Hacia una nueva educación: formando ciudadanos globales

Darío Álvarez Klar

02.07.2021

Las instituciones educativas, las familias y la sociedad son agentes educadores y hoy la escuela no es el único escenario donde el hecho educativo sucede. Incluso nunca lo fue, solo que ahora quedó en evidencia.

 

Se rompió la frontera del afuera y del adentro, lo cual tiene consecuencias directas en las familias, los profesionales de la educación y los equipos ampliados de trabajo. Si ahora la escuela es un "no lugar", ¿cómo se concibe el rol de los profesionales de la educación? Tenemos que asumir que este es otro espacio de transformación. Ahora debemos pensar en docentes curadores de contenidos, manejando nuevas herramientas, traspasando pantallas, generando vínculos en la presencialidad y también en la virtualidad. 

En la Red Educativa Itínere decimos que la escuela está donde "encendamos" las ganas de aprender. Esta es la gran transformación que aceleró la pandemia en muchos casos, y en otros, la vino a consolidar: el aprendizaje debe cobrar vida más allá del lugar, de las fronteras del aula, del colegio o de los límites territoriales. La educación debe estar atenta a su entorno, cada vez más global, ya que es lo que tiene incidencia directa en lo que aprendemos y en cómo lo aprendemos. 

Hoy el colegio se ha convertido en un espacio escalable, presencial, virtual y muy dinámico. El mundo tiene estas características y cada alumno debe tener las herramientas necesarias para ser un Ciudadano Global desde temprana edad. Un proyecto educativo debe ser un espacio de adquisición de habilidades, conocimientos y herramientas, con talleres de experimentación e intercambio, con ofertas desafiantes y estimulantes que permitan a estudiantes descubrir el mundo y también a sí mismos, para determinar su camino en la vida, en Uruguay, Latinoamérica o en cualquier parte del mundo.

Me gusta pensar en los colegios como ecosistemas abiertos de aprendizaje. La educación no se puede medir únicamente en los términos de conocimiento, sino que hoy también cobran valor otros ejes: la capacidad de conectar y construir con otros, intercambiar miradas, acompañar recorridos en diferentes contextos para potenciarlos. El aprendizaje debe ser colaborativo y co-creado.

Ya no es suficiente con crear currículums educativos o buscar entidades que acrediten nuestro hacer, eso es apenas un peldaño de la escalera de la gestión innovadora que hoy debemos encarar. Debemos crear una atmósfera centrada en el alumno, su aprendizaje, y el de todos los actores que en ella convergen. Es decir, todo debe propender a establecer una cultura donde el aprendizaje se respire, se sienta y se contagie: una cultura de  lifetime learning.

En este camino, la adquisición y trabajo sustentado en habilidades es irrenunciable. Los contenidos y la información se desactualizan, sin embargo, el desarrollo de habilidades tales como la creatividad, la innovación, el pensamiento crítico, la resolución de problemas, la comunicación, la colaboración o el pensamiento lógico como marco de aprendizaje es esencial en cualquier contexto y etapa de la vida. Las mismas podrán actualizarse, recrearse o adecuarse pero son la única forma de generar autonomía y adaptabilidad en el presente y futuro, en contextos cercanos o globales; en entornos de aprendizaje o de trabajo cada vez más dinámicos y con vínculos personales o profesionales más "líquidos" en el sentido de Bauman. 

Hoy más que nunca, en estos tiempos de mucha volatilidad, los colegios son comunidades abiertas de aprendizaje, los vínculos que allí se establecen y la capacidad que tengan las personas que conformen la escuela para que el aprendizaje cobre sentido, mucho más allá del contexto en el que se lleve a cabo. 

Darío Alvarez Klar, fundador de Red Educativa Itínere. Miembro Blend Team North Schools Uruguay.

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2021-07-02T18:02:00

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