de los secuestrados. Laobsesión de Israel en su supuesta Tierra Prometida (que incluye Palestina) ha acabado siendo una amenaza, no solo para los civiles e inocentes palestinos, sino para toda la seguridad y paz regionales», aseveró. 

Erdogán recordó que 20.000 de los gazatíes asesinados por Israel eran niños. «Hay dos partes que combaten en Gaza: una cuenta con las armas más modernas y otra está formada por niños», lamentó el líder turco. En Gaza, sentenció Erdogán, «no hay una guerra, no hay dos bandos. Es una invasión, un genocidio y una política de masacre de masas».

No obstante, el presidente turco calificó la reunión con Trump como «fructífera». También el presidente francés, Emmanuel Macron, manifestó su respaldo. «Creo que si podemos alinear a todo el mundo -EEUU, los árabes y los europeos- en torno a este plan de paz, podríamos tener un resultado», aseguró Macron, con más voluntad que seguridad en lo que hará Trump finalmente.  

La cumbre Netanyahu-Trump, clave para Palestina y Oriente Medio 

Todas las miradas están ahora puestas en la cumbre que celebren el presidente estadounidense y el primer ministro israelí tras la participación de éste en la Asamblea General de Naciones Unidas. De momento, sus invectivas más duras serán para los 157 países, de los 193 presentes en la ONU, que han reconocido el Estado palestino y más aún sobre quienes, como el Reino Unido o Francia, aprovecharon el encuentro de Nueva York para unirse al reconocimiento. 

El verano pasado, cuando se supo que algunos países manifestaron su voluntad de reconocer a Palestina, el ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich, presentó un plan para que Israel se anexionara el 82% de Cisjordania. Este podría ser el paso de Netanyahu al retornar a Tel Aviv tras reunirse el lunes con Trump y ello podría dinamitar la nueva arquitectura de relaciones internacionales en Oriente Medio impulsadas por los llamados Acuerdos de Abraham destinados a normalizar las relaciones entre Israel y el mundo árabe. 

Fue Trump en su primer mandato (2017-2021) quien impulsó los Acuerdos de Abraham entre Israel y países como Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Sudán y Marruecos. Los sucesos del 7 de octubre y la invasión de Gaza suspendieron las conversaciones entre Israel y Arabia Saudí para conseguir ese mismo propósito. Si se cumpliera la vaticinada anexión de Cisjordania y la ocupación definitiva de Gaza, los Acuerdos de Abraham quedarían en papel mojado e Israel se convertiría en un Estado paria en la región y en la mayor parte del planeta. 

*Juan Antonio Sanz, periodista y analista para Público en temas internacionales. Es especialista universitario en Servicios de Inteligencia e Historia Militar. Ha sido corresponsal de la Agencia EFE en Rusia, Japón, Corea del Sur y Uruguay, profesor universitario y cooperante en Bolivia, y analista periodístico en Cuba.

 

Imagen: Embajada de EE.UU. en El Salvador


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2025-09-26T21:31:00

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