La democracia contrataca

Ariel Bank

24.11.2020

La victoria de Joe Biden en Estados Unidos ha producido un verdadero cambio de aire por el cual las fuerzas democráticas encuentran una vía para derrotar a los neofascismos.

Hace 4 años el mundo observaba atónito como un personaje como Donald Trump ganaba las elecciones y llegaba para imponer su visión retrograda de la vida a todos los ámbitos de la sociedad norteamericana. De repente, el Estados Unidos que era la nación más poderosa del mundo entregaba el poder al máximo enemigo del multilateralismo. Su llegada al poder creó un clima de época marcado por el desprecio a las minorías y el intento de controlar la justicia como instrumento para liquidar paulatinamente al sistema democrático. Ese método de acumulación política se expandió a varios países como Brasil, Polonia e Israel pero la pandemia lo cambió todo.

Desde que llegó el Covid-19 al mundo, pudimos observar un renovado sentido de la resistencia por parte de las fuerzas vivas atacadas por el neofascismo. En Israel, la sociedad está saliendo a la calle de forma masiva exigiendo la salida de Netanyahu y colocando bajo una gran presión política a uno de los máximos líderes de la derecha mundial como lo es Benjamin Netanyahu. En Polonia, una buena parte de la sociedad ha salido a las calles en defensa del derecho a decidir sobre su cuerpo y con una destacada participación de las mujeres que con su valentía enfrentan a la poderosísima ultraderecha católica. 30 años después del referéndum que sacó de la jefatura del estado a Augusto Pinochet, el pueblo chileno decidió en otro referéndum terminar con la constitución de la dictadura y reemplazarla por una nueva en donde se vean reflejadas los intereses del pueblo. En Perú, la juventud con sus masivas manifestaciones logró la caída de un presidente que había sido elegido por el parlamento a espalda de los intereses del pueblo. Pero el gran golpe se dio en el corazón de la primera superpotencia mundial.

Biden logró vencer en unas elecciones donde fue más importante su prudencia y  su moderación tan necesarias para enfrentar una pandemia donde lo que prima es la incertidumbre. Sus decisiones más importantes fueron la de designar a Kamala Harris como candidata a la vicepresidencia, respetar las medidas sanitarias y la decisión de no entrar en el juego de Donald Trump. No se caracteriza por hacer declaraciones rimbombantes ante multitudes ni por ser un político con un carisma arrollador pero su inteligente postura frente a la exasperación de Trump lo convirtieron en la persona indicada para volver a construir lo que Trump y la pandemia han destruido en la sociedad norteamericana.

Pero la victoria norteamericana también deja reflexiones para que las fuerzas progresistas se hagan en el mundo. Es que durante un buen tiempo estuvieron errantes sobre cómo hacer para recuperar el terreno perdido. El año pasado Boris Johnson le dio una tremenda paliza electoral al Laborismo liderado por Jeremy Corbyn, desatando una furiosa interna en el partido. En Israel, el sionismo democrático fue incapaz de lograr una coalición de gobierno que pusiera fin al poder de la coalición derechista de "Bibi". La pregunta era clara ¿Cuál debía ser la estrategia para recuperar el terreno perdido?

La pandemia empezó a brindar respuestas a esa pregunta. En Francia, uno de los primeros países donde se hicieron elecciones en contexto de pandemia, el Partido Socialista logró recuperarse al vencer en Paris con la reelección de Anne Hidalgo. Después fue el turno de Bolivia, donde el MAS con una formula que no incluía el nombre de Evo Morales, logró derrotar el poder de la dictadura con una fuerza arrolladora de votos. En Brasil, los candidatos de Bolsonaro han sido derrotados por el centro y la izquierda. La victoria de Biden abrió las puertas a una nueva época.

En el 2017, el mundo parecía ir dirigiéndose hacia un futuro negro para el sistema democrático. La peste del neofascismo estaba en plena expansión en Europa, Estados Unidos, Asia y América Latina. En el mismo año, un grupo de rock irlandés lanzaba un video donde se observaba con claridad el nuevo escenario en donde se denunciaba el avance de la ultraderecha en Washington. Los irlandeses inspirados cantaban "defiéndete, no te quedes acostado, tienes que devolver el mordisco". Bueno, los norteamericanos hace pocos días contratacaron y ahora es el turno para el resto del mundo de "devolver el mordisco".

 

 

Ariel Bank

Licenciado en Relaciones del Trabajo egresado de la Universidad de Buenos Aires

Columnistas
2020-11-24T13:02:00

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