¿Cuál camino transitar? Annabella Balduvino
19.10.2025
Hay muchas actitudes, pensamientos, costumbres que nos cuesta reconocer que están en nosotros, pero son parte de nuestra cotidianidad.
Se nos ha instalado lo de mirar a alguien y pensar "tiene apariencia delictiva", y ver cómo nos alejamos de esa persona. Si es negro, peor.
Si matan a alguien, lo primero que nos dicen los medios de comunicación refiere a si tenía antecedentes penales, como si tenerlos o no justificara un asesinato. Si es travesti, seguro estaba prostituyéndose. Si vive en un barrio pobre y viste como pobre, seguro es un chorro, si vive en un barrio pobre y viste "bien", seguro es narcotraficante.
Si está durmiendo en la calle, tratamos de no mirarlos, alejamos nuestros pasos lo más posible de ellos y pensamos: "seguro son drogadictos".
Si hay grafiteros, sostenemos que debe metérselos presos y si alguien mata a uno, nos decimos que se lo buscó.
La realidad es que todos estamos llenos de prejuicios; lo malo es no ser conscientes de ellos y suponer que no tenemos nada que cuestionarnos.
Lo terrible es que no nos damos cuenta que todos tenemos un fascista dentro y que depende de cada uno de nosotros dominarlo.
Cada niño con hambre, cada gurí drogado, cada persona que no tiene donde dormir, cada violación - y puedo seguir la lista-, es una clara responsabilidad de la sociedad toda. Es responsabilidad del Estado que hayamos permitido que se construyera con todos esos debes.
Hace casi siete años asesinaron a Plef, un grafitero. Su asesinato sigue impune.
Quiero aclarar que no es que me gusten los grafitis en las fachadas de las casas o en muros, pero tampoco me gustan las pintadas que hacen los partidos políticos en cuanto muro encuentran y tampoco me gustan las pegatinas; claro, no me gustan las que no me interesan, las que, según mi cabecita, no aportan nada. Porque las pintadas que yo (nosotros) he realizado, las pegatinas que yo (nosotros) he hecho, esas sí aportan.
Si queremos un mundo mejor, si de verdad queremos justicia, niños sin hambre, techo digno para todos, si lo que realmente queremos es igualdad de oportunidades, lo primero que tenemos que hacer es hablar con nosotros mismos y sentir que ese pobre, ese drogadicto, ese "pichi" es mi hermano, que pude ser yo, mi hija, mi nieto.
Tenemos que entender que en este mundo solo hay dos caminos el de los explotados y el de los explotadores y que cada uno de nosotros debe elegir cuál transitar.
(*) Annabella Balduvino - Fotógrafa, artista visual, directora de Aquelarre - Escuela de Fotografía
Imagen: Ignacio Solahegui
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias