ANTEL ARENA, las moscas en la sopa
Alfredo Bruno
18.11.2021
El tema del Antel Arena lleva forzosamente a recordar aquella situación en que un comensal en un restaurante llamó, muy enojado, al mozo: -¡Hay una mosca en la sopa! Y otra, y otra, y otra más, mire!- A lo que el mozo respondió: -Señor, por favor, no siga revolviendo…”
La curiosa interpelación en el Senado por el tema Antel Arena no despertaba demasiado interés real, sobre todo cuando la bancada del FA resolvió no participar de ella. Contra lo esperado, surgieron en su devenir una serie de nuevos elementos que podrían convertir al fracasado "abrazo al Antel Arena" en un real "abrazo de causas judiciales".
El tema, si bien ampliamente conocido, no deja de causar perplejidad al más imperturbable de los espectadores, en tanto reúne una cantidad de particularidades que hacen que su defensa se vuelva un ejercicio muy difícil. Tal vez ello explique la ausencia de los Senadores del FA, o quizás la respuesta a esa indefensión deba buscarse en las intrincadas peculiaridades de la interna frentista.
No vamos a ocuparnos de las particularidades ya ampliamente conocidas y denunciadas, que han sido sobrado objeto de debate en los últimos tiempos, sino a elementos nuevos que develó en su prolija y medida intervención el Presidente de ANTEL, Ingeniero Gabriel Gurméndez y que dinamitan algunos de los principales pilares en que se apoya la obra cuestionada, en algún caso con eventuales consecuencias insospechadas.
La reciente Auditoría de la obra del Antel Arena fue cuestionada con falacias ad hominem y relativizada haciendo referencia a dos Auditorías previas que no habrían encontrado elementos que reprochar.
La exposición de Gurméndez dejó claro que era absolutamente lógico que esas Auditorías previas no encontraran nada, en tanto jamás se les permitió buscar algo, ya que los elementos que debían haberse auditado habían sido previamente declarados confidenciales por el Directorio de ANTEL.
A su vez, como se recordará, un punto que había sido ampliamente cuestionado era la constitucionalidad de la obra, en tanto la misma establece en su Artículo 190 que "Los Entes Autónomos y los Servicios Descentralizados no podrán realizar negocios extraños al giro que preceptivamente les asignen las leyes, ni disponer de sus recursos para fines ajenos a sus actividades normales".
Esta posición fue rebatida por las autoridades de la época en base a un presunto informe del Instituto de Derecho Constitucional de la Facultad de Derecho de la Udelar, que habría establecido que el Antel Arena no se veía limitado por esa disposición de la Carta Magna. Así lo manifestó la por entonces Ministra Carolina Cosse en oportunidad de la interpelación llevada adelante en el Senado por Pablo Mieres el 22 de Noviembre de 2018, según consta en el Diario de Sesiones N.º 45, Tomo 589.
En su reciente presentación, en el mismo sitio y en similares circunstancias, el Ingeniero Gurméndez dio a conocer la respuesta a un Oficio de ANTEL a la Facultad de Derecho en relación a ese presunto informe, por el cual en nota del 3 de Noviembre del corriente, dirigida a la Decana de ese centro universitario el Instituto de Derecho Constitucional deja constancia que no existe registro en Actas de que se haya tratado alguna vez el tema, que interrogados los integrantes de la Sala en ese entonces ninguno recuerda el hecho y que el presunto informe de marras no llevaba la forma del por entonces Secretario del Instituto, como sería preceptivo.
Lo expuesto lleva a concluir que dicho informe solamente reflejaría la opinión personal de su único firmante, el Dr. Alberto Pérez Pérez, no representaría la posición del órgano y por ende su uso como tal sería totalmente fraudulento.
La gravedad institucional de lo denunciado es tremenda, pero no fue la única revelación inesperada en la sesión.
En efecto, el Senador Sergio Botana demostró, en base a información de ANTEL y la Intendencia de Montevideo, que la Administración inició los trámites para la fusión de los Padrones del Antel Arena el 15 de noviembre de 2019, es decir 1 año y 3 días después de la inauguración del centro polifuncional, el 12 de noviembre de 2018.
Vale decir, Antel Arena se construyó sin permiso de obra, al no haber cumplido los requisitos de Titularidad y Declaración Jurada de Caracterización Urbana, ante la Dirección Nacional de Catastro, así como no presentar el Plano de Fusión, imprescindibles para obras en más de un padrón.
