A SEGUNDA VISTA (*)
¿Quién se acuerda de Gualterio?
16.06.2025
MONTEVIDEO (Uypress/Daniel Feldman) - ¿Será posible que el mundo sea una mera simulación, donde el límite entre realidad y ficción se desdibuja, y nos convertimos en simples extras de una gran dramaturgia cósmica?
- En resumen, ¿estos prisioneros no atribuirían realidad más que a estas sombras?
- Es inevitable
República, de Platón (diálogo entre Sócrates y Glaucón en la Alegoría de la caverna)
La ballesta es un arma impulsiva, que consiste en un arco montado sobre una base recta y dispara proyectiles. Estos se denominan saetas, aunque también hay ocasiones en que son llamados pernos o virotes.
Se dice que tiene como ancestro a la ballista (no confundir con la corriente ideológica que sentó las bases de gran parte del Uruguay actual), también llamada balista, una de las invenciones de asedio más importantes de la antigüedad; que parecía una ballesta de gran tamaño, diseñada con el fin de lanzar enormes proyectiles a largas distancias.
Creo no equivocarme si afirmo que el arroyo Estanzuela es un ilustre desconocido. Nacido en el barrio Cordón de Montevideo, bajo la avenida 18 de Julio, tiene un trayecto bastante amplio y desemboca en la playa Ramírez. Atravesaba los terrenos del antiguo parque Urbano, hoy Rodó, siendo la principal fuente de agua de su lago. Fue definitivamente entubado en 1911.
El escultor José Belloni es uno de los referentes de su arte en nuestro país. Nacido en 1882, era hijo de una vasca y de un inmigrante suizo, proveniente de Lugano, en el cantón de Tesino. Cuando contaba con ocho años, sus padres se separaron: su madre y sus hermanas permanecieron en Montevideo, en tanto que él se trasladó con su padre a Suiza, donde dio sus primeros pasos en la escultura.
Wilhelm Tell, conocido en nuestras costas como Guillermo Tell, es más que el nombre de una ópera de Rossini, cuya obertura nos traslada a la niñez de muchos lectores por ser la música de la famosa serie "El llanero solitario" (Lone Ranger), un enmascarado ranger de Texas que galopa el viejo oeste para enmendar injusticias, junto a su fiel compañero, el indio potawatomi Toro.
El nombre de Guillermo Tell aparece por primera vez en relatos de los siglos XV y XVI, aunque existen fuertes dudas sobre su existencia real. Personaje histórico o invento de la historia, la figura de Tell está asociada a Suiza como héroe fundante, cuando los cantones de Schwyz, Uri y Untervalden se unen para combatir a la Casa de los Habsburgo, que en sus afanes expansionistas había extendido sus posesiones a las vecindades.
Dice la leyenda (o la historia), que Tell era habitante de Bürglen, una comuna del cantón de Uri, con poco menos de 4.000 habitantes al día de hoy.
Las aventuras de Tell transcurren en las postrimerías del siglo XIII y se extienden a los inicios del XIV. En 1291 se firmó el "Pacto Federal", dando lugar a la "Alianza Eterna" o la "Liga de los tres cantones del bosque", pretendido por algunos como un precursor del moderno estado suizo, aunque de acuerdo a estudios modernos se estaba ante un tratado de asistencia recíproca, con un esbozo de código penal.
Se dice que un día Tell, acompañado de su hijo, paseaba por el vecino poblado de Atdorf, y en su plaza se negó a inclinarse en señal de respeto ante el sombrero que simbolizaba al soberano.
Enterado de esto, el gobernador Hermann Gessler ordenó la inmediata detención. Como Guillermo tenía fama de ser un eximio tirador con ballesta, Gessler le impuso un desafío: ubicaría a su hijo a cien pasos, con una manzana en la cabeza, a la que el reo tendría que disparar. Si acertaba, sería soltado libre de todo cargo.
Tell trató de evitar tener que apuntar y disparar contra su hijo, pero no lo consiguió. Fue así que, finalmente lo hizo, con éxito y ante la admiración de todos.
El gobernador se había percato de que el héroe había cargado dos flechas, lo que produjo su intriga, y al preguntarle a Tell el motivo, este respondió que la segunda era para matarlo a él si fallaba y hería a su hijo.
Esto despertó la ira del mandamás, que ordenó que se lo detuviera nuevamente y fuera encarcelado en el castillo de Küssnacht. Cuando era trasladado hacia este, una tempestad hizo que casi naufragara la embarcación en que viajaban tanto Tell como Gessler. Liberado, Guillermo los salvó, para luego dar muerte al gobernador, con la saeta que le tenía reservada.
Las interpretaciones sobre el incidente hacen referencia al espíritu indómito, la rebeldía ante la injusticia, el afán de libertad, la confianza del hijo en su padre, etc. Como difícilmente haya algo nuevo bajo el sol, el relato no es original, y similares episodios se narran, a manera de ejemplo, en una antigua crónica danesa y en una balada inglesa.
El monumento a Guillermo Tell, una donación de la colectividad helvética en nuestro país en conmemoración del centenario de la Jura de la Constitución, fue inaugurado en 1931 y es obra del escultor José Belloni, quien por su vinculación con Suiza hizo el trabajo sin cobrar honorarios. Está emplazado al lado del castillito, sede de la biblioteca María Stagnero, y mirando al lago provisto de agua por el arroyo Estanzuela.
Me detengo ante su figura, que se yergue imponente, y en un juego con la historia (o con la leyenda) desvío mi mirada hacia la sombra proyectada en la pared, donde no logro distinguir a su hijo, Gualterio, de quien casi nadie retiene su nombre. Pienso que tal vez la confianza en su padre -más allá del amor- no era tan ciega, y en un acto de arrojo escapó hacia adentro del castillo por la ventana que aparece como inexpugnable.
Reflexiono sobre los héroes: los reales y los míticos; los reales que vaya uno a saber si realmente son reales; justo hoy, en días donde tanto héroe hecho de embustes juega con el mundo como si sus habitantes fuéramos simples trebejos de algún demoníaco ajedrez.
Pienso en Gualterio Tell, del que casi nadie recuerda su nombre y vaya a saber por dónde anda; vuelvo a Platón y su diálogo entre Sócrates y Glaucón, y capaz que algo de consuelo encuentro en lo que me dijo una amiga al ver la imagen: "es increíble lo que se puede lograr según la hora del día y la luz".
Imagen registradas el 10/06/2025 en el parque Rodó de Montevideo, Uruguay
(*) A SEGUNDA VISTA
La primera... la primera vista es la que nos convoca.
La segunda nos embelesa, nos llama a la reflexión, nos causa gracia.
Daniel Feldman | Periodista