UY Press - Agencia uruguaya de noticias

26.12.2013

Hace algunos días se anunció el cierre definitivo de Galería Latina. Fue una muy mala noticia para muchos, para la Ciudad Vieja, sus vecinos y sus habitantes diurnos, para los pintores y escultores uruguayos, para la gente de la cultura. Es desde hace 33 años que, además de la lógica actividad de vender obras de arte, era un centro animador de la cultura nacional, editando libros, organizando exposiciones, enriqueciendo nuestro espíritu.

Cerraba. Las leyes del mercado y la competencia son implacables. Hace algunos años se trasladó desde su gran local en la calle Sarandi al Paseo de la Matriz en la calle Juan Carlos Gómez. Fue un repliegue, aceptable. Ahora el cierre.

El viernes fui a saludar a mi amigo Pablo Marks y lo vi muy atareado, colgando nuevos cuadros, ordenado el local y con los bríos y el entusiasmo de siempre. Me dio la buena noticia: Galería Latina no cierra. Es una de esas noticias que vale la pena compartir con todos ustedes. Puede ser un augurio para el próximo año.

Las galerías de arte en el Uruguay siempre fueron muchas, de gran calidad y mis amigos de otros países que visitaban el país, siempre me llamaron la atención sobre esa característica de nuestra ciudad. Eran una vidriera de nuestra sensibilidad, de nuestra cultura, por la cantidad y calidad de las obras expuestas y en venta. Ahora están en retirada.

Galería Latina se fundó en 1980, yo la conocí recién en 1985. Sobre el esfuerzo de Pablo, su tesón y su afabilidad fue siempre un centro de importantes actividades culturales, plural, abierta, sin horizontes ni limitaciones. Incluso durante la dictadura fue en 1980 - como bien lo recordó la intendenta Ana Olivera al nombrar a Marks como ciudadano ilustre de la capital - un lugar de encuentro de gran valor artístico, pero también ciudadano. Con una recordada exposición del pintor Manuel Espínola Gómez una figura sospechosa y enemiga para el régimen de la dictaburra.

En democracia la galería organizó exposiciones, conciertos, conferencias, edición de libros de alta calidad y promovió a casi 200 artistas uruguayos. Y ofreció siempre un lugar amable de encuentro, de calidez, de intercambio, siempre había espacio para conversar y aprender sobre las obras expuestas y sus autores. Y siempre estuvo Pablo Marks animando ese cálido y amigable lugar.

La noticia del cierre de Galería Latina, ocupa esos rincones del alma donde cada uno nos resignamos a enterrar a las cosas materiales, en este caso un local, una serie de cuadros y esculturas y la posibilidad de los encuentros más variados, divertidos y llenos de lecciones. Me ha sucedido a mi en varias ocasiones y me ayudaron a conocer un poco más el alma de los uruguayos.

Una galería, como una buena librería no son sólo comercios, vidrieras, exposiciones, anaqueles llenos de tomos, son un lugar de amistad y encuentro, de admiración por las sensibilidades de otros seres humanos que han transformado y mejorado nuestra existencia con sus obras, con sus delirios, con sus aventuras vitales y artísticas.

Yo podría reproducir los méritos de Pablo Marks reseñados en muchas páginas en Internet, de muy diversas vertientes, podría brindar testimonio de la cantidad de gente que me habla bien y con sinceridad de él, prefiero recordar las muchas veces que en el viejo local de la calle Sarandi o en el Paseo de la Matriz conversamos de esos temas muchas veces alejados de las diarias tensiones, aparentemente tan ajenos a la vida cotidiana y sus requerimientos y en realidad, sin ese y otros muchos oasis de cultura y de arte, todo lo demás sería mucho más pobre, más seco, más triste, más desértico.

Estoy contento, como estoy seguro que lo estarán muchas uruguayas y uruguayos, la Galería Latina, con el aporte de su dueño Umberto Ortolani y de su director Pablo Marks y sus colaboradores seguirá abierta.

Una buena noticia para el 2014 en adelante.