Historias Reales. Capítulo 17. Del 2000 a la eternidad. El idioma de los escritorios
Juan Pedro Ribas
05.07.2020
En base a este conjunto de reflexiones hagámosle justicia a Ernesto Laguardia.
No lo hicieron bueno los que vinieron, pero si confirmaron que hoy el estilo Laguardia, sigue vigente.
Quizás más democratizado, porque ahora un portero (siempre que esté dentro de la estructura) pone su granito de arena para hacerte morder el polvo.
Voy a definir el virus que contagia a estos operadores, también conocido como "rodeadores". El estilo Laguardia se propago y se mantuvo sin solución de continuidad hasta nuestros días, he aquí su descripción:
Tienen un modo sádico de ejercer el poder y de mostrarte su omnipotencia, en principio no te atienden las llamadas, plantones para no recibirte, te ningunean y se hacen los distraídos.
Otra forma de operar es decir "si" a un planteamiento y luego no encaran para decir "no".
Y con el "si "es la llave para hacerte caer en la trampa de su retorcimiento, ya que junto al entusiasmo creado, comienza esa demostración de poder, abuso y guapeza "escritoril", no sé si existe está palabra pero ustedes entenderán, mantienen tu expectativa porque obligado tenes que aguantar y esperan que con el correr de los meses se diluya el interés y te vuelvas para tu casa humillado y ofendido.
Y esa es la formula exacta para calentar a la gente y provocar que cada vez más se apodere el descreimiento, no solo de los conductores si no del sistema.
Tienen esa paciencia y ese valor y sin importarle las consecuencias se regocijan de su proceder; el valor consiste en tener un escritorio delante y en que saben que traten como traten a las personas, teniendo contento al de arriba, ante cualquier protesta el sistema cierra el blindaje, se abroquela en torno a ellos y pasan a ser "el copetudo de riñón cubierto".
En un país donde el Presidente no puede atender por sus ocupaciones, nadie atiende, los importantes, porque son importantes y los no importantes para parecer importantes.
Una de las honrosas excepciones que siempre atendió como Intendenta o Viceministra fue y es Ana Olivera, una dama, una mujer recta, solidaria.
Tuve el honor de ser Voluntario durante su gestión y aprendí a conocerla, sencilla, amable, siempre dispuesta a escuchar.
Al finalizar su mandato y asumir Daniel Martínez la Intendencia Municipal, fui personalmente arrasado del voluntariado de la misma, vaya a saber por quien o por quienes, sé que no fueron los voluntarios.
Mencionada la Presidencia de la Fundación Winners de Daniel Martínez, es justo destacar que cargó cajones como todos nosotros y como todos nosotros nunca se fijo en la afiliación política o religiosa o la opción de vida de los seres humanos que encontramos diariamente.
Con él, cultivamos una amistad sincera, no solo personal sino con los demás compañeros y compañeras que se ha mantenido a través del tiempo.
Pero lo cierto es que fui alejado de la Intendencia y aunque también lo fueron otros, para mi consuelo, recurrí a la inefable frase de mi abuela "por algo será, algo habrás hecho".
Y como los borrachos volviendo al tema de Ana Olivera, no puedo soslayar la narración de esta anécdota que sucedió con algunos funcionarios del MIDES.
En el programa de la 30 "El hijo del vecino" entreviste a Ana Olivera y en medio de la entrevista y no sé de qué manera, surgió la idea de formar (con los Voluntarios del MIDES, Voluntarios de la Fundación y otras Organizaciones) un grupo que una vez por mes concurriera a cada uno de los hogares de ancianos a llevarle compañía a los adultos mayores, algún modesto presente y de paso que los dueños, algunas veces abusadores y el personal, algunas veces no vocacional, se diera cuenta que estos seres humanos, olvidados en un rincón, no estaban solos.
Ana, sinceramente se entusiasmo con la idea, el programa se emitía a las doce de la noche y de pronto tuvimos la sensación de que se iluminaba el día y el cansancio desaparecía.
Al aire Ana nos dijo que nos iba a dar dos teléfonos de dos personas de ese Ministerio que atenderían ese tema.
Transcurrió más de un mes y nunca pudimos comunicarnos con ellos.
Le escribimos a la Subsecretaria poniéndola al tanto del tema e inmediatamente nos brindo otro teléfono. Tampoco pudimos hablar.
Un día, recibimos la llamada de un Jerarca de media tabla para invitarnos a un acto de los Voluntarios del MIDES, le plantee el problema y nunca más me atendió.
Tiempo después llama una funcionaria, secretaria, no sé si con titulo o sin título que ofrece una explicación técnica de porque el Mides no podía involucrarse en el tema.
A lo que le contestamos que no esperábamos la intervención de esa Institución pero que los Voluntarios son personas y que aunque tuvieran el legitimo interés de su contratación, no dejan de ser seres humanos con otras aspiraciones y actividades aparte de ser voluntarios del MIDES, solo pedíamos que nos facilitaran una reunión para hablarles como individuos, intentar llegarles al corazón y que compusieran el grupo con otros Voluntarios de diferentes orígenes para visitar a los ancianos desprotegidos y muchos extremadamente solitarios en los depósitos de seres humanos en lo que a veces se transformaban algunos hogares de ancianos.
Nunca más me contestó.
Entonces escribimos un mail donde le manifestábamos a este jerarca la sorpresa, puesto que si nos trataban así a nosotros, que indirectamente estábamos colaborando en la gestión de sus carguitos, como tratarían a los más infelices que nosotros.
Juan Pedro Ribas
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias