Clase magistral en el Museo del Fútbol. Marcelo Marchese
22.11.2025
De manera unánime la prensa te dice que desde la Copa América Uruguay es un desastre y que sólo ganó tres partidos, empató dos y perdió tres, pero no te dicen que desde que está Bielsa, Uruguay ganó catorce partidos, empató once y perdió siete.
Tampoco te dicen que a Bielsa lo suspendieron en un partido de la Copa América por entrar tarde, cuando en realidad entró en hora y antes que el rival, un rival que entrando más tarde, no fue amonestado, y tampoco te dicen que nos suspendieron varios titulares por una cantidad de partidos tras esa Copa América.
Jamás se había visto que un jugador clave de la selección hiciera una crítica pública al seleccionador acerca del trato humano. Es insólito, ya que el criterio básico en el fútbol y en la familia, es que las cosas se resuelven puertas adentro. Es un código aceptado por todos y de tal manera, que cuando dos rivales se pelean, luego dicen: "son cosas que quedan dentro de la cancha"
Lucas Torreira, que no es considerado para la selección pues en su lugar están Valverde y Bentancur, escribe en día clave un texto atacando a Bielsa. En realidad, ese texto, redactado con ayuda de la IA, no fue escrito por Torreira, ya que los jugadores de alto nivel tienen agentes publicitarios que les manejan las redes. El hecho es que los que manipulan a Suárez, manipulan a Torreira.
¿Manipulan a tipos que ganan millones de dólares? Por supuesto, y también manipulan a Messi y Cristiano. Estos manipuladores no precisan contar su dinero.
El País entero sabe que los medios de comunicación trabajan para el poder porque el poder es el mismísimo dueño de los medios de comunicación, y es el poder el que quiere voltear a Bielsa, ya que Bielsa, un ser de otro tiempo dotado de una ética inconmovible, en cada una de sus conferencias de prensa desafía al poder.
Fijate si ves alguna figura pública, sea en la política, el arte o el fútbol, que desafíe al poder y a sus medios de comunicación como hace Bielsa. No sólo los desafía: les corta el chorro al separar los almuerzos del equipo con el personal del Complejo Celeste, que es quien pasa la data a los medios.
Y fijate quién, tras una goleada, llama por sí mismo a una conferencia de prensa y se expone a los perros guardianes del poder. Llamó a la conferencia, los demolió con gran altura y eligió el lugar de la batalla: El Museo del Fútbol. Hizo bien Bielsa, pues ese museo guarda retazos de nuestra historia, el fútbol que fue y que quieren destruir.
Finalizada la conferencia, caminando por los pasillos, más de uno debe haber pensado que fue por lana y salió trasquilado. No conviene acudir a lugares sagrados a llevar a cabo sacrilegios.
Marcelo Marchese
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias