GESTION
Lanzamiento libro del Dr. Hugo Villar
13.07.2012
MONTEVIDEO (Uypress) - En el día de hoy se presentó el libro del Dr. Hugo Villar y colaboradores, 'Gestión de servicios de salud' del sello 'Zona Editorial'.
Hicieron uso de la palabra la ex-ministra de Salud, María Julia Muñóz, la Decana de Enfermería Lic. Alicia Cabrera y el Dr. Antonio Turnes.
Texto de las palabras del Dr. Antonio Turnes.
Amigas y amigos:
Es un doble honor recibido por obra y gracia del querido Profesor Emérito Dr. Hugo Villar, oficiar de presentador de su reciente libro, del que casi tres años antes, había leído y prologado. Es una prenda del afecto y la amistad, perdurable a través de toda la vida, hacia él, su familia y sus colaboradores. Y por qué no, también como testimonio y recuerdo para todos aquellos, hombres y mujeres, que pudieron hacerlo con mucha mayor propiedad porque formaron parte de ese maravilloso proceso, pero que ya no están en este mundo y que de alguna forma, en lo más profundo de nuestros corazones, están presentes.
Se ha destacado desde hace años, que traemos tres grandes carencias en la formación de nuestros profesionales de la salud: en Gestión, en Bioética y en Comunicación. Este libro busca contribuir a saldar una de esas tres viejas deudas.
Un sistema de salud, por más admirable que sea en la concepción de las leyes que le dieron origen, lo cual siempre es una afirmación que deja margen a la duda razonable, no podrá articularse y ponerse a funcionar cabalmente, sin una formación idónea en gestión. Tal vez sea este pnto la clave del éxito o el fracaso.
Pero ¿qué sentido encierra ese vocablo? La Real Academia Española consigna, en su definición más reciente, que gestionar es: llevar adelante una iniciativa o un proyecto; ocuparse de la administración, organización y funcionamiento de una empresa, actividad económica u organismo; manejar o conducir una situación problemática.
Para dicha Academia, ha existido un concepto evolutivo del término, que hoy se emplea con profusión y abundancia. Generalmente señalando la carencia de habilidades para gestionar.
Por lo tanto publicar un tratado de Gestión de Servicios de Salud, es un altísimo compromiso, que requiere de mucho conocimiento y experiencia. Pero sobre todo, sabiduría para tomar lo principal y dejar de lado lo accesorio.
Hugo Villar ha realizado un largo y fructífero recorrido, para llegar a este producto. Un camino de aprendizaje que comenzó en el pre-grado, donde fue un excelente alumno, a la vez que destacado
gremialista. Vale decir que desde su emprana juventud, tenía una marcada vocación por los problemas que vinculaban Medicina y Sociedad. Puesto de manifiesto desde los tiempos en que fue
Secretario General de la Asociación de los Estudiantes de Medicina, hasta su elección como Presidente de la 6ª. Convención Médica Nacional realizada en 1972. Que fue tal vez la que más y mejores aportes de investigación documental realizó para cimentar los cambios que hoy tenemos: los prolegómenos del Sistema Nacional Integrado de Salud y de la Colegiación Médica. Quedó por el
camino, todavía pendiente, el Estatuto del Trabajo Médico, otro de los eslabones más fuertes de esa cadena, para darle armonía y fortaleza al conjunto. Por su trayectoria ha sido objeto de múltiples
reconocimientos. El más reciente, el Premio “Dr. Abraham Horwitz”, otorgado por la OPS como la más alta distinción, que tuvimos oportunidad de presentar, en julio de 2008, en este mismo salón.
Siguió el camino del maestro Pedro Larghero, que fue su inspiración primera, como ejemplo de médico ético, patólogo concienzudo, hombre de acción y organizador. Siguió también las enseñanzas de Rudolf Virchow, otro patólogo, como él, preocupado por los problemas de la salud de la población, disciplina que luego se denominaría Salud Pública.
Desde el inicio de la transferencia del Hospital de Clínicas a la Universidad, por ley del 27 de junio de 1950, Villar estuvo vinculado a la enorme tarea de ponerlo en marcha. Cercano a los Decanos Abel Chifflet y Mario A. Cassinoni, a Juan Carlos del Campo y Julio García Otero, hizo junto a ellos un largo viaje de iniciación. Participó junto al profesor Ciro A. Peluffo en la Primera Conferencia Mundial de Educación Médica, reunida en Londres en 1953, único estudiante de Medicina presente, para asombro de los participantes de los cuatro rincones del mundo. Antecedentes de valor para dirigir el mayor Hospital Escuela del País.
El compromiso de aprender fue constante en él y trabajó como integrante de la Comisión del Hospital de Clínicas, junto a tres grandes directores extranjeros: Odair Pacheco Pedroso, de Brasil, Hugo Enríquez Frödden, de Chile, y sobre todo con Guillermo Almenara Irigoyen, del Perú, de quien fue Asistente. Tres figuras que están en el templo mayor de la Administración de Hospitales en América Latina. En los cursos que organizaron estos precursores, Hugo Villar coincidió con Aron Nowinski, también un gran hacedor, con inquietudes similares, Premio de OPS 2012 de Administración.
Cuando en 1972 el Prof. Pablo Purriel ocupó la Cartera de Salud Pública, convocó a Villar, Nowinski y Ripa, para elaborar un proyecto de Ley de Seguro Nacional de Salud, que por las circunstancias conocidas, el Golpe de Estado del 27 de junio de 1973, no tomó estado parlamentario. Pero era ya un intento de concreción de las viejas aspiraciones de una sistematización para gestionar con eficiencia y economía una materia de tanta trascendencia social y política.
VEAMOS AHORA EL LIBRO
Reuniendo un conjunto calificado de compañeros en diferentes proyectos y latitudes, Villar sintió en la cumbre de su madurez el llamado de transmitir el mensaje del cómo hacer. Ellos son: Aron Nowinski, su antiguo compañero de ruta y muy querido amigo, Roberto Capote Mir, destacada personalidad de la salubridad cubana, con proyección internacional, Raúl Berterretche, Joaquín Berterretche Pereiro, padre e hijo, Santiago Horjales, un arquitecto hijo de distinguido médico cardiólogo que supo trabajar en el Hospital, también el viejo y querido amigo Tabaré González, que acompañó buena parte de la gestión de Villar en el país y en algunos tramos del exterior, y Rosa Durán. Otra salubrista cubana de proyección internacional. De su nutrida producción en el área de la gestión de servicios de salud, se destacan sus libros más recientes:
1. La Salud una política de Estado. Hacia un Sistema Nacional de Salud. Marco conceptual, el contexto, situación actual y propuestas de cambio, publicado en marzo de 2003. Que fue un digesto para trazar las políticas del cambio.
2. Descentralización en Salud: Sistemas Departamentales de Atención. Hacia un Sistema Nacional de Salud. Marco conceptual, objetivos, requisitos y componentes. Libro elaborado principalmente con Ciro Ferreira y colaboración de otros autores, en julio de 2005.
3. Gestión de Servicios de Salud, que hoy comentamos. Progresivamente fue eslabonando con solidez y flexibilidad los conocimientos y experiencias atesorados en su rica vida como administrador profesional de hospitales y como salubrista. Decantando las experiencias en diferentes contextos sociales, culturales, geográficos y políticos. Recorrió América y España,
viviendo, trabajando y enseñando, fruto amargo del exilio durante la pasada Dictadura.
Ese período fermental en el exterior, luego de haber recorrido muchos años aprendiendo a administrar hospitales junto a aquellos grandes maestros, y de ejercer la conducción de nuestro Hospital Universitario desde 1961 hasta 1974, hizo renacer su espíritu de lucha. Con su inmensa energía fue estrechando vínculos fraternos con personas, sistemas y países, participando activamente en la reforma de muchos de ellos, extrayendo una riqueza conceptual inmensa que se traduce en sus obras de los últimos diez años.
Cuando para algunos la edad cronológica marca la etapa del retiro, alejándose del mundanal ruido, Hugo Villar concentró su esfuerzo para volcar en libros fundamentales, lo adquirido en la teoría y la praxis, con sacrificio, en una comunión de dolor y alegría. Dolor por estar obligadamente fuera de la Patria. Alegría porque podía mantener unida a su familia, y verla crecer en sus mismos valores, a la vez que expandir las alas de su creatividad, con su ejemplo de trabajador incansable. La familia que él formó junto a su compañera Haydée Ballestero, y sus cuatro hijos: Álvaro, Eduardo, Daniel y Andrea, son parte indisoluble de su vida y obra. Que le acompañaron siempre en su peregrinaje por el mundo de la Salud.
Este libro, que hoy se presenta, viene sin duda a llenar un vacío. Es una ayuda trascendente para los que asumirán en el futuro la responsabilidad de dirigir servicios de salud. Porque dirigir y gestionar no es mandar e improvisar, sino tener formación y ética, conocimientos y personalidad, empatía con la tarea y profunda motivación para trabajar en bien de los demás. Concibiendo planes
y programas, sabiendo cómo organizar todos los recursos humanos, materiales y financieros necesarios; evaluando lo realizado para corregir el rumbo sin perder la dirección del movimiento; y volver a planificar en nuevos ciclos sucesivos. Todo ello con la participación amplia de los más diversos actores, profesionales y no profesionales, de todas las vertientes que concurren a brindar los servicios de salud. Con las personas y con sus organizaciones sindicales. Tarea no exenta de problemas, ya que es competencia del buen administrador articular y superar los desafíos que esta complejidad le plantea cada día.
No se trata de un texto para satisfacer el ego de sus autores, sino de un compendio de sabiduría para ayudar a quienes en el futuro asuman la tarea, a escala grande, mediana o pequeña, de dirigir
establecimientos, unidades de cualquier magnitud, a nivel local, regional o nacional, articulando idoneidad y clara visión. Si sus aportes a la definición de Políticas de Estado en Salud fueron la base doctrinaria del SNIS, cosa que no todos conocen o recuerdan, no fue menos importante la contribución de Hugo Villar a la conceptualización de la Descentralización en Salud. Alto precio deberemos pagar como peaje por ignorar estos aportes, que fueron grandes letreros luminosos encendidos para que los conductores del proceso evitaran chocar con obstáculos peligrosos amenazando hundir el barco que conduce el proyecto.
No se han asumido todavía, en lo cotidiano, los beneficios de esos aportes, y en parte es el rescate que debemos pagar en la dura tarea del aprendizaje. Sin un marco doctrinario sólido bien organizado, es muy difícil obtener resultados exitosos, a través de gestores eficaces y éticamente bien pertrechados.
LAS PARTES DEL LIBRO, EN TÉRMINOS GENERALES…
A lo largo de esta importante obra, los autores estructuran un exigente programa, que conduce por los diversos campos que un gestor de salud debe tener en su bagaje de conocimiento para llevar a buen término su tarea. Desde los conceptos doctrinarios más amplios sobre la teoría de la salud y el desarrollo social, alcanzando hasta el máximo detalle, pasando por las determinantes sociales y biológicas de la salud, conceptos como la equidad y desigualdad social, el modo, el nivel y la calidad de vida, los factores genéticos, culturales, ecológicos, demográficos, las características de los servicios de atención de salud y el derecho a dicha atención, que conforman entre muchos capítulos indispensables, piedras de solidez suficiente para forjar el cimiento del gran edificio, la primera parte del Tratado.
En la segunda parte, se ocupa con amplitud, de la producción de servicios de salud, desde el punto de vista social, con perspectiva histórica y actual de los cambios que suceden en América Latina, en
materia de financiamiento y organización del sistema. Lo qué es un sistema nacional de salud y sus antecedentes en materia de políticas y modelos de atención, políticas de administración de recursos
humanos, de recursos materiales, de medicamentos, de recursos financieros: el presupuesto por programa de cada una de las unidades y del hospital en su conjunto; de estructura de organización. Los distintos modos de brindar la atención: desde la ambulatoria, la de emergencia, de urgencia, domiciliaria, hospitalaria. Con una clara descripción de la organización y funcionamiento de los hospitales de diverso grado de complejidad. La descripción de las unidades de organización y operación de cada sector, destila el saber acumulado a través de muchas décadas de trabajo en el área, y particularmente de la experiencia concreta recogida en la organización y dirección del Hospital de Clínicas “Dr. Manuel Quintela”, único por muchas de sus características organizativas, científicas, humanas y edilicias, emblema de la construcción hospitalaria moderna, en su tiempo. Se
abordan allí desde la planificación de hospitales, la organización de los registros médicos y servicios complementarios, hasta la higiene de los mismos. El mantenimiento y operación de planta, el programa para casos de desastres colectivos; la prevención y lucha contra el fuego en los hospitales; el servicio voluntario; las relaciones con la Prensa en un hospital; la administración de los recursos materiales y la gestión de compras.
En la tercera parte, profundiza en la Administración de la producción de servicios de atención a la salud, haciendo una prolija revisión del concepto de administración, su proceso y sus fases, aportando los antecedentes de la evolución de estos conceptos históricos. Para culminar con las directivas que debe abordar la Dirección de los servicios, el proceso de toma de decisiones, el proceso de estimulación-motivación, las comunicaciones en el arte de administrar, y tantos otros, hasta las funciones del Director y el papel del mismo como líder del servicio de atención a la salud.
En fin, el libro aporta una sucesión de materias teóricas y prácticas, indispensables para quienes acometen la delicada responsabilidad de dirigir un organismo de salud, público o privado, estén equipados de clara noción sobre qué es lo que se espera de su tarea, de qué herramientas podrán valerse para alcanzar las mejores metas, y cómo medir sus resultados, que es la forma más objetiva para efectuar un adecuado control social.
Pero lo más importante: esto no es producto de la especulación teórica, hecha desde un escritorio, del deber ser, sino un mínimo muestrario de lo que ha sido hecho, con tenacidad, compromiso y ética, sin claudicar ante las circunstancias más duras, en nuestro propio país, por un conjunto humano uruguayo de excepción. Con aportes, desde luego, de destacados autores, que son consultores de alta jerarquía a nivel internacional.
Este libro pudo estar en manos de los destinatarios hace casi tres años, durante la gestión de la Ministra Dra. María Julia Muñoz, que había ofrecido los medios para concretarlo. Pero por diferentes motivos, ajenos al Ministerio, la publicación debió esperar hasta ahora para salir a luz. En un formato y con un diseño gráfico práctico y estéticamente hermoso. Lo más importante, diseñado por su hijo Daniel, cerrando de esta forma el círculo de la familia, en otro acto de amor filial muy elocuente.
* * *
Volvamos a los comienzos de la larga trayectoria de Villar en la gestión de servicios de salud, para notar que lo traducido en este libro no son aportes teóricos, sino producto de un fuerte compromiso con hacer. Tomaré algunos párrafos aislados, de su discurso al asumir como primer Director titular uruguayo del Hospital de Clínicas, en 1961, hace más de cincuenta años:
Decía, el joven Villar, al tiempo de la inscripción para ese concurso, que: “dirigir el Hospital de Clínicas, requiere ante todo, estar compenetrado de la ideología, de la mística, que vivificó y dio fuerza al movimiento universitario que lo conquistó”.
“En la atmósfera pura y desinteresada que caracteriza al movimiento estudiantil, aprendí esa ideología y esa mística que siento profundamente y que infiltrarán todas mis actuaciones desde la
Dirección del Hospital”. (…)
“Pero por sobre todas las cosas, el Hospital es un verdadero Laboratorio Sociológico: puede ser el mejor de todos los centros de comprensión humana, si se proyecta a la Comunidad. En ese sentido,
el Hospital de Clínicas debe servir como Centro Piloto en materia sanitaria; debe conocer la comunidad: sus problemas, aspiraciones y posibilidades; y en base a ese conocimiento, promover las soluciones que tiendan a mejorar las condiciones sociales y el nivel de vida de nuestro pueblo; aspiramos, en suma, a que el Hospital de Clínicas se constituya en Centro Promotor de Bienestar Social”. (…)
Visto a la distancia, ¡¡¡ vaya si ese Hospital que él dirigió, fue un gran laboratorio donde se incubaron y plasmaron en realidad, ideas que orientaron la atención de salud en el Uruguay en las décadas siguientes a aquellos tempranos años de 1961 !!! Las innovaciones que desde allí se instalaron en la escena nacional, jerarquizaron su trabajo y la bondad de su magisterio. Desarrollando un fuerte vínculo con la sociedad, en base a la conciencia y la confianza, generadoras
de afecto genuino, sin gesto alguno de frivolidad y sin recurrir a un aparato de propaganda, publicidad o agentes externos. Por la fuerza exclusiva de la evidencia y calidad de los servicios. Entre otras mencionemos la instalación de los primeros presupuestos por programa que recuerda la República, y aportes sustanciales que han sido incorporados años después a las disposiciones del TOCAF entre las contribuciones a la administración general; otras vinculadas a la administración específica de salud, como: la génesis de las Residencias Médicas, desde 1962, consagrado en ley desde 1970; la organización de un plan para atención de desastres colectivos, que aún hoy se recuerda y toma como modelo; las relaciones de un hospital con la prensa; la especificación y descripción de cargos publicada en 1969, pero fruto de muchos años de esfuerzo en esa búsqueda; la introducción de los trasplantes de órganos en 1969 que culminaría con la ley de autopsias y trasplantes, la primera de 1971; el plan de asistencia progresiva y el primer CTI del país, en 1971; entre los realizados. Otros, que fueron generados durante su gestión antes de la Dictadura, pero que no pudieron ser concretados y lo serían años más tarde: el Centro Nacional de Quemados, el Centro de Información y Atención Toxicológica, el Servicio de Medicina Nuclear, o el primer Departamento de Oncología; son apenas algunos ejemplos.
Sigamos con el pensamiento de Villar en aquel memorable discurso:
“Muchos son los problemas planteados; varios, los sectores de trabajo que es necesario reorganizar. Pero esta tarea debe ser realizada con método: sin impulsos, sin apresuramientos, sin adoptar medidas efectistas.
La urgencia en resolver muchos problemas, no puede llevarnos a actuar con precipitación, en forma improvisada, a riesgo de obtener resultados mediocres y transitorios.
“Para encarar una tarea de dirección en forma seria y responsable, es necesario proceder con método. No es posible pretender abarcar y resolver, todos los problemas a la vez.
Con mi compañero Nowinski, desde nuestros cargos de Asistentes, nos hemos trazado un programa, que vamos cumpliendo paso a paso, en forma decidida y segura; sin detenernos y sin precipitarnos;
contando para la ejecución del mismo, con los muchos buenos funcionarios que tiene el Hospital, y con el respaldo de una Comisión Directiva seria y responsable, que actúa al ritmo que las exigencias de la Institución reclaman.
Emprendemos nuestra tarea con una enorme fe y con el mayor entusiasmo.
Estamos totalmente en desacuerdo, con quienes opinan que por ser un organismo sujeto a las normas de nuestra Administración Pública está condenado a ser lento, rutinario, sin ansias de superación y adoptan una actitud conformista y resignada. Estamos dispuestos a demostrar que este es un organismo dinámico, con iniciativa, en permanente afán de progreso, a cuyo ritmo y necesidades, deberán adaptarse normas y reglamentos anticuados y caducos. (…)
Todos nosotros debemos encarar nuestro trabajo con ansia de perfección técnica y de progreso social; en materia de salud sobre todo, lo mediocre no es admisible y sólo lo bueno es aceptable.”
Conceptos que tienen cada día más actualidad y nos obligan a repensar nuestras acciones para darles mayor efectividad.
Debemos reconocer que en ese tiempo se atribuían algunas características esenciales a la condición de ser Director o Director Asistente de ese Hospital Universitario, ejemplo lamentablemente poco imitado: dedicación completa, en cuerpo y alma, a esa actividad. De todo el equipo de dirección. El Director residía en el mismo hospital, como lo había hecho antes Guillermo Almenara. Rarísimos son en nuestro país, casos similares. En el último cuarto del siglo XX y la primera década del XXI, no hay otro caso igual. Eso también incide en los resultados.
* * *
Como decíamos al comienzo, de las carencias que tenemos en la formación de Recursos Humanos, la gestión de servicios de salud es del mayor impacto, por su proyección social, que puede hacer al
éxito o al fracaso de las más ambiciosas políticas de cambios en el sistema. Pensemos lo que es la articulación del esfuerzo consciente y coordinado de una orquesta para interpretar una obra. Donde cada instrumento, dentro de cada familia, de las cuerdas, las maderas, los metales o la percusión, debe estar perfectamente afinado y seguir las indicaciones del director para producir una ejecución que consiga el objetivo: una obra armoniosa y acabada. Algo parecido sucede en la Gestión de los Servicios de Salud. No sólo hace falta una buena partitura, sino buenos ejecutantes, conducidos por un buen director. Que requiere vocación y formación. No es un buen clínico, o un destacado cirujano, puesto ocasionalmente a dirigir, el que alcanza mejores resultados. Es un gestor con capacidad y conocimiento para la toma de decisiones, en un campo que no es la clínica, pero que debe comprenderla y abarcarla. Así como no se improvisa un buen médico, tampoco se improvisa un buen director. Mucho menos un equipo.
Debido a prejuicios universitarios que arrastramos hace décadas, perdimos la oportunidad como país, más de una vez, de tener una Escuela de Salud Pública. Los intentos señalados por Ciro A. Peluffo en el Consejo Directivo Central, en 1963, se remontan a 1925, ensayados en 1944 o 1945, y retomados más tarde por el propio Hugo Villar y su equipo en el Hospital de Clínicas “Dr. Manuel Quintela”, en 1971. Que no alcanzaron el objetivo perseguido. Se perdieron así posibilidades valiosas. Esa Escuela que aquí no supimos conseguir, se instaló en otra parte. Donde se formarían muchos profesionales uruguayos de excelencia. Aún nos queda en el DEBE.
Pero en el HABER tenemos hoy este libro. Un texto que brinda el complemento indispensable de las buenas prácticas, un aporte fundamental para guiar la acción. Como los cimientos de un gran edificio, esta obra llegará al firme, a los estratos más sólidos para evantar los pilares, vigas y losas de la gran construcción de la salud del futuro.
Se trata de una producción del mayor valor, que está llamado a guiar a muchos futuros administradores y autoridades de la salud en el mundo hispanoamericano. Las diferencias de tradición y cultura que existen entre el mundo anglosajón y el de ascendencia hispánica, se traducen aquí en la concreción en nuestra lengua, de esta hermosa obra, llamada a iluminar el camino de los que se aventuren a transformar las realidades. Uniendo pensamiento y acción, moral y economía, con profesión, ciencia y conciencia.
Celebramos la aparición de este Tratado de Gestión de Servicios de Salud, por el aporte que significa a formar la caja de herramientas básicas de la administración en salud. La felicitación para Hugo Villar y todos los autores que han contribuido con él, a lo largo de sus respectivas vidas, por largos tramos, compartiendo la diaria labor que está latiendo en cada página.
El libro fue dedicado por Hugo a su entrañable compañera Haydée y a sus hijos. Pero está implícitamente consagrado a todos aquellos que a través de los años trabajaron con inteligencia, con pasión y con una voluntad inquebrantable, en defensa del derecho de todos a recibir una atención a la salud digna, equitativa, humanitaria y de buena calidad.
Sin duda que todos lo recibirán con gozo, porque finalmente apareció esta brújula necesaria, para orientarnos en la tormenta y llegar seguros al puerto de destino.
Muchas gracias.
r.c.
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias
Documentos asociados: