Ciudadanía en transformación. Federico Rodríguez Aguiar
22.08.2025
La ciudadanía en América Latina y el Caribe está atravesando un momento de redefinición. Durante décadas se vinculó de manera rígida a la nacionalidad o al documento de identidad; hoy se entiende cada vez más como un proceso en permanente evolución.
Más que un estatus fijo, se configura como un ejercicio activo que se alimenta de la participación, del sentido de comunidad y de la capacidad de generar vínculos más allá de las fronteras.
Esta mirada renovada surge en un contexto regional marcado por múltiples trayectorias de vida. Los desplazamientos, las interacciones interculturales y las nuevas formas de organización social cuestionan la idea de que la pertenencia se limite al origen o a la residencia legal. La ciudadanía se resignifica cuando se vive y se comparte en lo cotidiano, en la escuela, en el barrio o en el lugar de trabajo. Desde esta perspectiva, la condición ciudadana no se porta únicamente en el bolsillo: se construye en la práctica diaria.
En los últimos años, distintos gobiernos han impulsado marcos normativos y programas de inclusión orientados a reconocer esa diversidad de experiencias. Más allá de habilitar documentos o permisos, estas iniciativas buscan garantizar derechos y abrir espacios de participación efectiva en la vida social, cultural y política. El especialista Thomas Faist lo resume al señalar que la ciudadanía se ejerce de manera simultánea en varios planos: el legal, el social y el cultural.
Los beneficios de este enfoque no se limitan a las personas directamente involucradas. Las comunidades de acogida también se transforman cuando incorporan nuevas perspectivas y saberes. En distintas ciudades de la región se observan ejemplos de cómo la interacción entre grupos diversos favorece la innovación cultural, estimula la creatividad colectiva y fortalece la cohesión comunitaria.
Un aspecto fundamental en este proceso es el rol de los medios de comunicación y de las organizaciones civiles. La forma en que se narran las historias de quienes llegan a un nuevo lugar puede reforzar estigmas o, por el contrario, abrir puertas de reconocimiento y empatía.
Hablar de ciudadanía en transformación implica reconocer que la pertenencia ya no se define únicamente por el origen, sino por la posibilidad de compartir un horizonte común. Más que preguntar "¿a qué lugar pertenecemos?", la clave es pensar "¿qué vínculos y proyectos podemos construir juntos?". Esa es la base de una ciudadanía inclusiva y renovada para el futuro de la región.
Federico Rodríguez Aguiar. Analista en Marketing, egresado de la Universidad ORT-Uruguay, con sólida formación en estrategias comerciales y desarrollo económico. Su trayectoria académica está complementada por diversas certificaciones y cursos internacionales en áreas clave como la gestión pública, cooperación internacional, y liderazgo.
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