¿El FA tiene línea política? Esteban Valenti
05.05.2025
Parece una pregunta absurda. Ganamos las elecciones nacionales, ocupamos por 4ta vez la Presidencia de la República y afrontamos dentro de pocos días las elecciones departamentales y municipales. Somos un frente de izquierda unido, prácticamente el único de este tipo en el mundo, que existe desde hace 54 años y para todo ello hace falta una línea política.
Si miramos el proceso en su conjunto, la historia y la trayectoria de la izquierda en el Uruguay, la pregunta vale la pena, es más que necesaria es imprescindible.
Solo con valores y principios de izquierda no alcanza, siempre se necesita una línea política, elaborada, discutida, difundida, y aplicada en los diversos niveles y en su conjunto. Hace falta una base teórica y no solo política para que cumpla con una de las funciones principales: pensar y actuar táctica, pero también estratégicamente y en el mundo y la región que nos tocó vivir. Y sobre todo en el país que nosotros contribuimos a construir, con los cambios sociales, económicos, productivos y culturales.
Lo que permitió existir y sobrevivir la unidad de la izquierda contra la estrategia de las clases dominantes uruguayas, civiles y militares, apoyadas en el golpe de estado y luego en su acción política, institucional y constitucional y a sus alianzas, hasta llegar a la Coalición Multicolor, que es un gran cambio histórico en la política uruguaya, fue la capacidad de combinar y comprender las diferencias de la izquierda ampliada, formar un bloque político-social de los cambios y para ello se necesitó una línea política adecuada a cada momento. Democracia, dictadura, gobierno propio, errores importantes y derrota y reconquista del gobierno. Por todo eso pasamos.
La línea política la hacen los políticos, los diferentes grupos aportan su visión, sus dirigentes, no es una creación académica, al contrario, su mayor mérito es su relación estrecha con la sociedad, con sus múltiples expresiones, con las tendencias, potencialidades y peligros. No tiene un gramo de neutralidad. Cuando la línea política es una flotación en medio de las olas y de las calmas, es un fracaso seguro, tanto en la oposición como en el gobierno. La línea política tiene componentes imprescindibles: inteligencia, acción y crítica.
Y dentro de inteligencia, no podemos reducirla a la capacidad de reaccionar rápido, sino a unir de manera dinámica, con un alto sentido crítico, nuestra visión de la historia nacional y de nuestra propia historia, nuestra estructura social, cultural e ideológica y las metas a corto, mediano y largo plazo. Y naturalmente un apego de acero a los principios. Para la izquierda no hay línea política con inmoralidad y los errores en este terreno se pagan muy, pero muy caros.
Nadie puede substituir su propia línea política nacional, cuando esta está influida en demasía por la copia de modelos, es un fracaso asegurado. Tomemos un ejemplo, China es el país del mundo que en toda la historia de la humanidad ha dado en 40 años el mayor salto económico, social, militar y cultural. Sacó 800 millones de la miseria campesina más primitiva. Esa es la cifra más importante en toda la historia, pero también el mayor porcentaje de una sociedad o civilización.
No fue por un cambio de recetas o de políticas económicas, eso es una ridiculez, fue por una línea política integral, que cambió a partir de Deng Siao ping y todo el equipo de dirección del gobierno y el PCCh. Un cambio en la economía, en la propiedad en competencia, en la inversión en formación e inteligencia, en infraestructura, en la producción, en el papel de la innovación y la ciencia, en la modernización de todo el país, en concreto y como mensaje de calidad, de posibilidades y de la industria y el potencial militar. Nadie puede negarlo, las cifras son abrumadoras.
Entre los elementos de la línea fueron sus relaciones internacionales, su participación en los organismos internacionales, sus alianzas y un aspecto muy importante, dejó de lado la "venta" de su modelo. La línea de Mao Tse Tung o de la banda de los 4 es un vago y sepultado recuerdo que quería extenderse en China y en el mundo, hasta en el Uruguay. Un gran fracaso.
Reducir ese cambio, que coloca hoy a China en condiciones de combatir una guerra comercial con los EE.UU, solo a un cambio de modelo económico es ser miope y antihistórico.
Del otro lado lo que ha llevado a Cuba a su desesperada situación actual, con un nivel de vida de su población en caída libre, con el mayor número de emigrantes de América, con crisis en todos los aspectos, productivos, comerciales, energéticos y de un proyecto de izquierda para su gente y sus sacrificios, es precisamente los graves errores de su línea política, su inflexibilidad o sus bandazos en el manejo de la economía. El bloqueo norteamericano, luego de más de 60 años, ya no alcanza para justificar el fracaso. Perdieron hace mucho tiempo la mínima capacidad crítica en serio. Lo que sigue fracasando es su línea política.
La línea política se construye y desarrolla, en los discursos, en los textos que elaboramos, en las definiciones sobre los principales temas, obviamente políticos, pero también sociales y su base programática. Una línea política no es un listado de aspiraciones elaborada en los gabinetes del poder o del partido, surge de las profundas relaciones con la gente, con los diversos sectores sociales y con nuestra base teórica.
La línea política es un conjunto de principios, ideas, valores y objetivos fundamentales que guían las acciones, propuestas y decisiones de una organización, un gobierno o un frente e incluso organizaciones sociales y medios de comunicación. En nuestro caso a partir de nuestra definición claramente de izquierdas.
Sin olvidar nunca que los demás, los adversarios, las organizaciones sociales también tienen su propia línea política.
En el FA no tenemos una misma base ideológica, pero hemos logrado sumar nuestras identidades para crear una base cultural muy potente y con capacidad de evolucionar a partir de nuestra historia nacional. Pero la suma de todas las diferencias nos ha dado una clara identidad. Nuestros adversarios multicolores y ahora sumados incluso al costo de perder su identidad propia, así lo comprendieron.
Además de la ideología, tenemos valores fundamentales, la libertad, la democracia, la justicia, lo mejor de nuestra tradición histórica, el humanismo, el progreso y la moralidad pública y la lucha contra la delincuencia organizada.
Sobre esta base incluye los objetivos políticos, programáticos, institucionales del país o de los departamentos y del propio Frente Amplio en su labor interna y su programa de relaciones con la sociedad y la formación de los cuadros. Sin una línea política en discusión y elaboración permanente no hay posibilidad alguna de formar los cuadros necesarios. Y esta es una componente clave en esta época de empobrecimiento cultural e ideológico que repercute en toda la acción política y en el mundo, basta ver algunos gobiernos y el tamaño de sus orejas y el fragor de sus rebuznos. No es nuevo, es típico de las épocas de caída de una civilización. En Roma, en el imperio Otomano, en Bizancio, en la baja edad media etc.
El capitalismo tal como lo hemos conocido, el mercado como el monarca absoluto, está en una crisis muy profunda, la izquierda no está a nivel internacional a la altura de esa crisis y tiene respuestas realmente pobres.
La formación de cuadros para la política, para gobernar, para vincularse con la sociedad, para la batalla cultural, no es una labor académica, es política, planificada y constante, que incorpora los vínculos y las capacidades intelectuales y el estudio como un elemento fundamental. Y está indisolublemente unida a la capacidad de comunicar.
Solo con las patas en la tierra no se forman cuadros, sin las patas en la tierra, no se forman dirigentes y líderes.
La espontaneidad, sobre todo en este tiempo de revolución tecnológica, de la Inteligencia Artificial, de la circulación explosiva de la información a nivel global, no asegura nunca la formación de cuadros necesarios. Tampoco la igualdad de géneros y los cambios generacionales, solo aumentan las exigencias.
Estamos en el gobierno, tenemos casi cinco años completos por delante, formulemos algunas preguntas:
¿Tenemos elaborada, circulando a los diversos niveles una línea política en discusión y renovación, pero con una sólida base cultural y una visión estratégica?
¿De quién es la responsabilidad? No es del gobierno, ellos tienen sus propias responsabilidades muy exigentes, sobre todo romper el cerco de lo mediocre, no de administrar las crisis, de retocar algunas cosas y combatir la inmoralidad. Eso solo no alcanza en absoluto y todos lo sabemos. No es un problema de velocidad, sino de transmitir claramente hasta donde queremos llegar.
La responsabilidad global de la línea es del Frente Amplio y de sus integrantes y también del pueblo de izquierda.
¿Dónde están los centros de estudio, de elaboración de las bases de la línea y como se expresará esta en el futuro?
¿Incluso en un sector clave como la comunicación, tenemos que recurrir a empresas extranjeras en un país con las capacidades y las necesidades que tiene el Uruguay?
Una izquierda que colectiva e individualmente elabore, produzca conocimiento, ideas, proyectos, impulsa naturalmente a toda la sociedad a hacerlo, a las organizaciones sociales e incluso a la intelectualidad.
Tenemos que asumir qué sin ese proceso exigente y continuo de elaborar colectivamente la línea política, se nos agotará la posibilidad de sustituirla por figuras personales, que siempre serán necesarias, pero que no sustituyen la profundidad y seriedad de la línea.
Lean atentamente los textos que actualmente produce la izquierda, impresos, en sus discursos, en sus informes y respondan ¿Tenemos una elaboración dinámica de nuestra línea política?
Esteban Valenti.
Trabajador del vidrio, cooperativista, militante político, periodista, escritor, director de Bitácora (www.bitacora.com.uy) y Uypress (www.uypress.net), columnista en el portal de información Meer (www.meer.com/es) y de Other News (www.other-news.info/noticias).