Oda al Ananasso

Federico Filippo

01.07.2011

Buenos Aires, (UYPRESS/Federico Filippo). Regresábamos de un paseo familiar, no logro recordar de dónde. Estábamos en el auto mi padre, mi madre, mis dos hermanos y yo. Yo tendría por ese entonces unos 12 años y logré ese día una de las victorias más recordadas en toda nuestra historia familiar.

Veníamos charlando, tampoco recuerdo sobre qué tópico, pero la conversación incluía al Ananá (o piña, abacaxi en portugués).Nos enfrascamos con mi padre en una acalorada discusión sobre la traducción al italiano del nombre del fruto.  La historia no tendría nada de relevante si no fuera por los personajes involucrados en ella.

Mi padre es un tipo muy temperamental, dueño de todas las verdades, de las que efectivamente tiene por su dedicación al estudio y de las que no tiene, es imposible saberlo todo. Su estilo lo lleva a que si no lo sabe y cree saberlo al final todos terminan creyendo que efectivamente es así. El pobre no lo sabe pero luego de convivir años con él uno se da cuenta que está en terrenos movedizos cuando comienza a levantar la voz. Es como si un jugador de póker tuviera un tic nervioso cuando le toca mentir sobre el juego que tiene entre manos. Al sentirse acorralado recurre a la autoridad, en este caso paternal. Estábamos enfrascados en esta discusión, que no daba para grandes muestras de autoridad, se limitaba a insistir e imponer que Ananá en italiano se dice y se escribe “Ananas”, y punto.

Yo recuerdo perfectamente que estaba en un terreno súper seguro, que sabía perfectamente que “ananá” en italiano se dice y se escribe “Ananasso”. Y yo dale con la matraca a pegar donde más duele, papá estás equivocado. Los demás pasajeros se deleitaban con la discusión. Cuando sube el tono es sinónimo que la conversación se apresta a terminar, por lo general siempre para el mismo lado. Cada uno convencido de su verdad y ya alterado él, acordamos que no bien llegáramos a casa agarraríamos un diccionario de la lengua italiana y veríamos cómo se dice y se escribe en italiano “ananá”.

La familia entera estaba pendiente del desenlace. Una victoria en el campo de las letras de un joven de 12 años frente a un reconocido periodista sería semejante a un maracanazo familiar. La ansiedad nos acompañaba a todos. Llegamos a la casa, creo ni siquiera nos sacamos nuestros abrigos y fuimos al diccionario. Ananasso: Ananas , chiamato in italiano Ananasso, è un genere di piante appartenente alla famiglia delle Bromeliaceae. È conosciuto soprattutto per la specie coltivata Ananas comosus. La parola Ananas deriva dal nome del frutto nella lingua degli índios Guarani. Era imposible no reconocer mi victoria, al fin el invencible padre había sido derottado en su propio territorio, frente a un público esultante con mi cruzada, de ahora en adelante, para el resto de mi vida tendría algo para recordarle, el ananasso existe, tenía un talón de aquiles, no era invencible y en este caso un tropezón se había convertido en una legendaria caida.

Esta anécdota también denotaba el nivel de competencia que existía, fue parte de mi crecimiento. Y la verdad que yo siempre sentí que mi padre vivía en una competencia permanente por superarse, mucho más de lo que yo sentía que competía con él. Quizás era su forma de demostrarme que para crecer hay que estudiar y competir, mirar bien alto y poner la mira lo más arriba posible para superarse, sin miedo a nada, y que esta es la única opción que les queda a los que vienen de abajo, de muy abajo. Más allá de las enseñazas, estilo gran maestro chino, que puedan resultar de esta historia, el regocijo que sentí ese día quedo grabado en mi y en toda la familia. Ante cualquier descencuentro o discusión familiar nos defendemos evocando el fruto del ananasso. Al terco, al porfiado, al que le cuesta reconocer el acierto en el otro, al empecinado con sus verdades, nosotros le decimos “Ananasso”.

Gracias, gracias Ananasso!!!

Federico Filippo
2011-07-01T10:38:00

Federico Filippo (*)

(*) Como decía mi abuelo, "Cittadino del Mondo"

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