Murió Mandrake
Enrique Pintado
LLevamos solo ocho meses de gobierno. Seguimos carreteando a punto de levantar vuelo. Pero en el camino el Pepe más de una vez tuvo que sacar las manos de la masa para dedicarse a apagar incendios que podríamos haber evitado nosotros.
Al Presidente le sobran motivos para estar cansado de andar metiendo mano en las chiquitas y es el primero en repetirnos todo el tiempo que el gobierno tiene que gobernar. Y en eso es un ejemplo. Hay que caminar hacia delante mirando el futuro y buscando lo mejor para las personas y para la sociedad. Por encima de las rencillas menores, hay un Uruguay diferente en construcción que nos permite dejar de tenerle miedo a la felicidad.
Vivimos en un pais con sostenido crecimiento económico, buenos niveles de inversión, bajo desempleo, trabajos de más calidad y con mayores niveles de formalización. Iniciamos un intenso proceso de reducción de las desigualdades sin dejar de seguir fortaleciéndonos para enfrentar eventuales crisis internacionales. Cada día hay más gente integrada a la ciudadania y a la economia. Rompimos con las viejas lógicas de resolver las crisis con ajustes fiscales que profundizaban la fragmentación y la desigualdad social. Pero ojo con dormirnos en los laureles de los logros. Está probado. No se puede nadar en el mar Muerto, para avanzar hay que caminar.
La gente no está incondicionalmente jugada al proceso de cambio que impulsamos y todavía nos mira de reojo. La consolidación del proyecto de desarrollo humano con justicia social, recién empezó en el 2005. Pero al ciudadano de a pie le interesan más los resultados micro que los macro. Hace una cuenta sencilla. Este es el sexto año de gobierno frenteamplista y esperan mucho más de nosotros. Y no nos enojemos con los reclamos de sectores organizados o grupos espontáneos. Escuchemos los pedidos y las expectativas de todos. Pero encaremos de frente y asumiendo los costos. No estamos en condiciones de decir a todo que si y a nada que no. En cada caso hay que evaluar si las demandas coinciden con las prioridades definidas en el proyecto nacional. Hoy más que nunca debemos practicar lo que el Gral Seregni nos enseñó: decir lo que se piensa y hacer lo que se dice. Hechos concretos que hagan realidad los compromisos. No tenemos excusas para demorarnos más.
Destrabemos los nudos que enlentecen la marcha. El rumbo de la izquierda y el plan de gobierno están claros como el agua. La construccion de un proyecto nacional lleva su tiempo y exige coherencia en las acciones cuyo destino final sean poder vivir en un Uruguay dinámico, inclusivo, diverso, solidario y democrático en todos sus ámbitos. En sintesis se trata de que la gente tenga oprotunidades para que a partir de su trabajo viva mejor. No hay tiempo ni lugar para marcar perfilismos ni jugar a las escondidas. El único perfilismo admisible es aportar para que este sea un gran gobierno, producir más hechos y menos explicaciones.
En el Frente Amplio aprendimos la lección cuando nos dimos cuenta que debíamos renovarnos. No para renunciar a las ideas ni a las utopías sino para poder entender y transformar la realidad que queriamos cambiar.
La consolidación del proyecto nacional nos demanda cohesion interna, rumbo estratégico y políticas de estado. Este proceso tiene tres pilares:
1. Por ser ideológica y pragmáticamente de izquierda, jerarquiza el desarrollo humano integral de la sociedad. Ello implica profundizar las politicas sociales logrando que sean eficientes, eficaces y oportunas para resolver las prioridades que nos hemos planteado: eliminar la indigencia, reducir la pobreza, erradicar el déficit habitacional, ampliar alcance y servicios del nuevo sistema de salud, mejorar la educación, y reinstalar al trabajo como valor social articulador. Este desarrollo humano redundará en mejoras sostenibles en la distribución de la riqueza.
2. Le propusimos a la ciudadania un país de primera y para que lo logremos debemos construir una infraestructura acorde al crecimiento y las inversiones que el pais tiene hoy y a las nuevas necesidades que tendrá mañana. Para ello estamos pensando en invertir en el quinquenio, solo en vialidad, 1.200 millones de dólares, a lo que se le sumará lo que demanden el ferrocarril y el desarrollo portuario. Un país de primera debe seguir mejorando su inserción en el mundo diversificando sus exportaciones y profundizando relaciones bilaterales y regionales. También necesitamos que en el 2030 Uruguay sea un polo logistico regional que opere como un gran centro de distribución y tránsito de mercaderias y personas desde y hacia el mundo. Un pais de primera requiere la promocion de inversiones pero también estímulos para las pequeñas y medianas empresas que se especializan y agregan valor a su producción. Y también hay que pensar en esas pequeñas cosas que nos cuidan la vida. Sustituir en rutas nacionales los lomos de burro por censores de contralor fotográficos automatizados, no es solo velar por la seguridad vial. Es evitar o al menos reducir el dolor de las familias víctimas de accidentes de tránsito.
3. No habrá desarrollo ni país de primera duraderos si no hay un cambio cultural profundo que reconfigure la identidad nacional. El crecimiento material es efimero e insustancial si no se sustenta en un cambio de mentalidades y en valores de convivencia compartidos. En ese plano los políticos tenemos la responsabilidad primera y el mandato ético de predicar con el ejemplo. El proyecto nacional nos exige a los politicos que prioricemos los acuerdos por encima de la competencia democrática, más aún si esos consensos tienen que ver con los objetivos estratégicos. Tambien requiere empresarios que no solo tomen riesgos sino que asuman la responsabilidad social como parte de su accionar cotidiano. Sindicatos que aprovechando el incremento de sus afiliados, además de plantear sus reivindicaciones, participen como lo están haciendo en las políticas de construcción de viviendas. que se continue con el compromiso activo con las familias desarrollando campañas para enfrentar la violencia doméstica y su apoyo a los planes de capacitacion.
Politícos, vecinos, empresarios y trabajadores, sin negar las diferencias, debemos esforzarnos por crear espacios de encuentro donde actuemos como socios estratégicos en la construccion de ese pais de primera.
Nuestro compromiso es con la gente, con el país, con el Presidente y con el Frente Amplio. Y no habrá nada que nos desvíe de la tarea de hacer todo lo que esté a nuestro alcance para que este sea un gran gobierno de izquierda. Porque el Uruguay y su gente lo necesitan. Para eso debemos estar y actuar a la altura de esos objetivos.
En estos meses de gobierno todos nos hemos entreverado un poco. Yo también. No aprendí tan rápido como quería y me sigo calentando porque no acepto ni entiendo ciertas letanìas. Pero tenemos viento a favor y podemos acelerar el paso. Hay que meter pata, sudor y pienso. Tenemos todo para hacer un gran gobierno de izquierda.
El Frente Amplio comenzó a repensarse como Partido de Gobierno, y el Concejo de Ministros redobla sus esfuerzos para trabajar en equipo y en permanente coordinación. Ahora es el tiempo de la unidad. El Pepe no puede vivir tapando agujeros. Todos sabemos que la gente no puede ni quiere esperar y que Mandrake no existe.
Enrique Pintado
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias