La necesidad en determinar la dotación de personal mínima para una atención segura

Carlos Vivas; Homero Bagnulo

19.09.2018

¿Cuántos médicos se necesitan para atender los pacientes internados en un servicio de medicina de 20 camas?  ¿Y cuánto personal de enfermería? ¿El mismo número será suficiente para un servicio de cirugía con igual número de camas?.¿La dotación durante los días de la semana, debe ser igual, mayor o menor que en los fines de semana y feriados? ¿Debe variar de acuerdo a las distintas épocas del año?

Iguales preguntas caben en relación a personal de servicio, fisioterapeutas, técnicos radiólogos y demás  que se desempeñan en los hospitales. Llamativamente estas preguntas no se han buscado responder en la mayor parte de los medios, y para la mayor parte de las situaciones. Escapan a esta situación las unidades de cuidado intensivo, tanto de adultos como pediátricas o neonatológicas, las que, desde su creación han buscado aproximarse a definiciones en cuanto a dotación mínima de médicos, licenciadas de enfermería y demás personal que se desempeña en las mismas. Para un observador externo con formación en diseño de organizaciones esto seguramente le parezca asombroso.

Las autoridades que han gobernado los sistemas sanitarios han estado llamativamente ausentes en la discusión de los recursos humanos mínimos necesarios para la cobertura de  la atención medica en sus distintas formas: emergencia, salas de internación de diferentes especialidades, etc. Por supuesto estas ausencias en la configuración del cuidado, afecta la seguridad de los pacientes y permite una amplia variabilidad entre distintas instituciones, públicas y privadas. Son escasas las instituciones que han adoptado normativas sobre las necesidades de personal y claramente se ha regulado en mucha mayor medida las necesidades indispensables de enfermería en relación a la dotación médica. De las primeras decisiones al respecto fue adoptada por el Gobernador Schwarzenegger hace ya más de 20 años para el estado de California, donde se determinó que era necesaria al menos una Licenciada de Enfermería cada 6 pacientes en las salas de internación. Al poco tiempo esa relación descendió a una Licenciada cada 5 pacientes.  Por lo anteriormente reseñado, es de enorme trascendencia la publicación el 13 de julio de la "Guía sobre un staffing médico seguro". Esta fue aprobada por el Royal College of Physicians, constituyendo así, la primera recomendación de una organización ampliamente reconocida  sobre el tema.  La elaboración, llevada a cabo por 23 expertos,  llevó más de dos años, y constituye un avance que podrá ser modificado de acuerdo a la experiencia que se desarrolle en los próximos años.

Estas recomendaciones se centran en el número mínimo necesario para cubrir diferentes servicios: 1)- de evaluación y admisión, o sea pacientes que se presentan con una afección aguda y que deben ser ingresados,2)- de  salas de internación con estadías promedios cortas 3)- médicos de retén para cubrir situaciones de pacientes ingresados. A su vez se evalúa la necesidad de médicos de acuerdo a 3 niveles , que podríamos trasladar en nuestra realidad similares a residentes, médicos de sala y consultantes o jefaturas.  También adecúan las necesidades de acuerdo a la cobertura en los días de semana o en los fines de semana. E incluso para el caso de los retenes se considera el tamaño de los hospitales a cubrir.

Hay una especial recomendación en lo relativo a tener en cuenta las coberturas de licencias ya sean estas ordinarias, por estudio o por enfermedad, debiendo planificarse en la medida de lo posible estas situaciones, ya que los números que se analizan constituyen el mínimo y no se estiman  los que serian considerados  ideales. Constituyen cifras indicativas que deberán ser validadas por las instituciones, determinando si a partir de ellas mejora la seguridad de las prestaciones que se brinden. Posiblemente algunas instituciones estén  gravemente infradotadas en cuanto a personal , lo que puede afectar sus costos, por lo que será necesario demostrar mediante diversos indicadores, la mejora en la gestión sanitaria y por tanto una abatimiento de otros costos  vinculados a los resultados de la atención, como ser, disminución en las demandas, en los eventos adversos, acortamiento de las estancias, etc.

Por otra parte parece necesario que el público conozca la dotación de personal que las distintas instituciones cuentan, a los efectos de toma de decisiones en cuanto a las internaciones y a la realización de procedimientos.

Los sistemas sanitarios deben hallar formas de brindar una mayor seguridad en las prestaciones. Para esto regular, tanto la disponibilidad de personal adecuado, así como su formación, es una tarea de enorme impacto. Resultan llamativas las ausencias regulatorias en amplios campos del desempeño sanitario. Además de mejorar la calidad y la seguridad de las prestaciones, recomendaciones de esta naturaleza y  la consiguiente comparación en el cumplimiento por parte de distintos efectores, puede permitir que  la población decida con un mayor  fundamento donde recibirá  su asistencia. Es imprescindible que en nuestro medio, el Sistema Nacional Integrado de Salud, regule las dotaciones de personal  necesario , tanto sea médicos, Licenciadas de Enfermería, Auxiliares, Técnicos en diferentes áreas, etc.  No parece racional discutir la creación de cargos de alta dedicación, sin haber determinado la cantidad imprescindible de horas de cobertura que se requieren en las distintas especialidades.

Para avanzar en recomendaciones a nivel nacional será necesario la amplia participación de las autoridades sanitarias nacionales , de las instituciones tanto públicas como privadas,de las sociedades científicas y  los distintos gremios y también del Ministerio de Trabajo ya  que distintos convenios han recogido algunas normativas que posiblemente necesiten ser modificadas.

Homero Bagnulo y Carlos Vivas
2018-09-19T09:15:00

Dres. Homero Bagnulo; Carlos Vivas