Cargos y cuadros. Esteban Valenti

25.08.2025

Para hacer política, para gobernar a nivel local o nacional, para actual en el movimiento social, sindical, estudiantil hay una condición indispensable: tener cuadros, que llenen los diferentes cargos, que son de muy diferente nivel e importancia.

El cambio más violento y radical en ese proceso obligatorio, es cuando hay que pasar de ser cuadros políticos a ser cuadros de gobierno. Exigencias en las capacidades, las relaciones, el enfoque y el conocimiento y la formación.

No es cierto que una ama de casa por ser progresista es capaz de gestionar la economía de un país, ni en medio de una crisis o de la abundancia. Lo aprendimos a lo largo de 30 años de gobiernos en Montevideo y 15 años y casi 6 meses de gobierno nacional.

Y no entenderlo, no tener sentido crítico puede comprometer seriamente la acumulación de fuerzas sociales, electorales, políticas y emocionales de una fuerza de izquierda. Sobre todo de izquierda, aunque todos los partidos tienen altas exigencias. A mi me interesa analizar nuestra experiencia.

Voy a decir cosas incómodas, pero no quiero caerle simpático a nadie, mi prioridad es clara y absoluta: los intereses populares, los resultados de una gestión para la república y de esa manera para el Frente Amplio, una fuerza de izquierda.

Tener un programa discutido y elaborado por amplios sectores en un debate interno, con mucha participación y recogiendo la experiencia acumulada y el aporte de muchas ideas y negociando las diferencias y los acuerdos, NO ES SUFICIENTE. NUNCA.

Del nivel programático, que a su vez tiene una base ideológica diversa y plural, obligatoriamente para gobernar se pasa a los cuadros, los dirigentes a cargo de las diferentes funciones. Es inexorable.

Con un agregado, no se trata de administradores, de expertos técnicos, esos son factores importantes, pero lo fundamental es hacer política, siempre, desde el Presidente hasta cada uno de los ministros y sus equipos principales, o los intendentes.

La experiencia en ese sentido en Uruguay es abundante, duró varios años y permite recoger muchas enseñanzas valiosas, para ahora y para mañana.

Hay una deformación muy peligrosa, que el cargo supere totalmente el valor del cuadro político y su formación y su visión política y técnica. No son contradictorias, pero hay cargos tan específicos, donde la sutil y compleja relación entre política y gestión es fundamental.

Para ello hay que saber elegir, el reparto de cargos por listas o grupos, es parte de la propia existencia del FA, lo mismo la búsqueda de la paridad de género o el sentido de la descentralización nacional.

Pero hay errores que se pagan muy caros y sobre los que nadie quiere hablar. Si para cumplir esos equilibrios se sacrifican las capacidades políticas y profesionales o de conocimiento para ocupar los cargos, no hay justificación posible.

No todos los cargos se pueden incluir en esos equilibrios, hay que asumir críticamente que se necesitan cargos capacitados por encima de todo.

Cuando se realice un balance de los ministerios, de cargos principales de esos ministerios, no alcanzará, no será suficiente explicarlo todo por los equilibrios requeridos, entre los grupos, entre los sexos o incluso entre generaciones.

En un año entero de gobierno, se pueden tener los elementos para analizar el comportamiento político, en la gestión, en la iniciativa, en la inteligencia, en el esfuerzo y también lo contrario, las incapacidades. No es un pecado mortal no haber estado preparado para las diversas funciones, si es un pecado mortal, insistir y hacerle pagar al país, al gobierno y obviamente al Frente Amplio las consecuencias de esas incapacidades.

No estoy haciendo un ejercicio de especulaciones, sino analizando un método, un criterio político que considero fundamental. La comodidad no es una virtud que resuelva problemas en un gobierno de izquierda. Se paga muy cara y vaya si nos sucedió.

El primer precio muy salado, es que lentamente los cargos, los sillones se sitúan por encima de los objetivos fundamentales de un gobierno de izquierda y de un frente de izquierda.

El segundo precio, tan salado como el anterior, es que la ciudadanía el pueblo trabajador, estudiante, investigador, educador, emprendedor, servidor público, profesional lo percibe. Hoy más que antes.

No hay palabras que resuelvan esos retardos y errores.

Las consecuencias saltan a la vista y los adversarios feroces se encargan de señalarlo en forma permanente.

Incluso hay herencias dejadas por la derecha, que buscaron y buscan que tropecemos violenta y reiteradamente con esas piedras.

Voy a tomar dos ejemplos, el Puerto de Montevideo y su terminal de contenedores, reclama una intervención de todas las autoridades muy enérgica. No es algo más, es uno de los corazones del país productivo. Y no podremos aguantar otros 54 años de este desmadre belga. Y el simple paso del tiempo no resolverá el problema. Toda la cadena hay que tensarla para salir de ese brete brutal.

Lo mismo sucede con la construcción de las dos OPV, las patrulleras navales, es una bomba de tiempo dejada por el anterior gobierno para que nos explote abajo nuestro. Y van a hacer mucho ruido, con 42.7 millones de euros menos los gastos de "representación" que no podemos calcular, no se puede construir una de esas naves, de las cuales ni siquiera tenemos los planos definitivos. Se va a paralizar todo el proyecto, o vamos que tener que pagar a un astillero totalmente inexperto mucho más dinero. No hay que ser ningún genio ni estratega naval, con pocos dedos de frente alcanza.

Es obvio que nadie nace sabiendo, que el aprendizaje al frente de cargos muy importantes es fundamental, pero hay declaraciones, posturas, actitudes, que no muestran en absoluto la actitud de aprender, de tener una visión crítica y de asumir el liderazgo necesario.

Vamos por la mitad del periodo de un año, porque los uruguayos somos generosos y pacientes, pero eso no puede representar la indicación que todo debe ser inmutable. Necesitamos una gran atención del gobierno, del Frente Amplio sobre estos dos problemas, y otros que están surgiendo.

La ofensiva de la derecha sobre Colonización es la demostración más clara que para ellos esa es una frontera, pueden utilizarla para enriquecerse y hacerse colonos a gusto y gana, pero nunca para una política de izquierda hacia el campo, hacia los pequeños y medianos productores. Por eso interpelan furiosos.

Que interpele García sobre este tema, ahora que perdió un gran protector de la Lista 40 como Pablo Carrasco. Además de compañero de viajes.

También podríamos interpelar nosotros por el tema del puerto y su entrega "no gratuita" por 60 años. Y sacar a relucir, por ejemplo, los juicios que tiene el dueño de Katpen Natie en Bélgica, o la pérdida del 20% de la llegada de naves de importantes compañías navieras a Montevideo y además el juicio de Montecon, contra el estado uruguayo. Otro regalito.

Eso también templa los cuadros, las batallas, las iniciativas, la audacia y no quedarse a cuidar la paz de los contratos, ilícitos y pésimos para el país y los sillones.

Esteban Valenti
2025-08-25T08:24:00

Esteban Valenti.

Trabajador del vidrio, cooperativista, militante político, periodista, escritor, director de Bitácora (www.suplementobitacora.net) y Uypress (www.uypress.net), columnista en el portal de información Meer (www.meer.com/es) y de Other News (www.other-news.info/noticias).