Una posible salida a la crisis que afronta el sector citrícola

Regino López

23.01.2020

Para comenzar debemos saber que la actividad citrícola fue desarrollada a base del esfuerzo personal de algunos inmigrantes que llegaron de Italia, Argelia y Marruecos entre otros. Nunca tuvieron ningún tipo de apoyo financiero por parte del estado, no obstante ser una actividad que genera muchísimo empleo, justamente donde más se necesita, que es el campo, contribuyendo también a la generación de divisas con sus exportaciones.

Sin embargo no tuvo la gracia de otros sectores, como la vinicultura que recibió un subsidio de U$ 4.000 x Ha. Para el cambio de cepas o como el forestal al cual le dieron préstamo a largo plazo (10, 12 años) solo pagando intereses, con tasas preferenciales hasta que los arboles estuvieran listos para cortar y vender, incluso reintegrándoles el 50% de los costos de plantación en los casos en que el brote de los arboles superara el 70% de prendimiento, ese 50% lo asumía el estado, sirviendo de garantía del prestamo los propios árboles plantados.

Paradoja: los árboles que van a ser cortados para venderse, sirven de garantía, los arboles de citrus que quedan perennes dando fruta, no sirven.

No obstante que si se desarrollara un proyecto de plantaciones no de más de un millón de hectáreas como la forestación, si no de solo 100.000 hectáreas de mandarina sin semillas generan 5 veces más empleo que las 1.300.000 Has de forestación). Este sector podría generar riqueza tanto o más que la forestación.

Es cierto también que la citricultura tiene un costo superior. Ejemplo: para una hectárea de mandarinas se necesita una inversión (sin contar el costo de la tierra) de U$ 5.000, por el pago de patente y Royalti del propietario de la especie, ya sean mandarinas de las variedades TANGO, ORRI y otras, que son las más requeridas y con el mejor precio en el mercado internacional.

Luego de encargar los plantones a razón de U$ 8 cada uno, a un promedio de 700 plantones por hectáreas, esto representa U$ 5.600 más, más el costo de la instalación de riego, U$ 4.000 por hectárea. Plantación y mantenimiento por 5 años, hasta que comienzan a producir otros U$ 3.800. En total el costo por hectárea, sin contar el valor de la tierra, es de U$ 18.000. Para quien quiera plantar 100 hectáreas representa una inversión de U$ 1.800.000, que al cabo de 5 años generarán ventas por más de U$ 7.800.000 anuales. Imaginen el potencial exportador de 100.000 hectáreas, es muy superior al de la celulosa. Y hay mercados que demandan.

La crisis del sector citrícola como la de muchos sectores de exportación se ha venido agravando a partir de las políticas económicas que han llevado a la producción hacer insostenible por los altos costos, que nos hacen extremadamente caros a la hora de competir con otros países productores de citrus como Chile, Perú, Sudáfrica y otros. Es decir cuando nosotros llegamos a los mercados Europeos con costos superiores al de nuestros competidores nos sacan del medio y como si eso fuera poco ellos tienen tratados y compensaciones que les permiten ingresar con 0 % de tasa arancelaria mientras que nuestras tasas oscilan entre el 9% y 18%.

Es decir si hace 14 años vendíamos 1.000 Ton. de cítricos y nos pagaban U$ 1.0000.000, al cambio más o menos representaban 30.000.000 de pesos. Han pasado 15 años seguimos exportando 1.000 Ton, y hasta hace 6 meses atrás lo seguíamos vendiendo en U$ 1.0000.000, y al cambio obtenemos 32.000.000 de pesos. ¿Cómo se hace para con esos 32.000.000 de pesos, sigamos pagando los costos que en promedio han subido el 280%?

Esta política ha llevado a que por ejemplo hace unos pocos años atrás las empresas que hacían salsa de tomate para envasar en cajas de tetra pack, compraran los tomates a muchos pequeños agricultores rurales que se dedicaban a este cultivo. Esto se dejó de hacer por los altos costos de producción de estos agricultores ya que no podían competir con los mismos productos de Chile y Perú. Por ejemplo los costos de producción en estos países son de 35% menos que en Uruguay.

Se trae ahora la pulpa de tomate procesada en barricas de 200 Kg, que cuesta mucho más barato a las empresas envasadoras de tomate en tetra pack en Uruguay. Esto significa importación de mano de obra extranjera, es decir incentivamos la mano de obra de Chile y Perú en desmedro de la mano de obra uruguaya y las divisas en lugar de ingresar salen de nuestro país y van a parar a los vecinos de la región que son más competitivos.

Lo más urgente para evitar que la crisis se agrave y se comprometa el futuro de todo el sector es una refinanciación con plazos y tasas de interés acorde con la situación actual para la reconversión varietal que exigen los mercados internacionales como USA y CEE en las variedades de “mandarinas” que ellos solicitan y que no tenemos en cantidad suficiente como nos demandan.

Entendemos que el BROU siempre fue un banco de fomento que apoyó el desarrollo nacional de la industria y el agro para que estos sectores de la economía tengan un inicio y una situación sostenible y que generen empleos con salarios dignos e ingresen divisas que dinamicen la economía nacional, es decir los que deben generar ganancias son los sectores productivos y no el banco en sí, la ganancia del banco consiste en aportar al desarrollo del país y no vanagloriarse diciendo que este año ha tenido utilidades en el orden de los U$ 700.0000.000, más aun cuando estas cifras son producto de las altas tasas de interés que las empresas no pueden pagar, que muchas veces supera hasta por cuatro veces los que el banco paga cuando solicita créditos en el exterior o a sus depositantes. Por ejemplo si el banco consigue dinero al 2.5 o 3%, que agregue 1% para sus costos y 1% de comisión para el banco, lo que le permitiría colocar el dinero recibido al 5 % y estaría teniendo ganancias y no como cobra a veces más del 10% anual a los deudores en los momentos actuales en que ninguna empresa gana más de 7 u/o 8 % anual, y eso cuando ganan, que son muy pocas, la mayoría pierde dinero y eso les está llevando a la quiebra, como vemos todos los días en los informativos el cierre de firmas de larga trayectoria que antes eran rentables ahora ya no lo son. Y pierden todos, el país, los productores, los trabajadores y el propio BROU.

Cuando una empresa quiebra se quedan sin empleo los trabajadores y pasan a depender del Estado en el seguro de paro, muchas veces teniendo que prorrogar los mismos para que estas personas no se queden sin sustento y luego pasar a depender del MIDES en sus distintas formas de apoyo social generando gastos al Estado muy superiores al de una refinanciación a más largo plazo con tasas de interés en que el banco gane dinero en lugar de perderlo el Estado.

Considerando estos elementos somos de la opinión que la forma más eficaz de generar empleo rápidamente es primero, preocuparse de que las empresas que ya existen no se pierdan, analizando cuales son las causas que están llevando a la quiebra a tantas empresas con largas décadas de tradición empresarial; de poco sirve crear empresas si estas no son sustentables en el tiempo por la pérdida de competitividad con los países de la región. Es muy probable que estas también terminen cerrando sus puertas.

Columnistas
2020-01-23T12:43:00

UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias