Una buena noticia: una larga explicación

Felipe Michelini

18.11.2015

Hoy frente a tanta noticia triste y situaciones que nos hacen dudar del estado de civilización de la especie humana, quiero escribir sobre un hecho reconfortante.

Se comenzó a dragar el Martín García. En efecto, la draga Jung 3001 (propiedad del consorcio Servimagnus S.A: - SDC do Brasil Servicios Maritimos LTDA - Sucursal Argentina, Unión Transitoria de Empresas) se encuentra en el canal frente a la costa de Uruguay.  Este domingo pasado al mediodía, se comenzaron las obras entre el km 82 y el 85 que es el tramo que une a la ciudad de Colonia con la localidad de Conchillas para tener referencias de nuestra costa. El objetivo es recuperar el nivel de profundidad del canal a 32 pies.

Todo se está desarrollando tal como establecen las obligaciones acordadas entre las partes en el contrato firmado oportunamente entre dicha empresa que ganó el concurso de precios internacional de dragado de recuperación y la Comisión Administradora del Río de la Plata, el organismo binacional de Argentina y Uruguay que administra el Río de la Plata.  Si todo continua y no hay hechos inesperados, el canal tendrá optimas condiciones de navegación a mediados de marzo como último plazo.

Este hecho que parece menor, no lo es. Pues ese nivel de profundidad repercutirá en el óptimo desarrollo de la actividad naviera de Nueva Palmira como espacio logístico fundamental para la actividad económica en la región y en el país.

Tampoco es un hecho casual. Es el logro que se realizó a través del trabajo mancomunado de la Delegación Uruguaya ante la CARP. La mista integrada por la entrañable compañera doctora Silvia Izquierdo, lamentablemente fallecida hace unos pocos días, pero que pese a su dolencia trabajó incansablemente hasta que le dieron sus fuerzas, así como el capitán de navío (R) José Eduardo Aguiñaga Corbo, del capitán Pablo de Marco, el doctor Juan Curbelo, delegado designado a propuesta del Partido Nacional y quien escribe este artículo que he sido honrado de presidir la delegación.

En dicho proceso contamos con el apoyo de la Licenciada Mónica Gómez, el Dr. Carlos Mata, el doctor Alfredo Scafati, el contador Hugo Caussade; y los asesores Enrique García y Walter Souto.

En la tarea se debe resaltar el respaldo que hemos tenido por parte del señor ministro de Relaciones Exteriores, doctor Rodolfo Nin Novoa,  a través del en de los embajadores Martín Vidal, Director de Asuntos Políticos y de César Ferrer Burlé, Director General del Área para Asuntos de Frontera, Limítrofes y Marítimos, así como del Ministro de Transporte y Obras Públicas, Victor Rossi. Asimismo cabe señalar también el apoyo recibido por el Embajador de Uruguay ante la Republica, Héctor Lescano.

Resuelto el tema del dragado de recuperación es muy importante poder abordar el tema del Río de la Plata, no desde la patología, ni desde la excepcionalidad o el conflicto, sino desde una lógica proyectiva que identifica un espacio institucional de suma importancia para el país.

En la medida en que, además, es de los espacios institucionales comprendidos dentro de lo que deberían ser políticas de Estado.

Asimismo, quisiera resaltar la construcción de las políticas de Estado sobre un principal objetivo que ha guiado nuestro esfuerzo en todos estos meses. El primero es garantizar la navegabilidad del Río de la Plata, que haga que sea funcional al desarrollo productivo del país. Ese fue el punto central de la gestión que emprendimos, partiendo la base de que la CARP es, efectivamente, administradora, y la delegación uruguaya tiene que colaborar y coadyuvar a que esta cumpla esa función, sin perjuicio de otras que son accesorias.

En ese sentido, nosotros trabajamos para la agenda de la Comisión Administradora del Río de la Plata, que es una agenda construida binacionalmente, con una ritualidad y una solemnidad propia a un organismo de estas características.

El objetivo principal fue garantizar la navegabilidad del Río de la Plata, porque se estaba en una situación compleja. Cuando nos referimos a la navegabilidad del Río de la Plata, estamos hablando, fundamentalmente, de la navegabilidad del acceso al canal Martín García -por cierto, pasando por el canal de Punta del Indio-, pero ese es el elemento principal, sin perjuicio de que hay otros aspectos.

En el momento en que la empresa Riovía dejó de encargarse del dragado del canal Martín García, la Comisión Administradora del Río de la Plata entró en una situación muy compleja, en el marco de las complejas relaciones que tenemos con la República Argentina. No puede encapsularse el relacionamiento de la CARP como si fuera una relación con un país distinto a la República Argentina.

Nuestro esfuerzo como delegación ha sido y es priorizar y "limpiar" de la mesa de negociaciones diversos asuntos que pueden ser, eventualmente, conflictivos, a los efectos de centrarnos en nuestro principal objetivo, que es garantizar la navegabilidad del Río de la Plata. Y garantizar la navegabilidad del Río suponía implementar, a la mayor brevedad posible, el dragado de recuperación del canal Martín García, que se inició a partir de febrero de este año, pero necesitábamos, obviamente, pasar todas las etapas de un proceso de licitación internacional.

Un proceso de licitación competitivo es complejo, porque enfrenta a distintos operadores que, además, tienen mucho músculo en la esfera internacional -son empresas de mucho porte - y porque, además, cada decisión tiene que ser compartida entre ambas delegaciones nacionales. Por lo tanto, si había posibilidad de obstaculizar la concreción de este llamado, se hubiera podido hacer en las etapas previas. Por ejemplo, se podía decir: "Este papel no me gusta; la cara del señor tampoco; debería presentarse de otra forma, etcétera". Cualquier detalle objetado por una parte de la CARP podía bloquear -además, son temas opinables- primero la adjudicación de la licitación y, posteriormente, la firma del contrato.

Esa fue nuestra principal preocupación y "limpiamos" todo lo que pudimos el resto de los ítems que estaban arriba de la mesa, sea porque concedimos cuando consideramos que tal o cual solución o petición de la República Argentina no era trascendente para el Uruguay; sea porque encontramos soluciones alternativas; sea porque generamos espacios para discutir de mejor manera, pero siempre desde el punto de vista que para nosotros era esencial: adjudicar el contrato y firmarlo.

Una vez adjudicada la licitación, eso ya era una cierta garantía porque, una vez firmada, la CARP ya podía incurrir en responsabilidad internacional por incumplimiento de una norma contractual o precontractual. Desandar un camino después de que se asigna y se notifica, ya resulta más difícil, pero lo cierto es que necesitábamos, aparte de asignar la licitación, como se hizo, firmar el contrato.

Con mucha satisfacción adjudicamos el concurso y luego firmamos el contrato. Todos los pasos previos son complejos: el tipo de draga que se va a contratar y que pondrá la empresa -que tiene que estar de acuerdo al pliego de licitación-, el personal, los seguros, las batimetrías y los estudios previos. Todo eso tiene una cierta complejidad. Cuando uno dice que firmamos el contrato, parece sencillo, pero se tienen que haber cumplido todos esos pasos.

El segundo aspecto en el que pusimos especial preocupación es en identificar a la Comisión Administradora del Río de la Plata como un órgano de especial jerarquía y, por lo tanto, prestigiarlo al máximo posible. Esa definición significa también prestigiar y darle a la delegación uruguaya la máxima jerarquía posible, desde los espacios físicos que ocupa, el régimen de trabajo, la disposición de medios y los relacionamientos institucionales. Entre otras cosas, expusimos en la Comisión Especial Río de la Plata, Frente Marítimo y Antártida de la Cámara de Representantes en la coadyuvar a una política de Estado. En ese sentido, hemos hecho una distribución de tareas entre los distintos integrantes de la delegación uruguaya, sea para tener permanentemente informado a todo el espectro del sistema político de todos los partidos con representación parlamentaria, así como a todos los jerarcas de la Administración respecto a cuales son las actividades de la CARP y la delegación uruguaya.

A veces, muchos de los problemas surgen porque uno da por sentado que la información existe, que las cosas se saben, cuando en realidad, en el mapa del Estado, a veces lo simple se hace difícil por no tener la información disponible o como se dice no estar en el radar. Por lo tanto, hemos desarrollado una política, no de relaciones públicas para darle importancia a nuestro trabajo, sino porque consideramos que es central que cuando surge una noticia, sea buena o adversa, la persona que la lee tenga la oportunidad de escuchar de primera mano las informaciones o de saber a quién recurrir para aclarar las dudas si existiesen.

Por tanto, estamos en permanente información con todos los jerarcas de la Administración y todos los integrantes del sistema político, y si hubiese alguna duda, cualquiera de los delegados estamos en condiciones de responder, pues hemos hecho un trabajo en el sentido de que la información no está reservada a tal delegado, sino que es compartida pues es propiedad del país.

Asimismo, hemos intentado desarrollar buenas prácticas administrativas, de fortalecimiento de la delegación. Como saben, la Presidencia de la CARP es rotativa. El año que viene la va a ejercer Uruguay. Queremos seguir dándole una fortaleza a la delegación uruguaya en la Comisión que le permita ejercer precisamente tal responsabilidad. Esta no es una mera cuestión simbólica, más teniendo presente que la subsede de Buenos Aires es el corazón administrativo de la CARP, por lo que se debe marcar presencia física y vamos a cumplir nuestras responsabilidades en la materia.

El Uruguay, necesita un shock de infraestructura. Muchas veces la infraestructura no se ve y es muy costosa, más en materia de ríos o marítima; tiene un altísimo costo. El solo hecho de mantener un canal o movilizar un buque, de mantenerlo, de tener personal a cargo tiene costos y tiene una escala. Lamentablemente, no es un secreto Uruguay no tiene necesariamente una cultura de cara al río o a la actividad marítima. Es un elemento, en el mejor de los casos, anecdótico al desarrollo cultural del país. Estamos mirando otras cosas, no necesariamente menos importantes, pero lo relativo a la materia de puertos, de navegación, de transporte marítimo, siempre termina siendo una cuestión marginal, a pesar de que, como Estado, tenemos una dependencia del puerto y de nuestras vías marítimas fundamental.

El abordaje desde la delegación uruguaya en la CARP es avanzar en la línea de garantizar la navegabilidad del canal Martín García sobre la base de licitaciones internacionales que convoquen a los máximos operadores en clave de competencia para garantizar el mantenimiento -ahora estamos haciendo la recuperación- y, eventualmente, la profundización del canal.

Creemos que es una definición el objetivo y el medio. Consideramos que la CARP es administradora, no es dragadora; no tiene capacidades ni operativas para llevar por sí esta tarea. A su vez es obvio que ni el Estado argentino ni el uruguayo, ni los dos en conjunto lo pueden hacer por una razón de escala. Comprenderán que este no es un tema de principios ni de cuestionar el promover o no economías solidarias o alternativas. En mi caso, al contrario soy un defensor entusiasta de modalidades distintas en materia económica, pero no tengo ninguna dificultad en reconocer que en materia de dragado, no es el rubro en el que tengamos competitividad alguna. Basta con pensar en los montos que cuesta comprar o alquilar y mantener una draga, para saber que no está en las capacidades para hacerlo exclusivamente en el Río de la Plata. Podrá ser competitivo para otras instancias probablemente de menor tamaño, de menor tenor, pero este no es el caso.

Por lo tanto, se le ha expresado a la delegación argentina y creo que vamos en la buena senda en el sentido de que ellos también están comprendiendo nuestra línea de argumentación, de que la mejor forma es hacer llamados competitivos y transparentes de adjudicación de ese tipo de obras. Estamos pensando en una asignación de tres años, más dos de prórroga eventual.

Al mismo tiempo, se debe potenciar las capacidades de la administración del río. Que no se haga el dragado en forma directa, no quiere decir que no se deba cumplir el control en materia del tránsito y tráfico en el río, el cobro del peaje, tener estudios y un seguimiento sobre la sustentabilidad ambiental y calidad de las aguas, el contralor del río. Una cosa es que asumamos que no podemos hacer el dragado y otra, tercerizar todo el río y desentendernos de la administración de un recurso estratégico para el país. Al contrario, tenemos que entender en todos los aspectos relativos al río y su administración, que tenemos un marco jurídico óptimo para hacerlo, producto de determinadas circunstancias históricas. Imagínense lo que hubiera sido si no hubiese existido el Tratado del Río de la Plata y su Frente Marítimo en momentos de la turbulencia en la relación con la República Argentina. Las posiciones históricas de la República Argentina, caricaturizándolas por cierto, era que poníamos el "dedo gordo" en la playa Pocitos o en la Ramírez y estábamos en jurisdicción argentina.

Por otra parte, nos ajustamos estrictamente a la letra y al fin del Tratado del Río de la Plata y su Frente Marítimo. La delegación de Uruguay ante la CARP no debería flexibilizar un milímetro ese marco jurídico, porque si lo hacemos, después no se tendrá capacidad ni autoridad moral, de exigir la aplicación del mismo en otras circunstancias. Por lo tanto, hemos establecido criterios y en algunas oportunidades hemos tenido que decir que tal cosa así no se puede hacer y se tiene que encauzar por determinado camino.

Se sabe, muchas veces, hay urgencias, se reciben presiones del sector empresarial y surge la necesidad de concretar determinadas metas para poder lograr otras cosas, sin embargo las cosas deben hacerse de manera que el país obtenga las mayores garantías en cuanto a que el Río de la Plata sea un elemento de unión y no de división entre la República Argentina y la República Oriental del Uruguay.

Entonces, con esa perspectiva, hemos ido ganando cierto terreno, tanto en Uruguay como en la República Argentina. Por lo tanto, si algunas situaciones están fuera del Tratado o se hace interpretación claramente caprichosa de ellas, no las vamos a acompañar. Por supuesto, podemos ser flexibles, ya que no hacemos una interpretación pie de letrista de esta norma ni de ninguna, pero entendemos que hay extremos y que algunas cosas no son opinables, sino que se actúa con capricho y arbitrariedad. Esa ha sido la conducta de la delegación en todo este período.

En realidad, se quiere una solución duradera y permanente para el mantenimiento y profundización del Canal Martín García; ese es un objetivo central. Para Uruguay, además es estratégico tener una mayor apertura y acceso al Puerto de Montevideo. En ese sentido, la Administración Nacional de Puertos está trabajando para presentar a Argentina, como corresponde, todos los recaudos, a fin de que dicho país pueda emitir una opinión de acuerdo al Tratado. En realidad, estamos tomando estas previsiones porque si se aumenta determinada parte se produce una introducción en aguas comunes, lo que afectaría el uso y la administración del río. Además, en términos de las eventuales trazas alternativas en el Canal Martín García, nosotros sostenemos que no son sustitutivas del Canal. Por lo tanto, desde esa perspectiva, aunque estamos de acuerdo con que es mejor tener más vías navegables, consideramos que todas deben ser efectivamente navegables.

Por último, estamos convencidos de que Uruguay debe llevar la antorcha en la protección medioambiental del Río de la Plata, no solo por sus recursos vivos, sino porque para nuestro país es fundamental conservar el río en las mejores condiciones ambientales. En realidad, lo que queremos es que este recurso posibilite un verdadero desarrollo sostenible, ya que no sería bueno que se convirtiera en una catástrofe desde el punto de vista ambiental por desidia, negligencia o abuso.

Sin duda, Uruguay tiene mucho para hacer en materia de medio ambiente, al igual que todos los países del planeta. Además, nosotros no vemos esto como una situación vergonzosa, sino como un debe para con nuestros ciudadanos. Asimismo, consideramos que velar por el Río de la Plata constituye una contribución a la región y al conjunto del continente. Por ello saludamos la iniciativa concretada la semana pasada bajo el liderazgo de la Ministra de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente de tener un plan nacional de prevención y protección del medio ambiente en el Río de la Plata.

Una buena noticia que ameritaba una larga explicación, pues la mayoría de las veces, lo bueno es producto del trabajo y la dedicación política, jurídica, diplomática y técnica con las que se lleva adelante. Siempre por cierto con las ganas de poner todo de sí para hacer las cosas bien.

Felipe Michelini
2015-11-18T11:38:00

Felipe Michelini

UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias