El elevado costo de las caídas en los adultos mayores

Carlos Vivas y Homero Bagnulo

04.04.2018

El crecimiento de la población mayor de 65 años determina cambios  en las necesidades de la provisión de servicios de salud. Los modelos sanitarios deben ser proactivos para prever las necesidades sanitarias, para  prevenir los daños evitables y para mejorar el cuidado de las personas cuyas situaciones se vuelven más complejas.

Las personas añosas presentan algunas características y  condiciones diferentes y más  frecuentes que los pacientes en edades más tempranas.

Esto se aplica muy especialmente a un evento recurrente, de una gravedad poco reconocida y que está determinando un grave problema sanitario: las caídas en los adultos mayores. Investigaciones recientes ( Medical Costs of Fatal and Nonfatal Falls in Older Adults. Florence,C;Bergen,G; Journal of the American Geriatics Society, Marzo 2018) están mostrándonos que aproximadamente el 30% de los adultos mayores de 65 años,  se caen cada año y que estas caídas a menudo resultan en un daño severo, afectan la movilidad y por tanto determinan una pérdida de su autonomía. Dichas caídas están determinadas en gran parte por la pérdida de fuerza muscular, alteración en el equilibro y dificultades en la movilización. Además, favorecen esta situación   que las personas viven más años y lo hacen con  afecciones crónicas diversas.  También varios de los medicamentos que se les administra a las personas mayores contribuyen en la elevada frecuencia de las caídas. Todos los datos disponibles nos muestran que el problema ha ido creciendo y continuará por ese camino. Por tanto, la elevada incidencia, las secuelas que permanecen por largo tiempo y el costo de la atención, tanto del evento agudo como de las secuelas posteriores, están afectando a los sistemas sanitarios, sin que se adopten estrategias que faciliten enfrentar el problema.

Destacaremos algunos datos que nos resultan relevantes del artículo que mencionáramos.

1.      Casi la cuarta parte (23,9%) de la población estudiada presentó una o más caídas en el año previo

2.      De la población analizada que  comunicó haberse caído en el año pasado: 52% tuvieron una caída, 21% cayeron 2 veces y 24 % cayeron 3 o más  veces

3.      Las mujeres cayeron significativamente más que los hombres

4.      Cuanto mayor la edad, significativamente mayor posibilidad de caer

5.      Cuando los pacientes consideraban que su estado de salud se definía como  malo, sufrieron caídas con mayor frecuencia

6.      Los pacientes deprimidos, tuvieron una mayor frecuencia de caídas,

7.      Lo mismo sucedió con los diabéticos, los que presentaban enfermedades respiratorias crónicas y los que habían sufrido accidentes vasculares encefálicos.

 Para el año 2015   en Estados Unidos  y con la metodología utilizada por los autores, se  identificaron  28.486 muertes vinculadas a caídas no intencionales en personas de 65 o más años. Esto representa 60 muertes por caídas cada 100 mil personas de 65 o más años.  Los costos médicos asociados a estas muertes, fueron calculados en aproximadamente en 754 millones de dólares.

En 2015 el costo total atribuido a caídas que no fueron fatales en dicho país y para la población reseñada, fue de 49.500 millones. Las caídas determinaron casi el 12% de los gastos de los cuidados a largo término de esta población, lo que muestra claramente la elevada frecuencia de secuelas.

Es necesario que los sistemas sanitarios desarrollen estrategias de prevención de caídas en la población añosa, ya que esto permitiría al mismo tiempo una mejora en la calidad de vida de un grupo importante de pacientes y una disminución sustancial del gasto en salud. Hay estrategias que cuentan con evidencia suficientes en relación a la prevención de caídas, e incluyen un adecuado manejo de la medicación (con revisiones frecuentes);  una mejora en la visión ( lentes apropiados, cirugías de cataratas, etc) y ejercicios para mejorar la fuerza muscular y el equilibrio. Tanto el taichi, yoga como  pilates,  se han mostrado asociados a reducción de estos eventos. Las intervenciones deben ser frecuentemente  multifactoriales y deberán evaluar los múltiples factores que pueda presentar el paciente. Los sistemas sanitarios deberían facilitarle a los pacientes el acceso a estar intervenciones, luego de la evaluación adecuada de los riesgos, considerando que  casi la mitad de estos pacientes, presenta caídas reiteradas, es importante derivarlos a un servicio especializado ya a partir de la primer caída, para iniciar estrategias de prevención. Se ha demostrado que estas pueden llegar a reducir hasta un 24% de las caídas. Los médicos tratantes deben  conocer la importancia de este problema, interrogar  sobre estos eventos y orientar la prevención de los mismos.

 

Homero Bagnulo y Carlos Vivas
2018-04-04T07:05:00

Dres. Homero Bagnulo; Carlos Vivas