“Fogones Artiguistas”

Federico Arregui

14.11.2016

Como un reguero de pólvora que se enciende, despiertan en diversos lugares del Uruguay profundo los Fogones Artiguistas, que corren, llaman conciencias y despiertan el alma dormida de muchos que dejaron parte de sus vidas en las luchas populares o en la sana participación ciudadana.

  Despiertan en muchos curiosidad, simpatía y ganas renovadas de ir por más; mientras que en otros, aparece el desdén frente a una apuesta renovadora, porque no pueden ver más allá de estructuras y aparatos burocráticos.

  Pero vayamos a lo primero, a lo que importa, esto es al origen, a la razón de ser de este fenómeno que empieza a sonar como la clarinada de la admirable alarma de otrora que recorrió nuestros campos, villas y ciudades.

  En los fogones, alrededor de ese símbolo de misterio atrayente que es el fuego y la brasa encendida, al calor de la llama, a la cercanía de la gema vegetal incandescente, se reúne gente de diversos orígenes que se da la oportunidad y el espacio para reflexionar, para compartir un mate, un pedazo de carne, y junto con ello la esperanza, la fraternidad, con un propósito común: aportar en aquello que implica forjar el futuro de los uruguayos.

  Cuando lanzamos la idea pareció algo audaz, pero resulta innegable el predicamento que tiene, pues desde una base popular, republicana y democrática no es difícil captar el mensaje llano y claro: las palabras clave que son "Fogón" y "Artiguista" lo dicen todo. Alrededor de un fogón se reunieron una vez los orientales más allá de sus orígenes para moldear la base de que lo un día sería nuestra Nación, y el ideario del Prócer lo impregnaba todo.

  Así vinieron a aportar a lo largo de la historia grandes hombres, y, como bien retratan Gerardo Caetano y Salvador Neves en su último libro, es ejemplo contemporáneo de artiguismo, el General Líber Seregni.

  Subrayan los autores con acierto, que, "su trayectoria cívica ya pertenece al patrimonio nacional de la república en su conjunto, más allá de banderías", y agregan luego que, "Su amor acendrado a las instituciones en las que participó lo llevó a compromisos incómodos en todas ellas, incluso al agravio inaudito de ser tildado de traidor, aunque parezca mentira, desde el ejército hasta el Frente Amplio. Fue calumniado en dictadura y en democracia, por carceleros y por "compañeros". Los primeros no le perdonaron nunca su inalienable vocación constitucionalista y su apertura ideológica para unirse a todo aquel que buscara la transformación progresista del país. Los segundos, fueron implacables cuando debió defender  y defendió, las posiciones que -en el error o en el acierto- solo su conciencia le dictaba."

  Así también, el héroe Artigas, derrotado otrora por las élites nacionales y extranjeras, fue traicionado por los patricios de ayer. Artigas, el que no transó con el poder ni se vendió, el que defendió su pensamiento y su conciencia, sigue aún vivo e inspira desde el alma a los orientales desde la prédica de su ejemplo, y es así también, que aglutina hoy a los uruguayos todos y de "todos los pelos".

  Resulta pues ineludible, para quien creció aprendiendo y admirando a ese gran oriental que fue Líber Seregni, la lectura de "Seregni, un artiguista del Siglo XX", y al igual que él, muchos miramos el cielo estrellado del interior emergiendo como una oración tremenda y cuasi mística: "Padre Artigas guíanos, aquí está tu pueblo....". Estos dos Generales del Pueblo libertario, son inescindibles para quien escribe, van de la mano caminando por la historia y aún nos convocan.

  En el primer Fogón que fue en Villa Soriano, con calor abrumador, hubo una charla llana, simple, fraterna. Se avecinan más, uno en Mercedes, otro en Atlántida, otro en Piriápolis, otro en Tacuarembó.

  Los tiempos se precipitan, se apresuran, nos acicatean a agruparnos, a pelear nuevamente para que no nos sea robada la esperanza, la ilusión, la utopía, y para que cada cual, desde sus convicciones y orígenes políticos, sea capaz de agruparse en un proyecto de país afín a los principios que siempre nos unieron.

  "De todas partes vienen, sangre y coraje, para salvar su pueblo, los Orientales...", dice la canción de Idea Vilariño, cantada magistralmente por "Los Olimareños".  No podemos, no debemos dejar a la gente con dolor en el pecho, con frustración ni con bronca. ¡Que se multipliquen los Fogones Artiguistas!, para hablar de lo que sentimos y de lo que pensamos sobre Uruguay y su futuro. Que una nueva agenda para el Pais es necesaria para seguir transformándolo, para hacerlo limpio y digno, para rescatarlo del delito y de la falta de transparencia, para seguir siendo un pueblo de trabajo y dignidad, una tierra de oportunidades y para que cada oriental puede ganar dignamente el pan con su trabajo.

Sumate, vos podés organizar tu gente, contactate, hacé sentir tu voz.  Hacelo por vos, por los tuyos, por el país todo, por un proyecto popular, progresista y limpio. Que los "Patricios" no vuelvan a derrotar al General Artigas. ¡ Animate !, ¡ Sumate !. Falta tu presencia...

 

Federico Arregui.

Abogado. Especialista en Derecho de Daños( Udelar).-

federicoarregui07@gmail.com

Columnistas
2016-11-14T09:05:00

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