VESUBIO

La historia de un hombre que no pudo escapar de Pompeya

31.05.2018

NÁPOLES (Uypress) – Desentierran restos de una víctima de la erupción del Vesubio hace 2000 años en una nueva campaña de excavaciones.

Pompeya alberga una gigantesca cantidad de información sobre la muerte porque en ningún otro lugar se conservan tantos cadáveres del mundo antiguo, de personas que no fueron enterradas, sino que quedaron petrificadas en el momento en que se produjo su fallecimiento.

Publica El País de Madrid que en nota del departamento de prensa del yacimiento arqueológico se afirma que la primera víctima encontrada en las excavaciones de la Región V de Pompeya tenía el tórax aplastado por un gran bloque de piedra en el momento en el que el hombre trataba de huir.

El mismo era un hombre de unos 30 años que tuvo muchas dificultades para huir. Una lesión en la tibia indica que sufría una infección en los huesos, “lo que debía provocarle muchas dificultades para caminar, las suficientes para impedirle escapar cuando comenzó la erupción volcánica”, reza del comunicado de los arqueólogos.

La erupción del Vesubio fue un proceso gradual que se prolongó durante muchas horas. La ciudad había sufrido un terremoto anterior y se encontraba en pleno proceso de reconstrucción cuando el volcán napolitano se despertó, en el año 79 de nuestra era.

Aunque la fecha tradicional de la erupción es el 24 de agosto, varios historiadores creen que tal vez tuvo lugar en otoño, precisamente porque alguno de los cadáveres encontrados iban vestidos con gruesas capas de lana, impropias del sur de Italia en pleno verano.

Cuando comenzaron a excavarse las ruinas de Pompeya, los cadáveres empezaron a aparecer muy rápidamente. El primero fue descubierto el 19 de abril de 1748.

En el siglo XIX, el arqueólogo Giuseppe Fiorelli, el director que dio el gran impulso al examen científico de Pompeya, tuvo una idea genial: se le ocurrió que se podía echar yeso en los huecos que habían dejado los cadáveres, enterrados por el flujo piroplástico y que se habían descompuesto hace siglos, y así surgiría un molde perfecto de la persona en el momento de morir.

El primer yeso surgió de las cenizas en 1863 y, desde entonces, se han realizado cientos.

El último se hizo recientemente en las mismas excavaciones de la Región V y fue descubierto así un caballo militar atrapado por la erupción.

Como explica la latinista británica Mary Beard, autora del estudio de referencia sobre el yacimiento Pompeya. Vida y leyenda de una ciudad (Crítica), “los moldes de yeso de las víctimas del Vesubio son un recuerdo constante de que se trata de personas como nosotros”.

Actualidad
2018-05-31T19:39:00

UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias