¿Cooperación inteligente o cesión encubierta? Michael Mansilla
24.06.2025
El Partido Laborista británico, cede soberanía sobre Gibraltar.
El reciente entendimiento político (11/06/2025) entre España, el Reino Unido y la Comisión Europea, pretende una ceder soberanía a España en funciones aduaneras sobre el ingreso de personas y mercaderías al Peñón. Los Gibraltareños no están muy de acuerdo. Somos británicos, Gibraltar territorio es británico. Y ellos tienen la última palabra en plebiscito vinculante.
El entendimiento político alcanzado el 11 de junio de 2025 entre España, el Reino Unido y la Comisión Europea ha generado un intenso debate: ¿se trata de un acuerdo de cooperación inteligente o de una cesión encubierta de soberanía británica sobre Gibraltar?
La Unión Europea y Reino Unido alcanzaron en Bruselas un acuerdo político definitivo e histórico que permitirá la desaparición de todos los controles fronterizos en la verja que separa Gibraltar y España. El pacto, que supone la integración de facto del Peñón en el espacio Schengen, el Mercado Único y la Unión Aduanera, fue rubricado tras intensas negociaciones entre el comisario europeo Maros Sefcovic, el ministro español de Asuntos Exteriores José Manuel Albares, su homólogo británico David Lammy y el ministro principal gibraltareño Fabián Picardo.
El acuerdo establece un innovador sistema de "controles fronterizos duales Gibraltar y Schengen" que se aplicarán exclusivamente en el puerto y aeropuerto gibraltareños, donde se posibilitarán vuelos comerciales tanto británicos como españoles y europeos. Así permitirá suprimir todos los controles en el paso fronterizo terrestre entre Gibraltar y La Línea de la Concepción, facilitando el tránsito diario de miles de personas en ambas direcciones.
El Gobierno británico explicó, en un comunicado separado, que "la ley y el orden en Gibraltar seguirán siendo competencia exclusiva de las autoridades gibraltareñas", estableciendo así una línea roja en cuanto a la soberanía del territorio
En la práctica, los pasajeros que lleguen al puerto o al aeropuerto de Gibraltar deberán someterse a un doble control: uno por parte de las autoridades españolas, encargadas de garantizar la entrada al espacio Schengen, y otro por parte de la policía gibraltareña, que gestiona los procedimientos internos en nombre del Reino Unido.
Esta fórmula, si bien funcional, puede verse como una cesión política. A los súbditos británicos, el hecho de que tengan que mostrar su pasaporte a la policía española para entrar en su "propio territorio" es una humillación.
Gibraltar fue cedido a Gran Bretaña en 1713, pero España ha mantenido su reivindicación de soberanía desde entonces. Las relaciones en torno al Peñón, como se le conoce popularmente en inglés, han experimentado altibajos a lo largo de los siglos.
Este pequeño territorio, situado en el extremo sur de España, depende en gran medida del acceso al mercado de la UE para sus 34.000 habitantes. Básicamente Gibraltar no produce nada. Su economía se sustenta en el turismo, la reexportación, el juego online, los servicios financieros y su estatus de paraíso fiscal: no cobra IVA ni impuestos sobre cigarrillos, alcohol ni combustibles, que muchas veces acaban en territorio español. Mientras los visitantes adquieren mercaderías a precio de free shop, sobre todo alcohol y tecnología digital de última generación. La incorporación al espacio Schengen podría obligar a Gibraltar a adoptar un IVA mínimo del 15%, alineado con los estándares de la UE, lo que transformaría por completo su modelo económico.
Aprovechando también su privilegiada posición estratégica, cuenta con una base aeronaval de las Fuerzas Armadas Británicas. Principal cliente de los proveedores de servicios, talleres mecánicos en astilleros, combustible y alimentación.
Pero en el seco clima del Mediterráneo se ven obligados a desalinizar el agua para consumo o importan agua dulce de Marruecos. Gibraltar esta entre los mayores consumidores de agua mineral embotellada per cápita en el mundo.
El mayor peligro son las bandas criminales organizadas de macacos de Berbería, adictos al azúcar, que roban cualquier golosina o bollería de los incautos viajeros.
¿Integración?
La integración progresiva, el impulso a la cooperación judicial y fiscal, así como la llegada de fondos europeos para formación, medioambiente y cohesión social, alimentan expectativas de mejora real en la calidad de vida de la zona circundante (Comarca del Campo de Gibraltar), son parte del proyecto.
La relación entre Gibraltar y la UE está en una etapa de redefinición post-Brexit, en la que se intenta construir un marco especial que permita beneficios mutuos sin resolver -ni alterar- el contencioso sobre la soberanía. El acuerdo no tendría -una vez ratificado- precedentes en Europa: un territorio británico bajo ciertas reglas del espacio Schengen, con participación española en su gestión exterior.
El tratado político alcanzado entre España, el Reino Unido y la Comisión Europea sobre el futuro de Gibraltar admite la incorporación parcial de Gibraltar al espacio Schengen. Los cambios del sistema impositivo y jurídico supondrían la existencia misma de la colonia.
El reciente entendimiento político entre España, el Reino Unido y la Comisión Europea sobre el futuro de Gibraltar. Tras años de negociaciones desde el Brexit, este pacto prevé la eliminación de la Verja que separa La Línea de la Concepción (Cádiz) del Peñón, la incorporación parcial de Gibraltar al espacio Schengen y la supresión de los controles de personas y mercancías. España y la UE buscan garantizar el control de entrada al espacio Schengen.
Regularizar los flujos de trabajadores (más de 15.000 personas cruzan diariamente la frontera). Una transformación que, aunque revestida de simbolismo, acarrea implicaciones jurídicas, económicas y estratégicas de gran calado.
Como ejemplo, la comarca andaluza del Campo de Gibraltar es la "capital española del narcotráfico" desde el hachís marroquí, la marihuana de cultivo local hasta las de drogas sintéticas.
La falta de certezas.
El posible cambio en la fiscalidad, el sistema legal y la supervisión externa afecta directamente al modelo económico del enclave. Muchos se preguntan si podrá mantenerse ese equilibrio entre autonomía fiscal y regulación externa en un contexto de mayor vigilancia europea.
Lamentablemente, no todo son certezas. El texto aún no ha sido traducido en un tratado jurídicamente vinculante, lo que deja varios elementos claves abiertos a interpretación y posible disputa. ¿Qué tipo de fiscalidad se aplicará finalmente en Gibraltar? ¿Cómo se garantizará una competencia leal en el comercio, especialmente en sectores sensibles como el tabaco y los servicios financieros? ¿Qué papel jugará España en el control de un aeropuerto cuya soberanía reclama desde hace décadas?
El Gobierno español, que durante años ha defendido una postura firme sobre la soberanía del Peñón, presenta ahora el acuerdo como un logro diplomático. Según el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, España asumirá el control de acceso al espacio Schengen, mientras que la policía gibraltareña mantendrá sus funciones dentro del territorio.
¿Es esta eliminación una victoria de la diplomacia o una cesión cuidadosamente calculada?
Mientras el Gobierno español proclama haber logrado una influencia inédita -al asumir el control de acceso al espacio Schengen desde territorio británico, en los hechos se perfila una estructura de soberanía compartida de facto
En la práctica, los pasajeros que lleguen al puerto o al aeropuerto de Gibraltar deberán someterse a un doble control: uno por parte de las autoridades españolas, encargadas de garantizar la entrada al espacio Schengen, y otro por parte de la policía gibraltareña, que gestiona los procedimientos internos en nombre del Reino Unido. Pero esta fórmula, si bien funcional, puede verse como una cesión política. A los súbditos británicos, el hecho de que tengan que mostrar su pasaporte a la policía española para entrar en su "propio territorio" es una humillación.
En España, ciertos sectores ven el pacto como una renuncia simbólica a la reivindicación de soberanía plena sobre todo el pequeño territorio de 6 Km2. En la práctica se configura una soberanía compartida de facto, sin resolver totalmente el conflicto histórico y que pueda convertir a la colonia británica en un simple municipio donde ir a ver macacos.
La desaparición de la Verja, convertida en símbolo de confrontación durante décadas, tiene una carga emocional fuerte. Pero no debemos perder de vista que el acuerdo se produce en un contexto más amplio de redefinición de fronteras, flujos migratorios y competencias entre Estados en Europa.
Gibraltar: un acuerdo pionero entre la integración.
La relación entre Gibraltar y la UE está en una etapa de redefinición post-Brexit, en la que se intenta construir un marco especial que permita beneficios mutuos sin resolver -ni alterar- el contencioso sobre la soberanía.
El acuerdo- en preparación- no tendrían precedentes en Europa: un territorio británico bajo ciertas reglas del espacio Schengen, con participación española en su gestión exterior
Gibraltar se convierte así en un laboratorio político: fuera formalmente de la UE, pero funcionalmente integrado en varias de sus estructuras clave. En este híbrido jurídico, España gana influencia operativa, pero también carga con responsabilidades adicionales.
Pero en Gibraltar estos nuevos parámetros no convencen, preferirían no salirse del marco actual como Territorio de Ultramar.
Gibraltar busca, evitar el aislamiento post-Brexit, pero quieren, mantener su economía abierta, especialmente para el sector financiero, el juego online y el turismo. Los Llanitos quieren garantizar el control de entrada al espacio Schengen, y mantener el control fronterizo de la aduana británica.
"La locura de La Roca".
Durante décadas, el cierre de la Verja (1965-1981) que separa La Línea de la Concepción de Gibraltar fue algo más que una barrera física: representó el símbolo visible de un conflicto irresuelto, de una herida colonial nunca cicatrizada del todo. Con el bloqueo de Gibraltar comenzó la "locura de la roca". Los locales comenzaron -durante los fines de semanas- con carreras de autos legales o ilegales.
Pero esto favoreció a Gibraltar.
En la de década de 1960s la población de "La Roca", el motor económico eran los militares británicos destinados allí y actividades portuarias. El cierre fue traumático tanto para la economía del Campo de Gibraltar (ya que varios cientos de españoles trabajaban en la colonia) como para la de Gibraltar en sí, que sufrió una crisis económica, que hubo de ser contrarrestada mediante la inyección económica de más fondos por parte del Reino Unido.
En esos años se reforzo una "identidad nacional". Los "Llanitos" hijos de andaluces y británicos, que además del inglés oficial, se afianzaron ese idioma hibrido, una suerte de "spanglish", afianzaron un nacionalismo insular resistente.
En 1969, la constitución otorgada por el gobierno británico estableció el cambio en el estatus de la colonia, transformada en un Territorio Británico de Ultramar (British Overseas Territory). El nuevo marco estableció también la transferencia de los asuntos internos al ejecutivo local, elegido por los propios gibraltareños, mientras que se reservaban exclusivamente al representante del gobierno de la Corona los asuntos exteriores y de defensa. Y los gibraltareños aprovecharon esa autonomía.
Utilizando sus propias leyes fiscales autónomas, se comenzó vendiendo combustible sin impuestos a las embarcaciones que ingresaban o salían del Mediterráneo. Siguieron cigarrillos y bebidas alcohólicas que abastecían las todas las costas de Europa, África y Asia y lo convirtieron el pequeño territorio en un paraíso fiscal, donde sus mayores usuarios actuales son españoles. Actualmente se está ampliando la superficie-ganando tierra al mar- para un nuevo atracadero destinado a cruceros turísticos. En un solo día pueden desembarcar hasta 5.000 personas. Turistas asombrados de los ínfimos precios de las bebidas alcohólicas, perfumes y sobre todo tecnología digital de última generación.
El Reino Unido abandonó la Unión Europea en 2020 con la relación entre Gibraltar y el bloque sin resolver. Las negociaciones para un acuerdo que garantice el flujo de personas y mercancías a través de la frontera entre Gibraltar y España habían avanzado de forma vacilante. El ministro Principal Picardo añadió que el plan era convertir a Gibraltar en miembro asociado de la zona Schengen de la UE, que abarca 29 países europeos, y que permitiría el libre flujo de personas entre el Peñón y España.
Pero las conversaciones fracasaron repetidamente debido a cuestiones de soberanía delicadas, incluido el deseo de Madrid de que la policía fronteriza española realizase los controles de seguridad en el aeropuerto y el puerto marítimo de Gibraltar.
El acuerdo salvaguarda las posiciones legales tanto del Reino Unido como de España respecto a la soberanía, afirmando que no afecta la larga disputa sobre el estatus de Gibraltar.
Las partes también se han comprometido a una competencia leal en áreas como las ayudas estatales, los impuestos, los derechos laborales, la protección del medio ambiente, el comercio y el desarrollo sostenible, la lucha contra el blanqueo de dinero y el transporte.
"En las negociaciones que hemos mantenido desde el último gobierno para resolver esto, hemos sido claros en que solo alcanzaremos un acuerdo que mantenga la soberanía británica sobre Gibraltar y cuente con el pleno respaldo del ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo". La economía y el estilo de vida de Gibraltar podrían estar bajo amenaza.
Quedarse en el Brexit.
En el referéndum británico sobre el Brexit de 2016, el 96 % de los votantes de Gibraltar votaron por la permanencia en la UE. Pero manteniendo sus acuerdos anteriores al Brexit. El acuerdo del 11 de junio facilitará el flujo de personas y mercancías a través de la frontera entre Gibraltar y España y marca un nuevo paso en el tan publicitado "reinicio" de relaciones con Bruselas bajo el liderazgo del primer ministro británico Keir Starmer.
El acuerdo deja el futuro uso civil y comercial del aeropuerto de Gibraltar, construido sobre un istmo cuya soberanía España nunca ha reconocido. El Gobierno británico ha recalcado que sus instalaciones militares seguirán bajo control exclusivo del Reino Unido, un punto que preocupa a Madrid por las implicaciones estratégicas que pueden tener en un momento de tensión geopolítica internacional.
El Reino Unido afirmó que el acuerdo "no afecta la soberanía" y garantiza "la plena autonomía operativa de las instalaciones militares del Reino Unido en Gibraltar"
Pero el ministro Principal de Gibraltar, Fabian Picardo, no está convencido con el acuerdo y dijo que "Una frontera tan abierta, es vía libre para los criminales de todo tipo, traerá inseguridad jurídica a los habitantes de Gibraltar, a sus empresas y a todos aquellos en la región que dependen de la estabilidad en la frontera".
Picardo advierto que no quiere, que el territorio se convierta en otro Mónaco, cuya fachada es vertical, donde sus habitantes no pueden pagar un alquiler y menos comprar un piso. Pero su mayor temor a una transformación radical de su identidad real, una cultura única "los llanitos" si allí comienzan a instalarse millonarios extranjeros.
¿Estamos ante un modelo de cooperación avanzada o ante una forma diplomática de congelar el conflicto?
La historia no ha terminado. La desaparición de la Verja es poderosa en términos simbólicos, pero no clausura la historia. La frontera, aunque invisible, seguirá siendo un campo de disputa. Como ha ocurrido tantas veces en Europa, los límites no se miden solo en metros, sino en soberanía, memoria y legitimidad.
Reivindicaciones de soberanía
El plan desde hace tiempo ha sido trasladar la frontera al único aeropuerto de Gibraltar, que está cerca del cruce terrestre, y que guardias fronterizos españoles, realicen controles de pasaportes a todos los que lleguen.
Gibraltar rechaza la presencia de fuerzas de seguridad españolas en su territorio, en medio de preocupaciones sobre la integridad de la base de la RAF en el aeropuerto de Gibraltar.
También se han expresado preocupaciones de que los guardias fronterizos de podrían ser capaces de rechazar a viajeros británicos en Gibraltar, incluso si esos visitantes hubieran sido autorizados a pasar por funcionarios gibraltareños.
El acuerdo preliminar entre España, Reino Unido y la UE sobre Gibraltar puede leerse como un triunfo de la diplomacia o como una cesión cuidadosamente disfrazada de cooperación.
¿Estamos ante un modelo innovador de colaboración entre potencias o ante una maniobra diplomática para congelar el conflicto sin resolverlo?
La respuesta aún está por escribirse. Lo que es seguro es que Gibraltar seguirá siendo, por mucho tiempo, algo más que una roca: un símbolo vivo de la política europea en transición.
En tiempos en que Europa redibuja sus fronteras, Gibraltar emerge como un microcosmos de tensiones modernas: cooperación sin plena soberanía, integración sin pertenencia formal, influencia sin control. Quizá estemos asistiendo al nacimiento de un nuevo modelo europeo. O quizá, simplemente, al rediseño más sofisticado de una frontera que nunca dejó de ser política.
"Para Gibraltar, fue una gran exigencia; siempre han afirmado que esta tributación les creará un grave problema económico", declaró el funcionario. La Comisión Europea insistió en que el territorio británico debía armonizar sus políticas fiscales con las de la UE para unirse a una unión aduanera, parte integral del acuerdo alcanzado.
Ratificación pendiente y dilemas futuros.
El acuerdo todavía debe ser ratificado por el Parlamento Europeo y la Cámara de los Comunes. Al tratarse de un pacto mixto que afecta competencias nacionales -como las fronteras exteriores del espacio Schengen, la fiscalidad y la cooperación judicial-, su validación también requerirá el visto bueno del Congreso de los Diputados y del Senado español. Pero después de todos estos trámites parlamentarios, es el soberano de Gibraltar, mediante un plebiscito vinculante, definirá si acepta la nueva legislación. Las encuestas en la "Roca" marcan un 94% en contra del acuerdo. Y Westminster la oposición del partido Conservador es tajante, que no quieren ningún control de parte de los españoles.
NOTA: Los medios noticiosos se han volcado totalmente hacia la I.A., el problema es que estos instrumentos como ChatGPT, utiliza todo el material de la web. Pero internet está llena de errores de todo tipo. Wikipedia por ejemplo tiene páginas que no se han actualizado desde el 2020 o antes. De allí salen artículos periodísticos con equivocaciones, que vuelven a la red. Por eso este artículo que redacte tiene otros 37 similares. Michael Mansilla. Material CC de libre reproducción.
Michael Mansilla
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