¡Cuidado, vienen los nuestros! (Conocida llamada de alerta, pronunciada en la Revolución Española). Carlos Pérez Pereira

05.10.2025

HAY MOMENTOS EN QUE LA LUCHA INTERNA ADQUIERE PRIORIDAD PARA MUCHOS COMPAÑEROS. POR SUERTE, DE SUS DECLARACIONES SE DESPRENDE QUE NO ESTÁN DISPUESTOS A TIRAR AL NIÑO CON EL AGUA SUCIA DE LA BAÑERA. (*)

Es agotador llamar permanentemente a la fraternidad, una de las caras de la unidad ante el adversario. Aun admitiendo que, a veces, el propio gobierno de izquierda le da tremendos cachones a la oposición de afuera y de adentro. Pero sería apreciable que la segunda, actuara con un poco más de cuidado, para no arribar a extremos de confundir al verdadero enemigo político. Ya ha pasado, y las consecuencias han sido nefastas, incluso para quienes cometieron tamaño error.

Es agotador citar en vano a Seregni. Y a quien dijo: "a nuestros aliados debemos hacerles sentirse bien con nosotros y no incómodos. Estamos unidos porque nos necesitamos, no porque no tengamos más remedio". Voy a relativizar esta afirmación explicando que esto no se ve solo de un lado.

Las rencillas internas son, según conspicuos promotores de la "lucha permanente", una proyección la lucha de clases, que se dilucida en ámbitos domésticos. Practicada con altos niveles de acoso, suele adquirir el cariz de una lucha fratricida y cruel, por la hegemonía de unos sectores sobre el cadáver de otros. La sistematización de las hostilidades, pronto se transmuta en otra realidad cualitativamente diferente y de más alto nivel: derrotar primero a los enemigos de adentro, y luego luchar contra los enemigos de afuera.

Nadie lo dice, obvio, porque nadie sería tan torpe de explicitar esta estrategia. Pero la sostienen: de lo contrario, trabajarían para afuera, para captar a quienes no están alineados ni sectorizados y ni siquiera son votantes del FA. Trabajarían en los territorios, tratando de ganar a la gente para incrementar el manido "bloque social de los cambios", y no en los comités de base (donde solo hay militancia), o en las "redes sociales", donde una caterva de operadores y trolls de derecha excrementa su odio sistemático. Sin pretender, les hacen el caldo gordo y condimentan sus sopas de heces.

Es entendible el pugnaz intento de recuperar espacios perdidos. En esto no hay reparos, es válido y hasta necesario. Pero hay compañeros que, de la vieja y querida dialéctica de la confrontación de ideas, no quieren que salgan enseñanzas, ni resúmenes superadores. Quieren sangre. Y están dispuestos a tirar al niño con el agua sucia de la bañera. Ya ha pasado y pasa; ya hubo y hay casos de gente bien intencionada en lo estratégico, pero desastrosa en lo táctico, que prefiere hipotecar el futuro, con tal de ser "fieles a sus principios" y a sus posturas "históricas". Esto se escuchó muchas veces, y se escucha aún, luego de la victoria y desde los primeros meses del gobierno frenteamplista. Una de sus frases preferidas es "volver a los fundamentos del FRENTE DEL 71", como si desde aquellos tiempos el mundo no hubiera cambiado. Repasando las propuestas del FA del 71 nos encontramos con hermosas aspiraciones, pasibles de figurar en registros de las buenas intenciones que la realidad ha dejado a la vera del camino. Hoy vivimos en un contexto nacional e internacional totalmente diferente y hay que actualizar nuestras estrategias y tácticas. O fracasaremos como "principistas" irreductibles, pilares testimoniales, duros y puros atados a restos de algún naufragio, pero los problemas del mundo y del país seguirán ahí. Y seguirán peores, porque no cuentan con su valioso aporte para sumar a la acumulación de fuerzas.  

Se maneja un argumento falaz: Se dice que el gobierno de esta fuerza política, no es fiel a los sectores que lo votaron. Esta afirmación se insinuó durante la campaña por el plebiscito de la Seguridad Social. Se trataba de un caso puntual, que ni siquiera estaba en el Programa votado y aprobado en un gran Congreso, previo a las elecciones. En tanto, en el conjunto del Frente Amplio nadie atribuyó culpas a quienes se embretaron, en plena campaña electoral, en un conflicto interno, que dispersó energías y desorientó a mucha gente. Y como consecuencia llegamos a la victoria, pero sin mayorías parlamentarias y con un gobierno saliente que, aun perdidoso, emergió de la derrota envalentonado por nuestras limitaciones.

El otro argumento más falaz aún es el de que "si todo el FA se hubiera embarcado en la reforma de la Previsión Social, hubiéramos ganado con amplitud. Argumento contra fáctico, del que no tenemos pruebas. Salvo el indicio que cada uno puede interpretar como quiera: los sectores que más apoyaron el SI del plebiscito perdieron votos, en relación a anteriores elecciones. ¿Hay correspondencia entre esa campaña y el resultado de las urnas? ¿Quién lo sabe? Como toda especulación es válida, se puede decir que no; pero las especulaciones en contrario también son válidas. Cada cual habrá hecho su propia valoración, para saber dónde está parado. 

Lo cierto es que hoy, a partir del resultado electoral, la oposición nos acosa, nos extorsiona con una actitud opositora que (y esto no lo digo yo, sino los que saben) jamás se había registrado en el país, con tanta agresividad y virulencia, dispuesta a "trancar fuerte" en todo lo que venga del gobierno. Según las expresiones del propio actual presidente del Honorable Directorio del PN y según lo que se está viendo en la práctica. 

Decimos, pese a todo, que fue válida esa discusión, y en el FA no hay rencores. Pero en todo caso, hacemos un llamado a ayudar a solucionar problemas derivados, empujando el carro para salir adelante, agregando energías al gobierno más débil de todos los gobiernos del FA. En tal sentido es loable la actitud de todos los legisladores y ministros del gobierno, que salen a defender todos a una, al Presupuesto Nacional presentado por el Ejecutivo. La ´prescindencia, el ninguneo, la actitud confrontativa permanente, no ayuda en nada.

Hay quienes aún no lo han comprendido, y se mantienen hundidos en su pozo ideológico, sosteniendo que el cielo es del tamaño del brocal. Hablo de otra oposición, más cercana. La misma que en las redes desnuda su insuperable tozudez, dando a entender que preferirían haber perdido las elecciones que ganarlas para esto. Y hasta amenazan con pedir la renuncia de Yamandú Orsi y de Gabriel Odonne, y algún otro ministro.  Un "fuego amigo" que no da tregua.

Rodney Arismendi enseñaba que, "cuando hacemos avanzar lo principal, lo secundario o subsidiario también avanza". No lo aceptan; le dan importancia a lo secundario, a las propuestas, objetivos y necesidades sectoriales primero. Al punto de que escuchamos en algún momento, decir que las luchas sindicales y de las organizaciones sociales son más importantes que la lucha política. Quiero creer que quienes así opinan jamás escucharon a los grandes lideres de la izquierda. Y no solo políticos, sino también, y más que nadie, a los grandes lideres sindicales uruguayos, de quienes aprendimos, hace tiempo, que la lucha política es la más dinamizadora y las más sintetizadora de las luchas. Se los cita mucho, pero se les hace caso omiso.

El espacio frenteamplista es amplio; permite muchos acuerdos y permite trabajar sobre ellos y mejorarlos. Siempre y cuando hagan un alto al fuego los francotiradores ideológicos, los perdedores ocasionales, los reprochadores consuetudinarios, los peleadores de "la interna" y la disputa sostenida por la hegemonía dentro de la izquierda. Muchachos, hagan avanzar el barco aportando energía a sus motores y vuestras victorias también llegarán. No es matando el tronco y las raíces que florecerán los árboles.

Tengo a la vuelta de mi casa una realidad que me golpea en la cara cada vez que salgo a la ciudad. La situación de calle, la pobreza infantil, la violencia doméstica y de género, la drogadicción y la pobreza en general. La vida me hace ver que toda esa gente no tiene ni idea de qué mierda pasa en las NNUU (dicho a modo de ejemplo). Ni siquiera imagina qué pasa en la interna de la izquierda, que a veces se cocina en su propia salsa.

Seguiré militando para ellos, en lo que me resta de energía para mis próximos años, que están más cerca del arpa que de la guitarra. Dejo para las generaciones que vienen que se arreglen como puedan para esperar los triunfos... y las derrotas. Ya tuve de ambas y tengo curtido el lomo. No sé qué pasará con jóvenes que, por primera vez, vivieron un gobierno de derecha como el de Lacalle Pou.

Dejo esta "disputa interna" para mis amigos y conocidos. Quizás tengan razón y el equivocado soy yo. Pero esa misma realidad que me revienta en la cara todos los días, me dice que no.

 

Carlos Pérez Pereira

(*) Este artículo fue escrito antes de la reunión de compañeros frenteamplistas autodenominados "desobedientes" o "descontentos. De sus últimas declaraciones, se extrae que la discrepancia principal es el tema Palestina. Digo que estoy de acuerdo con sus protestas, en ese punto, pero sospecho que no son los únicos, y ni siquiera los más importantes. 

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2025-10-05T12:57:00

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