UY Press - Agencia uruguaya de noticias

12.11.2025

Álvaro Danza, homo hipocrático, grado 5 de la Udelar, con su generosa renuncia a más de medio millón de pesos mensuales ganados por su extenuante dedicación a salvar vidas humanas, cambiándolos por un salario de ciento diez mil pesos como presidente de ASSE, se ha convertido en el mayor ejemplo del servidor público, desprendido y solidario.

Un héroe comunitario, ejemplo de una generación añeja  con pocos casos en la actualidad.  Y por ende el principal adversario de los enemigos de la vida, de la solidaridad y de la entrega incondicional a  una vocación sin ánimo mercantilista. Por ello la oposición multicolor lo eligió blanco principal de sus ataques. Tienen terror que el casi millón y medio de usuarios de la salud publica se beneficien con la gestión de la izquierda uruguaya.

La envidia es  quizás el peor de los 7 pecados capitales. Y lo  que la oposición destila es envidia ante el éxito de la tarea de Danza, comparado con el fracaso de Cipriani el representante de Lacalle Pou en la presidencia de ASSE.
En los escasos 7 meses de gestión, facilitó el acceso a los medicamentos, redujo los tiempos de espera, profundizó la descentralización y controló las oscuras tercerizaciones.

La oposición a este gobierno no se lo perdonó.

Un abismo compara su gestión con la del gobierno de Lacalle Pou, donde su representante, el Presidente de ASSE , Leonardo Cipriani, no hizo nada por la ausencia de medicamentos ni por los extenuantes tiempos de espera.  Período donde campearon los multiempleos médicos, sin renuncia alguna.

Y lo que es peor, Cipriani el representante de Lacalle, renunció a la dirección del Círculo Católico para ejercer la presidencia de ASSE, donde se dedicó a beneficiar a su ex institución con sumas millonarias creando tercerizaciones, que incluso discriminaron al Casmu y evitaron que un importante bien de Casa de Galicia en lugar de pasar a la salud pública pasara a manos de la institución privada que él había dirigido. Con el agravante de que después de su gestión en ASSE fuera designado como gerente del Círculo Católico como premio a sus dádivas. Su escandalosa gestión abrió una investigación administrativa que pueden concluir en  el fuero penal.

De eso nada dice la cerril oposición, ensañada con un héroe social como Álvaro Danza a quien se le debería honrar con la condecoración de ciudadano ilustre de Montevideo.

Federico Fasano Mertens