Ataque de pánico
Pablo Tosquellas
13.01.2021
El miedo por infectarme del coronavirus está ingresando en una fase paralizante. Esto es, estoy caminando por la cornisa del pánico, a sabiendas que no tengo red en absoluto.
Cumplí con todos los protocolos exigidos por el gobierno nacional para evitar el contagio: tapabocas, alcohol en gel y distancia social. Pero todos sabemos que nada de esto fue suficiente. ¿Pero cuáles fueron las tijeras que agujerearon la concebida malla de protección ante la pandemia?
Las cifras son escalofriantes. Me da miedo abrir el periódico y ver que los casos de contagio superaron los 1.000, que aparecen jóvenes (antes casi inmunes) que contraen la enfermedad y que las camas de CTI cada día se acercan al borde del colapso.
Me niego a remitir este exponencial aumento a fiestas clandestinas. No es porque esté de acuerdo con ellas -son iguales que tener sexo sin preservativo en una relación casual- sino que no concuerdan con el crecimiento de contagiados.
A pesar de estos boludos, he visto un comportamiento ejemplar de la ciudadanía en cuanto a los recaudos a tomar contra el virus que señalé oportunamente. El problema está ahí. Todos extreman los cuidados y sube la cifra de quienes caen en la telaraña de la pandemia.
Pero el caos aumenta ante los tiroteos dentro del sistema político oficialista. El gobierno hace mutis por el foro y sus soldados se disparan entre ellos. ¿Dónde está el "mesías" Álvaro Delgado, secretario de la Presidencia, con su voz de presentador de música clásica, para dar una respuesta?
Sólo aparecen destellos de vedetismo interno del oficialismo. ¿Por qué? Porque salió el senador nacionalista Juan Sartori a cuestionar las políticas actuales acerca de la pandemia y las plumas volaron por el aire.
"Se apostó a la libertad responsable. No alcanzó. Necesitamos políticas que garanticen la salud de todos y permitan sobrevivir a la gente. Actividades con riesgos deben ser canceladas e industrias afectadas deben ser apoyadas por subsidios, exoneraciones y todo lo necesario", escribió en su cuenta de Twitter
Pero el problema no fue el razonamiento de Sartori o sí. Lo que más molestó a los dirigentes de sus filas es que la hizo desde sus vacaciones, lejos, desde Europa. El senador suplente, Sebastián Da Silva, retrucó: "Juan, la distancia en la mirada te distorsiona la realidad. Esto no es Londres".
Por su parte, Gandini escribió: "Estimado Juan Sartori, me enteré de tu preocupación y propuestas para la pandemia en Uruguay por Tuiter (sic). Quizás cuando retornes de tus vacaciones en Marbella le puedes contar a la Bancada de Senadores en qué consisten concretamente".
Política muy barata para los altos costos que genera el pánico, las enfermedades y las muertes por una pandemia.
Pablo Tosquellas
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias