UY Press - Agencia uruguaya de noticias

15.06.2025

TEL AVIV (ANSA) – Tercer día de guerra entre Irán e Israel, sin cuartel, con ráfagas de misiles en oleadas hacia los objetivos enemigos.

El número de víctimas de ambos bandos sigue aumentando, con un balance dramático en Irán que habría superado los 400 muertos, pero también en el Estado judío la noche del sábado fue la más sangrienta: al menos 6 decesos y 180 heridos en un ataque contra Bat Yaman, ciudad costera cerca de Tel Aviv.

Durante toda la jornada del domingo, los cazas con la Estrella de David continuaron atacando en todas direcciones, afirmando haber golpeado al "corazón del programa nuclear iraní" y haber eliminado a los altos mandos de inteligencia de los Pasdaran.

Los bombardeos israelíes se intensificaron.

Los misiles cayeron sobre Teherán, donde las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) explicó que habían atacado "el cuartel general nuclear" de los ayatolás.

Y otro importante miembro de la élite de la República Islámica fue liquidado: el jefe de inteligencia de los Pasdaran, Mohammad Kazemi, y su adjunto Hassan Mohaqqeq, sepultados bajo los escombros después de un ataque sorpresa en la sede de la organización.

En los últimos días, muchos comandantes del ejército y de la Guardia Revolucionaria habían caído.

Además de los misiles, la ofensiva también se llevó a cabo con coches bomba: al menos cinco explotaron en diferentes zonas de la ciudad.

Ataques dirigidos en los que perdieron la vida otros científicos destacados del programa atómico. En total, hasta ahora, fueron 14.

Decenas de objetivos fueron atacados, entre ellos dos depósitos de combustible. Mientras los residentes buscaban refugio en lugares improvisados, como mezquitas y estaciones de metro en un país que no tiene refugios.

La fuerza aérea del Estado judío amplió su radio de acción y atacó la ciudad de Mashhad, en el noreste, a 2.300 kilómetros de distancia de Israel: "El ataque más profundo desde el inicio de la operación", explicaron las FDI.

El asedio israelí al enemigo jurado se intensificó aún más en respuesta a los ataques iraníes que el sábado por la noche lograron perforar las defensas israelíes más que en otras ocasiones, causando muerte y destrucción, especialmente en Bat Yaman, lo que eleva a al menos 14 el balance total de víctimas en el Estado judío.

Las bombas en Bat Yaman fueron un shock para el país y el premier israelí, Benjamin Netanyahu, al visitar la zona, gritó: "Irán pagará un precio muy alto por el asesinato deliberado de civiles, mujeres y niños. Lograremos nuestros objetivos y les infligiremos un golpe devastador".

El propio premier confirmó la "destrucción del principal complejo" de Natanz, en el centro de Irán, donde se enriquece el uranio.

La Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) informó en los últimos días que la parte de la superficie del reactor había sido destruida.

En respuesta, Irán lanzó dos nuevas oleadas de misiles hacia Israel, y fuertes explosiones resonaron en Tel Aviv, Jerusalén, en el norte y en el sur, mientras que la FDI emitía alertas para que la gente se refugiara.

Al menos seis personas resultaron heridas en un edificio en el sur del país que fue alcanzado por un misil. Las FDI contabilizó al menos 200 proyectiles balísticos lanzados contra Israel desde el inicio de la escalada el pasado viernes.

El Estado judío no parece tener intención de aflojar la presión.

"El plan está funcionando como de costumbre y más allá. El ataque a Teherán y sus sistemas nucleares, a los sistemas de producción de armas, a la defensa aérea y a los misiles es un ataque poderoso", señaló el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, durante una evaluación de la situación con el jefe del Estado Mayor, el director del Mossad y altos oficiales de las FDI.

"Quien nos ataca transforma Teherán en Beirut", es la advertencia, dirigida también a los proxies de los iraníes que volvieron a amenazar la seguridad de Israel. Los hutíes, por ejemplo, que reivindicaron el lanzamiento de "varios misiles balísticos hipersónicos". 

Imagen: ANSA/EPA