A los Samis no les gusta la navidad. Michael Mansilla
19.12.2025
Finlandia no tiene un gran atractivo turístico. Coníferas, frio, nieve, lagos congelados. Por eso las agencias solo promocionan una de sus regiones. Laponia, donde vive el querido Papa Noel, sus renos y todo el merchandising posible. Los ingresos directos por turismo en Finlandia ascendieron a unos 5.810 millones de euros en 2024, el 85% fue a Laponia.
A los Sami también se les conoce como lapones, que es un término despectivo. El uso de la palabra lap(p), de la que deriva el español «lapón» es originario de Suecia y Finlandia. En Escandinavia lapp significa «ropa de mendigo». La palabra también se utiliza como «inculto» y «tonto», además de otros significados como «periférico». Este término nunca se ha usado en los idiomas de Laponia, puesto que los samis se refieren a sí mismos como Sámit (los samis), o Sápmelaš (de la familia Sami).
En la actualidad, los medios de comunicación escandinavos no usan otro término que no sea Sámis. Las instituciones y medios de comunicación usan la palabra Sami. El término lapp es considerado peyorativo, aunque sigue siendo muy común.
Pero las agencias de turismo lo siguen haciendo porque Laponia si es conocida internacionalmente, por ser la residencia de Santa Klaus
Airbnb, el mayor beneficiado
El mayor aumento en los ingresos directos por turismo se registró en la Laponia finlandesa. Los ingresos crecieron más en Rovaniemi, la capital regional del norte, que registró un aumento de casi el 15 %. Los ingresos directos por turismo se refieren al dinero que gastan los visitantes en una región o municipio específico. Los visitantes gastan más. El gasto proviene del turismo internacional. Los finlandeses del sur solo van a trabajar la temporada.
Lo importante es el aumento de las pernoctaciones registradas por turistas que aumentaron un 19 por ciento en 2024. El número de estos que se hospedan en hoteles aumentó algo más del 10 por ciento. Sin embargo, los apartamentos y otros alojamientos de Airbnb experimentaron un crecimiento de hasta un tercio en comparación con 2023.Pero el premio se lo llevan las "cabañas navideñas ensambladas". Estructuras que simulan una construcción de troncos, con capacidad de hasta 8 personas, un hospedaje "todo incluido" el confort, calefacción, comida, paseos en trineo de huskies y renos, y foto con Papa Noel asegurada. Y por supuesto, canilla libre vodka (vodka finlandés), aunque los turistas prefieran la marca rival sueca Absolut.
Terminada la temporada se desarman como un juego de mecano, se guardan en conteiners para protegerlas del clima y al año reaparecen mágicamente como un pueblito de postal navideña.
Mano de obra barata y sin derechos
Buena parte del personal de los empleados de los hoteles son finlandeses que estén cobrando un subsidio por desempleo. Desde la limpieza hasta la cocina.
Pero no existe en Finlandia personal suficiente, por lo que la primera opción es contratar ciudadanos de la propia Unión Europea, preferentemente que hablen ingles fluido. El resto de los contratados provienen de tan lejos como Malaysia, Filipinas o China, aunque no siempre es una buena experiencia.
Algunas empresas obligan ilegalmente a trabajadores extranjeros a asistir a semanas de capacitación sin paga, o incluso les cobran o les descuentan por esas sesiones de orientación, dicen personas con conocimiento del sector.
En la actualidad existen cientos de empresas que ofrecen servicios turísticos en la región, pero la mayoría no pertenecen a la organización patronal ni cumplen con los convenios colectivos ni la legislación laboral. "Es evidente por qué las empresas que infringen la ley deliberadamente no quieren pertenecer a las asociaciones patronales. No tienen intención de seguir los convenios colectivos, la ley ni nuestro código ético".
La temporada turística de invierno en Laponia apenas comienza, pero los grupos laborales del sector ya han recibido decenas de denuncias de trabajadores temporales que han sido engañados de forma que violan los convenios colectivos. Según el Sindicato de Servicios Unidos PAM y la Asociación Finlandesa de Hostelería (MaRa), cada vez hay más empresas que operan en el sector turístico del norte de Finlandia que ignoran la legislación laboral y las normas éticas generales del sector. Por ejemplo, PAM afirma que muchos empleados han sido obligados ilegalmente por sus empleadores a participar en sesiones de formación no remuneradas que duran hasta varias semanas, y en algunos casos incluso se les ha cobrado por ellas, según Henna-Kaisa Turpeinen, directora regional del sindicato para el norte de Finlandia. «Sabemos de unos 100 empleados que han participado en sesiones de orientación no remuneradas este otoño. La mayoría son de origen extranjero», afirma Turpeinen.
Añadió que muchos han viajado aquí por cuenta propia desde Europa o Asia y desconocen la legislación laboral finlandesa. Una empleada asiática, por ejemplo, tenía un contrato de trabajo que vencía a mediados de octubre. Sin embargo, le dijeron que debía llegar a Rovaniemi, la capital regional, dos semanas antes para participar en una formación laboral obligatoria. No se le pagaba ningún salario por estas jornadas de orientación; al contrario, a ella y a otros trabajadores temporales de la misma empresa se les descontaba del sueldo por asistir. "En aquel momento, pensé que todos los empleadores aquí actuaban así".
Turpeinen señala que muchos trabajadores planean sus viajes de trabajo a Finlandia ahorrando con meses de antelación. "Muchos empleados han viajado desde muy lejos y esperan que todo esté bien", afirma. "Pero tener que estar sin cobrar durante dos semanas seguidas es un gran shock para muchos". La empleada asiática encontró otro trabajo, pero el sindicato está investigando su caso. Su anterior empleador ha recibido varias advertencias en los últimos años por incumplir los convenios colectivos. "No tienen intención de cumplir la ley". "No se debe estigmatizar a toda la industria turística de Laponia por culpa de empresas como esta", afirma Timo Lappi, director general de MaRa, la patronal del sector hotelero.
El mayor problema son empresas chinas que traen a sus propios trabajadores para facilitar la comunicación con los turistas chinos. "Venden el paquete completo". Las autoridades saben esto, pero el potencial del mercado de turistas chinos es inmenso. Y los que deben controlar esto, miran para otra parte.
Se espera que el turismo, ya un pilar de la economía de la Laponia finlandesa contribuya considerablemente al PIB nacional en los próximos años. Según Oxford Economics, se prevé que el gasto extranjero casi se duplique en la próxima década, alcanzando más de 7000 millones de euros en 2034.
A principios de este año(2025), se realizó una encuesta para medir la opinión de los residentes de Laponia sobre el turismo, un paso importante para reconciliar el turismo con las comunidades locales.
Vivir en un destino turístico puede ser frustrante. Incluso el simple hecho de salir a cenar demuestra el desequilibrio. Muchos restaurantes de hoteles mantienen el mismo menú todo el año, aunque eso no les impide cobrar precios inflados. Estos espacios podrían, y deberían, atender también a quienes no son turistas, ofreciendo experiencias locales de temporada que todos puedan disfrutar (a un precio razonable).
Además de tirar basura en cualquier lado y hay cierto "turismo de borrachera".Tanto adultos y niños piensan que los renos son animales tiernos como lo muestran en la publicidad. En realidad, son manadas semi-domesticadas atacan con sus cornamentas o pueden matar a quien tenga la mala suerte de caer frente a una estampida. Los renos tienen muy mal carácter. Los Sammi tardan años en aprender el oficio de pastoreo.
Mientras el turismo crece, los jóvenes locales se marchan al sur de Finlandia en busca de vidas más dinámicas. Al mismo tiempo, muchos emprendedores del sector turístico de Laponia no son sami; algunos ni siquiera son finlandeses.
Los locales quieren un turismo de calidad de todo el año. Algunos eventos combinan a la perfección la cultura sami, la población local y los visitantes: la Copa de Carreras de Renos, el festival de música sami Ijahis Idja o Skábmagovat, y el festival de cine indígena. Son ocasiones perfectas para descubrir tradiciones y ofrecer una ventana al mundo a todo aquel que desee asistir. Pero qué estos eventos no tienen tanto éxito. Quedan en un turismo "cultural-antropológico". Es el tipo experiencia de sumergirse en la cultura Sami. Viven en las casas de los lapones, aprenden algunas nociones del oficio de pastoreo de renos, artesanías, pero gastan poco.
Navidad, Papa Noel ni siquiera son lapones. La navidad vino con el cristianismo y Papa Noel con la publicidad de Coca Cola. La mayoría de los samis no decoran un árbol navideño en sus casas, es una afrenta a la naturaleza cortar un abeto para descartarlo a la basura después, sin darle un propósito justo. Sus celebraciones son en la primavera y el verano donde ofrendan a la naturaleza. Y cada vez más los samis de Laponia (dividida entre Noruega, Suecia, Finlandia y Rusia) que se alejan de las iglesias cristianas y regresan a sus creencias ancestrales similares al sintoísmo japones y practicas chamanistas.
Papá Noel sigue siendo un poderoso símbolo de bondad, generosidad y conexión. Al fin y al cabo, es el embajador global de Laponia. Pero también impulsa el turismo de masas y, a primera vista, no parece alinearse con el tipo de visitante que respeta la naturaleza, la idiosincrasia y las creencias sami.
Pero Papa Noel genera cientos de puestos de trabajo y la mayor parte de los impuestos obtenidos se quedan en la región de Laponia y financian el gigantesco estado de bienestar social.
«Santa es un embajador de buena voluntad, tiempo en familia, esperanza y unión», aunque su actual aspecto se debe a los publicistas de Coca Cola que en lugar de un trineo tirado por huskies o caballos eligió renos el símbolo nacional y la principal fuente de proteínas cárnicas de Finlandia.
Michael Mansilla
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