China-CELAC: madurez estratégica y agenda común. Federico Rodríguez Aguiar
04.06.2025
La IV Cumbre del Foro China-CELAC, celebrada en Mayo en Beijing, reafirmó el fortalecimiento del vínculo entre China y los países de América Latina y el Caribe. El encuentro consolidó el diálogo político de alto nivel y delineó una hoja de ruta ambiciosa en áreas clave como infraestructura, energía, comercio, tecnología y relaciones humanas.
Uno de los anuncios más relevantes fue la creación de una nueva línea de crédito por parte del gobierno chino, por un monto equivalente a 10.000 millones de dólares. Estos fondos estarán destinados a proyectos de desarrollo sostenible en la región, priorizando iniciativas de infraestructura, transición energética y cooperación tecnológica. El presidente Xi Jinping señaló que este respaldo "forma parte del compromiso con el desarrollo común y el respeto mutuo entre socios del Sur Global".
En materia comercial, se confirmó una tendencia ascendente: el volumen de intercambio entre China y América Latina superó los 500.000 millones de dólares en 2024. Las proyecciones conjuntas apuntan a elevar esa cifra a 750.000 millones para 2035. Brasil y México encabezan la lista de socios comerciales, seguidos por Chile, Perú y Argentina. No obstante, países como Uruguay, Colombia y República Dominicana buscan posicionarse con mayor fuerza en este escenario de oportunidades.
El presidente Gustavo Petro afirmó que la decisión de integrarse a la iniciativa de la Franja y la Ruta "abre una puerta concreta a la transición energética y al fortalecimiento de las infraestructuras sostenibles en Colombia".
En paralelo, se destacó el avance de obras emblemáticas, como la inversión en el puerto de Chancay, en Perú, considerado un nodo estratégico de conexión intercontinental.
El presidente Luis Ignacio Lula da Silva sostuvo que "la región debe ser ejemplo de desarrollo sostenible y paz, sin subordinación a intereses externos".
El eje energético también ocupó un lugar central. Los participantes coincidieron en la necesidad de impulsar una integración regional basada en fuentes renovables. En ese marco, se discutieron proyectos de interconexión eléctrica, movilidad sustentable y almacenamiento energético, áreas en las que China ya tiene presencia significativa.
Xi Jinping reafirmó el compromiso de su país en "promover una transición energética que beneficie a todos, con transferencia de conocimiento y respeto por las prioridades locales".
En tecnología, la cooperación se expandió hacia la inteligencia artificial, redes 5G y ciberseguridad. China manifestó disposición a compartir capacidades y enfrentar en conjunto los desafíos digitales. El presidente de Chile, Gabriel Boric, expresó que "la innovación debe estar al servicio del desarrollo inclusivo y del fortalecimiento de las democracias".
Otro aspecto destacado fue el impulso a los vínculos humanos. China anunció una política de exención de visas para ciudadanos de Brasil, Argentina, Chile, Perú y Uruguay, con el objetivo de facilitar los viajes, promover el turismo y fortalecer los intercambios académicos y diplomáticos. La medida fue celebrada por los gobiernos de la región como un paso hacia una integración más tangible y duradera.
El canciller Mario Lubetkin representó a Uruguay en el encuentro, donde reafirmó la vocación integradora del país y su compromiso con la paz. "Uruguay aspira a ser un facilitador y actor en los procesos de integración", señaló, al tiempo que destacó el perfil pacifista que ha caracterizado históricamente a la nación.
A lo largo del encuentro se reiteró la importancia de avanzar hacia una relación más equilibrada, con mayor valor agregado, menos dependencia de materias primas y un impulso decidido a las industrias del conocimiento.
La declaración final reafirmó el compromiso con el multilateralismo, la cooperación Sur-Sur y la soberanía regional. Se acordó fortalecer el diálogo político, ampliar la formación técnica y científica, y trabajar una agenda común frente a desafíos globales como el cambio climático, la seguridad alimentaria y la transformación digital.
Pero más allá de los acuerdos económicos y de infraestructura, la Cumbre dejó en evidencia algo más profundo: el valor estratégico de la cooperación internacional.
Este foro fue el espacio ideal para reivindicar una idea esencial: que la interrelación entre los pueblos, más allá de los gobiernos, es un pilar fundamental para construir un orden internacional más pacífico e inclusivo. Las redes de intercambio académico, los vínculos entre ciudades, los proyectos culturales compartidos y la movilidad de estudiantes y trabajadores son formas concretas de cooperación que fortalecen el tejido humano de las relaciones internacionales.
Como decía el diplomático brasileño Celso Amorim, "la política exterior no es solo cosa de cancilleres: también es cosa de pueblos".
La relación China-CELAC ha ido más allá del pragmatismo económico para abrir espacios de colaboración que involucran a universidades, centros de investigación, empresas tecnológicas, ONGs y comunidades locales. Este entramado multipolar favorece el respeto por las realidades de cada país y contribuye a democratizar los beneficios de la cooperación internacional.
En un mundo interdependiente, las alianzas entre regiones emergentes como América Latina y Asia pueden marcar la diferencia. No solo porque diversifican opciones frente a los tradicionales centros de poder, sino porque promueven un modelo de desarrollo centrado en el respeto mutuo, la complementariedad y la soberanía.
En síntesis, la IV Cumbre consolidó una relación de creciente madurez entre ambas regiones. Los compromisos asumidos reflejan una visión compartida: crecimiento con sostenibilidad, innovación con inclusión y una cooperación internacional que respete la autonomía de cada nación. Y, sobre todo, evidencian que el camino hacia un futuro más justo y equilibrado no pasa únicamente por tratados entre Estados, sino también por la construcción de puentes entre las personas.
Federico Rodríguez Aguiar. Analista en Marketing, egresado de la Universidad ORT-Uruguay, con sólida formación en estrategias comerciales y desarrollo económico. Su trayectoria académica está complementada por diversas certificaciones y cursos internacionales en áreas clave como la gestión pública, cooperación internacional, y liderazgo.
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