Sin vacuna y con haiku
Stella Maris Zaffaroni
20.04.2021
Hay día en los cuales me levanto con los pelos para cualquier lado y ya sé que será un día intransigente, irritado y desbocado.
Para colmo me doy de narices con esta noticia y terminé de erizarme toda: -En cárceles, los únicos mayores de 70 años habilitados, para ser vacunados, fueron los represores presos en Domingo Arena
-¡Me corto algo! -grité tirándome de los pelos- vacunan a los presos por delitos de lesa humanidad y ¿a mí no?
-¿Querés calmarte? -Macarena me miraba lánguida desde el sillón donde tejía..
-No me calmo nada, me siento ninguneada-di una patada en el piso.
-Nadie discrimina, tomalo con...
-Ni con mburucuyá me lo trago -me senté a seguir leyendo titulares- y Canelones comenzó a inocular AstraZeneca con recorrida de Orsi por Salinas.
-Seguro leíste mal, será con Salinas.
-¿Todos los habitantes de Salinas de recorrida con él?- la miré intrigada- ¿el tumulto mismo?
-Chichí, Salinas es el nombre del Ministro de Salud, ese que te confundís de pueblo y le decís Atlántida.
-¿Y el Atlántida éste, por qué a nosotras no nos vacuna? -levanté los brazos- ¿qué tienen ellos que no tenemos nosotras?
-Será por la carencia del millón.
-¿Carezco de millón?, Dear estás burlándote de mi desesperación.
-En la cédula, pájara, nosotras tenemos cédula de identidad con numeración sin millón.
-Argumento estúpido- dije enfurruñada- tengo que hacer algo, me agarró la inquietud.
-Ya la veo a tu abuela diciendo: -Esta chica tiene hormigas en el culo.
-¡Abuela!, rabioles de seso- me puse en pie toda contenta.
-¡Vomito!- Macarena soltó la aguja y se agarró el estómago.
-Ta bien- me desinflé en el sillón.
-¿Y si hacés los canelones fritos?
-Nunca me gustaron.
Regresé a la lectura.
-Más de 40 construcciones dudosas detectaron en Playa VerdeEl jerarca se mostró "asombrado" por la gran cantidad de lugares que se tomaron.Afirmó que solamente en parte de la recorrida que realizó constató más de 40 viviendas de invasores.Dice esta página.
-¿Cuál?
- Una que pone: -Sin banderas políticas, con la celeste en el corazón.
-¿La camiseta de fútbol?
-A la bandera uruguaya se refiere.
-Imposible, la bandera es azul y blanca ¿qué, cuál celeste?
Me encogí de hombros y seguí leyendo.
-Fiscalía formalizó 1.635 denuncias en febrero
-El Ministro Lagaña dijo que bajaron los delitos.
-Esta gráfica muestra que en Uruguay tenemos 370 adultos privados de libertad cada 100.000 habitantes, con razón no consigo novio.
-Usá bioactivos amazónicos.
-¿Irme a la Amazonía a buscar un hombre bioactivo?, pero si tienen un rebrote de Covid imparable.
-Que te pongas productos con bioactivos amazónicos. Buscá Natura.
La miré, bajé los ojos a la pantalla y tecleé.
-A ver, dice: Biocosméticos regenerativos: fórmulas con ingredientes de origen natural y vegetal del Amazonas, con bioactivos brutos, que respetan las funciones biológicas del cuerpo. Seguridad: sin siliconas, sin parabenos, sin triclosán, sin ftalatos ni aceites minerales. Abandono de la dicotomía entre belleza o sustentabilidad, una economía circular saludable, una selva en pie y envases que nos permitan reducir el impacto en el medioambiente y transformar el destino de la basura.
-¡Chan chán!- sentenció ella.
-Nos convertimos en Diana.
-No mezcles, Diana es la diosa virgen de la caza, protectora de la naturaleza y la Luna.
-Ah- la miré con tristeza- virgen la pobre.
-¡Pájara, cerrá el pico!- se burló- Seríamos Artemisa, esa que,según la leyenda, se aparecía las noches de luna y los animales y las plantas danzaban en su honor, un gesto que imitaban los jóvenes de ambos sexos.
-¿Los hermafroditas?
-La gente, Chichí, la gente.
-Dijiste ambos sexos.
-¡Qué puntillosa estás!
-Encontré algo interesante:El haiku escrito por mujeres. Te leo uno: Flor de narciso, bella mujer que sufre dolor de cuello.
-Nunca miré así a un narciso.
-Ni una sola hojaNo duerme ni la luna en este sauce.
-Me dio frío- se subió el chal.
-Cuidado.La contemplación del cerezoembriaga.
Una rara calma se iba adueñando del patio del Naranjo.
-El bote se alejay forma un camino blancoMi dolor y su huella.
La aguja de Macarena estaba sobre su falda, su mirada se perdía a través del ventanal.
-El agua se cristalizaLas luciérnagas se apaganNada existe.
-Hagámonos estatuas de sal- propuso ella.
-¿Con esta humedad?, nos derretimos.
Soltamos la risa y entonces recité: contemplar "en una quietud de alma completa la inestabilidad de las cosas y de la vida humana ".
-Amén dijo ella y retomó su labor.
Chichí
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UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias