Putin en el Foro de Valdái. Los problemas globales
Jorge Jouroff
26.10.2021
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, participó este jueves 21 de octubre en la reunión del Foro o Club de Valdái, en la ciudad rusa de Sochi. Es importante porque, desde la óptica rusa, da algunas pautas para comprender la situación global y derribar algunos mitos.
El Club Valdái
El llamado Club Valdái es un think-tank , quizás el más importante de Rusia. Se fundó en 2004, en la ciudad rusa de Veliki Nóvgorod, cerca del lago Valdái, de donde proviene su nombre. Se considera equivalente al foro de Davos, por su importancia, siendo la alternativa rusa a este foro.
Formalmente fue fundado por diversas agencias y medios de prensa, como la agencia de noticias RIA Novosti, el periódico The Moscow Times, las revistas Rusia en la política global y Russia Profile así como por el Consejo de política exterior y de defensa.
Su importancia radica que es un foro informal de discusión de políticas, tanto rusas como globales, entre el presidente Putin, ministros, personalidades rusas y extranjeras. Un "mano a mano", como diríamos por acá.
Entre los concurrentes habituales figuran, además de Putin, Dmitri Medvédev, actual primer ministro de Rusia, Serguéi Lavrov, ministro de relaciones exteriores, el ministro de Defensa de Rusia e invitados como los ex presidentes Hamid Karzai de Irán, Tarja Halonen, de Finlandia, Thabo Mbeki de Sudáfrica y un ex ministro de defensa israelí, Moshé Yalom. También concurrieron latinoamericanos.
Además de la reunión del foro propiamente dicho, existen conferencias regionales dirigidas a Asia, Oriente Medio, la ruso-china y la euro-atlántica.
Como es sencillo de percibir, pretende transformarse en un instrumento de poder blando, ejerciendo influencia en las decisiones de gobierno, pero también con influencia tanto global como regional.
Luego de la caída de la Unión Soviética, Rusia entró en un período de inestabilidad, tanto económica como política. La entrada de capitales extranjeros avivó aún más la crisis económica y la lucha de los grandes grupos por su cuota de poder político. Gorbachov no pudo terminar de implementar sus reformas, por más apoyo de Occidente que tuvo, debido en parte al empeoramiento de la situación, y por otra a las exigencias cada vez mayores de los mismos grupos, cada vez más ávidos de ventajas económicas y de la intención de implantar una democracia al estilo americano, intentando disolver todo resto de poder del régimen soviético. De los tres centros de poder que existían en la Unión Soviética, (el partido, los servicios de inteligencia (el KGB) , y las fuerzas armadas, sobre todo el ejército), sólo el KGB resultó estar en condiciones de comenzar a asumir el poder. El partido había quedado muy disminuido luego de la intentona de golpe, y además el paradigma de gobierno de la URSS había fracasado estrepitosamente, por decisiones además del propio partido, y las fuerzas armadas no estaban tampoco en las mejores condiciones luego de la derrota de Afganistán. Restaba la organización de los servicios de inteligencia, siendo Putin un miembro destacado de la KGB, ahora disuelta. Poco a poco, el gobierno dirigido por Putin se afianzó, con luces y sombras, hasta lo que es ahora.
El modelo soviético fracasó porque fue incapaz de mantener el desarrollo económico de Rusia al nivel requerido, no solamente por la falta de democracia interna. La apuesta desde los comienzos de la revolución rusa fue primero igualar al capitalismo y luego superarlo, y en algunos terrenos hubo logros innegables. Pero en la base de la experiencia soviética estaba la marginación del sistema económico mundial, desarrollando una economía autocentrada. China seguiría el mismo camino, hasta la llegada de Deng Xiao Ping, de su vuelta al gobierno. El desarrollo del mercado mundial, (la mundialización) superó al modelo, pero, lo que en Rusia provocó la caída del régimen, no sucedió en China, donde el partido sí logó conservar el poder e insertarse en el mercado mundial, hasta llegar a disputarle la hegemonía a Estados Unidos, el autoproclamado paladín de la democracia y del mercado. El partido comunista chino, con la llegada de Deng, comenzó un camino pragmático, no dogmático, logrando desarrollarse enfocado en un equilibrio con el mercado mundial, y adecuando la estructura política hacia ese fin, cosa que URSS no logró.
El discurso de Putin
Lo anterior viene a cuento para comprender algunos pasajes del discurso de Putin y su visión sobre el pasado y algunos de los problemas actuales.
En sus partes medulares, se afirma que "las contradicciones socioeconómicas se han agravado hasta el punto de que en el pasado hubo conmociones a escala mundial: guerras mundiales, cataclismos sociales sangrientos". "Todo el mundo dice que el modelo de capitalismo existente -que hoy es la base de la estructura social en la inmensa mayoría de los países- se ha agotado. Dentro de su marco, ya no hay forma de salir de una maraña de contradicciones cada vez más enredadas" y como resultado, crece la "desigualdad (...) tanto dentro de las sociedades como a nivel internacional". La pandemia, entonces, no es la causa de la crisis, sino el propio modelo de acumulación.
Nótese que la crítica es "a este modelo de capitalismo", y no se propone una vuelta al pasado, sino a otro modelo, más pragmático y equitativo, y lo hace teniendo en cuenta las realidades geopolíticas, no en base a un dogma. En realidad, lo que se avizora es un cambio en la división del trabajo a nivel global, con las consecuencias a nivel político y social. Dicho de otra forma: este modelo de capitalismo tampoco ofrece soluciones, y es necesario buscarlas recreando otro modelo, acorde a la etapa histórica que vivimos, y que cuestiona la hegemonía actual y plantea una nueva división internacional del trabajo y un nuevo modelo de acumulación. El discurso parte del reconocimiento de tres características fundamentales:
1) La falta de gobernanza a nivel mundial, que a su vez se manifiesta en dos aspectos; el institucional, digamos, con la falta de funcionamiento adecuado de los organismos internacionales; pero defendiendo el papel de la ONU, aunque con críticas, y , el problema de fondo, que es el cambio en las relaciones de poder a nivel global: "para decirlo claramente, el dominio de Occidente en los asuntos mundiales, que comenzó hace varios siglos y se convirtió en casi absoluto durante un corto período a finales del siglo XX, está dando paso a un sistema mucho más diverso", y señala que una transición pacífica a este tipo de sistema es difícil, pero posible.
2) El cambio en las relaciones de poder, ya que, al mismo tiempo, "el cambio de equilibrio de poder presupone una redistribución de acciones a favor de aquellos países en desarrollo y en crecimiento que hasta ahora se sentían excluidos". Ese cambio supone también alianzas políticas; en su relación con China, afirma que "Rusia y China mantienen su amistad no contra alguien, sino porque esto sirve a los intereses de ambos países", además de subrayar que, "a diferencia de la OTAN, Rusia y China no crean un bloque militar, no tienen tales planes". Así como subraya la necesidad de un cambio pacífico, advierte sobre las nuevas características de una guerra: en esa nueva situación internacional, las guerras no acaban victoriosamente para ninguna parte, "antes, una guerra perdida por un país significaba una victoria para otro, [pero] ahora todo es diferente, no importa quién tome la delantera, la guerra no se detiene, cambia de forma".
3) Resalta también que continuará el rol del estado; Putin calificó de "efímeras" las plataformas digitales globales y aseguró que los intentos de éstas por "usurpar" las funciones del Estado "fracasarán", como ha ocurrido en EE.UU. "A pesar de toda su grandeza, que por supuesto es evidente, como lo vimos en los procesos internos de EE.UU., aún no logran usurpar las funciones políticas o gubernamentales. Son intentos efímeros". Putin extiende su crítica a las nuevas teorías de occidente; la lucha por la igualdad tal como se entiende actualmente en Occidente se ha convertido en un "dogmatismo agresivo al borde del absurdo". "Contrarrestar las manifestaciones del racismo es algo necesario y noble, pero en la nueva cultura de la cancelación se convierte en una discriminación inversa. El énfasis obsesivo en el tema racial divide aún más a la gente", dijo el mandatario, quien calificó como "una fantasmagoría total" la discusión sobre los derechos de género de hombres y mujeres. Advierte que "los intentos de dictar valores en las condiciones de perspectivas inciertas e imprevisibles complican aún más la situación ya aguda y conllevan generalmente la reacción inversa y al resultado contrario al esperado".
Finaliza afirmando que "las perturbaciones sociales y culturales que ocurren en EE.UU. y Europa Occidental no es un asunto" de Rusia. "No nos metemos allí", dijo, agregando que algunas personas en los países de Occidente opinan que "la borradura agresiva de las páginas de la historia propia" o "la renuncia a cuestiones básicas como madre, padre, familia o incluso la diferencia de género" son las etapas hacia "la renovación social". "Pero quiero subrayar que es su derecho", declaró el presidente y pidió que nadie "se meta en nuestra casa", ya que la mayoría de los ciudadanos rusos tienen "otro punto de vista" al respecto.
Jorge Jouroff