No fue la única irregularidad denunciada por el Senador nacionalista. De acuerdo a datos de la Intendencia de Montevideo, el Antel Arena se erige en 4 padrones cedidos por la misma. Sin embargo, uno de ellos, Padrón N° 409482, no pertenece a la comuna, en tanto fue entregado al Ministerio del Interior por ésta, como pago por la apertura de la Avda. José Pedro Varela, en 1978.
Es decir, la Intendencia de Montevideo se comprometió a entregar y entregó efectivamente a ANTEL, con la venia de la Junta Departamental de Montevideo, una propiedad que pertenecía al Ministerio del Interior desde hacía 36 años.
Naturalmente, el Ministerio del Interior no estuvo ajeno a estas irregularidades. Por el contrario, fue partícipe entusiasta e hizo lo suyo para no quedarse atrás en esta carrera por el podio del absurdo.
Así, el 8 de mayo del 2014, en función del compromiso de la IM con ANTEL en entregar los Padrones, el Ministerio del Interior hace entrega a ANTEL de LAS LLAVES de las instalaciones sitas en el padrón en cuestión. Si, las llaves. No los títulos, los certificados, planos, o cualquier elemento que en una sociedad civilizada dé constancia de la tradición, origen y propiedad de un bien. No, apenas las llaves de las dependencias de Policía de Tránsito y el Polígono de Tiro, así como se hace en los asentamientos al hacer la compra venta de una pieza.
Para redondear definitivamente la barbaridad y ponerla a resguardo de ser alguna vez igualada, quien actúa en nombre del Ministerio del Interior no son sus representantes legales, Ministro y Director General, sino un Oficial Subalterno, el Teniente Alfredo Clavijo, quien en meteórica carrera alcanzara 20 meses después el grado de Comisario Mayor y el cargo de Director de la Guardia Republicana, hallándose hoy en Comisión en la Intendencia con el más alto grado posible del escalafón policial, Comisario General, obtenido en 2018.
Si esto fuera una novela policial, más allá de que sería calificada como demasiado fantasiosa, se podría hablar de una mens rea, de un claro modus operandi que actúa como hilo conductor en todas y cada una de las etapas que se van dilucidando, y es el más absoluto desprecio por las normas y el Derecho.
En efecto, en cada paso y en cada instancia se advierte una actitud quasi adolescente, un espíritu de "no sé lo que quiero, pero lo quiero ya", agravado por el poder sin límite y la total seguridad de la más completa impunidad.
Esa actitud no nos es desconocida. Hija dilecta de "el fin justifica los medios", solo necesita de una convicción mesiánica en poseer la verdad única y revelada, y no detenerse en nada con tal de lograrla, donde lo justo y correcto es lo que apoye a la causa buscada y todo lo demás sea desechable, despreciable y nadie tenga derecho siquiera a reclamar una explicación.
Es la piedra fundamental del sistema talibán, lo vimos también en una reciente conferencia de prensa, donde se dijo que "No sé quién me puede exigir que ponga el cargo a disposición tras mi tiempo de trabajo".
Este tipo de conductas y actuaciones no obedecen en realidad a temas políticos ni partidarias, sino a rasgos de personalidad que caen en el campo de la medicina psiquiátrica. Por ello, no es bueno para nadie que reciban el apoyo de actores o Partidos Políticos.
Sobre todo cuando, como en este caso, además las "verdades reveladas" han resultado ser un absoluto fracaso, y la única realidad incuestionable, inamovible y permanente es que el Antel Arena acumula U$ 3.7 millones en pérdidas, en el 2019, sin pandemia y pese a los importantes aportes de Antel como sponsor de los espectáculos que se hacían en su propia casa se habían perdido U$ 1.7 millones, mientras su "gerenciador" AEG Facilities Uruguay S.A. empresa subsidiaria de ASM Global, nos factura más de U$ 1.100 diarios, con puntualidad sajona.
Una historia, por cierto, muy similar a la regasificadora, si bien esas ya son moscas de otra sopa...
Alfredo Bruno es un sobreviviente de todas las campañas del Batllismo desde 1982 hasta entrado este Siglo, desde entonces redomado bagual mañero, huyendo de los palenques orgánicos. Libertad, República, Blues y Rock and Roll.
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias