¿La tercera será la vencida? Fernando Gil Díaz

20.06.2025

El planeta sobrevivió a dos guerras mundiales en las que millones de vidas humanas se perdieron. El final de la última contienda bélica marcó el inicio de una etapa donde la energía nuclear empleada con fines belicistas prendió la alarma que llevó a la instalación de otro tipo de guerras donde la temperatura hizo que aquel instrumento enfriara la confrontación pasando de los hechos a la amenaza como espada de Damocles sobre la humanidad.

Hoy vivimos una etapa donde nuevamente se alzan aquellos temores de una escalada incontrolable tras la beligerancia impuesta por desquiciados líderes que en procura de perpetuarse en el poder son capaces de aplastar pueblos y exponer al mundo a una cofrontación que bien puede ser la última....

Irán no es Palestina

La trascendencia que está tomando el conflicto en medio oriente empieza a generar el repudio internacional a sabiendas que sus consecuencias serán asumidas y sufridas por todo el orbe, sin exclusiones de ningún tipo. La barbarie que impuso el régimen israelí sobre el pueblo gazatí en la franja homónima, ha sido de tal desproporción que la justificada reacción a la incursión de octubre por el grupo terrorista de Hamás con toma de rehenes y asesinatos, ha empezado a concitar la adhesión del mundo civilizado que se resiste a aceptar el genocidio como instrumento válido para la resolución de cualquier conflicto. Mucho menos aceptable que venga de parte de un pueblo que vivió en carne propia un genocidio que hoy aplica y acepta sin remodimiento alguno contra los palestinos.

Pero esta vez el enemigo elegido no es un pueblo devastado e indefenso como el gazatí sino uno que tiene un ejército y armamento que empieza a poner en riesgo la integridad de un país que se sentía omnipotente en la "media luna de tierras fértiles".

Hace pocas horas Israel estuvo bajo ataque con armamento sumamente potente que Irán aplicó con su misil hipersónico Sejjil, que no solo habría vulnerado la defensa de su domo de hierro, sino que hay señales de haber dañado ese importante escudo al punto de tornarlo en su propia contra. En efecto, los últimos reportes conocidos por la prensa independiente (vulnerada la censura impuesta por el régimen de Netanyahu), dan cuenta de fallas al punto que la respuesta que lanza el domo de hierro lejos de interceptar los ataques se vuelven en su contra y estallan sobre suelo israelí, como dieron cuenta varios videos de prensa independiente divulgados por el canal internacional TMF - @TheMexicanFamily.

Asimismo, los recientes pronunciamientos a favor de Irán realizados por Rusia, China y Turquía, que se suman a los aliados que Irán tiene en la región, llevan al conflicto a un nivel superior que expone a la región y al mundo a consecuencias realmente graves. EEUU está al borde de ingresar al conflicto y no es descabellado pensar que alguna de sus bases se vea atacada ya sea por Irán y/o sus aliados, o hasta pueda ocurrir un ataque de falsa bandera que impulse a Trump a intervenir. Israel, al verse acorralado podría, incluso, apelar al uso de armas atómicas (que las tiene), lo que tendría efectos devastadores y un punto sin retorno de este conflicto.

La tercera guerra mundial está en fase previa, no desde ahora sino desde hace mucho tiempo, la diferencia es que ahora se pasó a un nivel mayor de agresividad donde la tentación de aumentar la apuesta tiene un componente demasiado peligroso en el armamento nuclear del que disponen los protagonistas.

La vida no cotiza en bolsa

El genocidio que padece el pueblo palestino parece no bastar para que el mundo occidental tome real conciencia, sin embargo, los efectos de una guerra como la que se avecina empiezan a impulsar los esfuerzos de la diplomacia internacional en procura de evitar el desastre de sus bolsas comerciales.

Nada hace pensar que la pérdida de vidas sea suficiente para que se ponga fin a tanta barbarie, sin embargo todo lleva a creer que las consecuencias económicas de un conflicto como este sí pueda lograrlo. Los precios internacionales del crudo empiezan a volcar esa balanza junto al de los seguros internacionales que empiezan a incidir en los buques tanques que utilizan las rutas del estrecho de Ormuz. Se sabe el poder que tiene "don dinero" para un mundo capitalista que aleja las guerras de sus territorios pero no puede impedir que las consecuencias de las mismas impacten en las arcas de sus economías.

La hipocresía de la política en su máxima expresión ha llevado a ignorar un genocidio pero en cuanto ve afectado sus bolsillos empieza a mostrar signos de preocupación. El punto clave es saber si es posible detener esta escalada a tiempo o el botón rojo ya fue detonado y solo se trata de una espera silenciosa que nos despertará en cualquier momento con la peor de las noticias posibles. 

Ojalá prime la cordura y, por encima de todo, halla todavía algún resquicio de humanidad que impida esta locura.

 

el hombre veía surcos de muerte por el cielo,
 el perro aullaba su desesperación...

Fernando Gil Díaz
2025-06-20T12:17:00

Fernando Gil Díaz