Comunicando desde la Torre Ejecutiva. Fernando Gil Díaz

02.06.2025

A pocos días de cumplirse los primeros 100 días del cuarto período frenteamplista, la comunicación oficial está en el centro de la agenda y no precisamente por su eficacia. Decenas de periodistas que pasaron a cumplir funciones para el Poder Ejecutivo no han dado el resultado que en principio esperábamos y, en cambio, se ha padecido de cierto estancamiento de la información oficial en lo que a gestión propiamente se refiere.

Lamentablemente, la agenda la marcaron las renuncias de autoridades que no llegaron a calentar el sillón de sus despachos y no lo que hicieron o dejaron de hacer. Ni el presidente Orsi se salva, quien se ha visto abrumado por ruedas de prensa desordenadas que no apuntan a informar sobre la gestión propiamente dicha.

En el año 2010, gobierno de José "Pepe" Mujica, los comunicadores de todos los ministerios fuimos convocados a Torre Ejecutiva por quienes dirigían la Secretaría de Comunicación Institucional de Presidencia de la Repùblica (Gonzalo Carámbula y Néstor "Neco" Delgado, ambos ya fallecidos). La intención era la de coordinar la comunicación oficial en lo referente a la gestión de cada una de las Secretarías de Estado. Un cúmulo de información relevante para la ciudadanía que debía imponer la agenda en lo que se entendía como un derecho principal del ciudadano en conocer en qué se gastan los dineros públicos y, también, en la difusión de los derechos que ostenta cada habitante del país (nacionales y extranjeros).

Una inciativa que nos tuvo concentrados en compartir información y formas de trabajo que cada inciso llevaba adelante y que se tenía intención en volcar a un sitio común desde el cual se difundiera a todos sin restricciones. Tras varias convocatorias, las lamentables partidas de ambos titulares de la SCI de Presidencia fue dejando huérfana a aquella idea y cada ministerio gestionó su comunicación de forma individual. Pero las coordinaciones no faltaron y algo se pudo avanzar en tal sentido. 

Hoy, tras el impasse multicolor (que apuntó por la información pública desde las cuentas personales de los titulares de las carteras como novedad, y de acertadas conferencias de prensa del presidente), es imperioso retomar aquel rumbo y pensar en una coordinación que supere toda barrera y que la información veraz llegue al ciudadano.

Son tiempos de redes sociales que adelantan la información y, muchas veces, la deforman también. Por eso, es medular que exista una comunicación oficial fuerte y sólida, que no deje lugar a dudas y que tenga la suficiente valentía para reconocer cuando se equivoca. Porque del error también se aprende y se dignifica la información que recupera la credibilidad cuando reconoce el yerro.

La información oficial tiene que ser clara y metódica. Como una gota de agua que no deje de fluir nunca y que esté siempre, cambiando el ritmo sí, pero sin dejar de informar. Hasta en las peores crisis el silencio no es recomendable nunca, pues da lugar a la desinformación. Es necesario, (y hasta una obligación), que exista siempre un canal oficial que brinde detalles relevantes que eviten cualquier desvío y mantenga a la población informada.

Si algo hizo bien el anterior gobierno cuando la crisis sanitaria del covid 19, fueron las conferencias de prensa, porque allí concentró toda la información y evitó que la población entrara en pánico, contando -por supuesto- con el invalorable aporte científico del grupo asesor honorario (GACH).

Claro que tuvo su sesgo político con la intencionalidad de generar consenso en la ciudadanía anunciando medidas urgentes, necesarias y aceptadas por todos. Pero así como valieron esas conferencias para anunciar lo bueno y lo imprescindible, no tuvo el mismo valor cuando arreciaron las muertes y no se apeló a informar sobre ese punto negativo de la gestión. Me refiero a las "muertes evitables" de las que habló el propio ministro de salud de la época. Allí ganó el silencio en plena crisis y la ciudadanía no lo olvida.

Hay que conferenciar

Salvando las distancias con aquel tiempo triste, se debe rescatar lo bueno de aquellas conferencias de prensa porque eran el único ámbito desde el que se informaba lo que el gobierno quería anunciar. Los espacios para las preguntas estaban acotados a la centralidad del tema y no había mucho lugar para la dispersión informativa.

Muchos criticamos aquella forma de informar porque se notaba el sesgo de las pocas preguntas que se permitían, pero tuvieron la habilidad de concentrar la información en lo que se quería informar y ese es un punto a favor. 

Hoy vemos que el presidente Orsi sale en ruedas de prensa donde se le interroga de muchos temas, que van desde las renuncias que acumula su gobierno en este primer trimestre hasta la situación de Gaza, en una especie de ping-pong que lo desacomoda y desordena. Por tal razón entiendo que no hay mejor forma que la de las conferencias de prensa, concentrando allí lo que se quiera informar y dejar un espacio para preguntas al final donde pueda ceder a otros interlocutores específicos la respuesta. No es buena cosa tener que salir a cada rato porque distrae de la gestión y no se enfoca la información en otra cosa que no sea aquello que hace ruido mediático, aunque aporte poco y nada a la gente de a pie.

Es tiempo de asumir la iniciativa comunicacional, tenemos la mejor pantalla que es la gestión de gobierno, donde hay mucho para informarle a la sociedad uruguaya sobre una administración que pretende ser mejor que las anteriores y que tenga a la gente como centro.

Una activa usuaria de la red social X, posteó que en los primeros 80 días de gobierno, "volvieron los medicamentos a las policlínicas y hospitales; hay hora para los pediatras; se arregló la deuda con el Ferrocarril Central", y le llovieron críticas sobre la "tibieza" de un gobierno que no hace cacería de brujas, entre otras consideraciones. 

Es cierto, esperábamos otras respuestas, quizás con la misma prepotencia multicolor que sufrimos en los pasados 5 años. Salvo que no reparan en una cosa importante y es que no logramos la mayoría en diputados y salir a confrontar con todo y contra todo puede derribar los puentes que aseguren la gobernabilidad que necesita el Uruguay para salir adelante, gobierne quien gobierne. Tengo claro aquello que decía el Che, de que "hay que endurecerse sin perder jamás la ternura", tanto como que hay un tiempo para decir y actuar en consecuencia con lo que se dice.

Como también tengo claro que así como condenamos los secuestros de israelíes a manos del grupo terrorista de Hamás, tenemos que condenar el tremendo genocidio que sufre el pueblo palestino por estas horas. Lo cortés no quita lo valiente, es hora de detener semejante masacre.

¿Periodista militante?

Los que así califican a los que pasaron a cumplir funciones para el gobierno frenteamplista se olvidan que no se deja de ser periodista nunca. No logran discernir el papel del comunicador que pase al otro lado del mostrador para profesionalizar la difusión de lo que tiene la obligación de dar a conocer el gobierno: su gestión. Porque el derecho a estar informado lo tiene el contribuyente, ese que con sus impuestos solventa las arcas del Estado. No se trata de comprar opiniones, salvo que aprueben aquello de "cree el ladrón que son todos de su misma condición".

Cada uno de los profesionales que asumieron responsabilidades lo harán conforme a su especialidad y poniendo su conocimiento al servicio de la información oficial, esa que merece ser difundida con profesional criterio. En ese sentido, me permito repetir conceptos de una columna del año 2020, sobre comunicación oficial:

Algunos periodistas descansan en la frase de que por un lado la prensa y por el otro la comunicación oficial, como si ambos no pudieran compartir espacios u objetivos. Como si uno y otro persiguieran siempre intereses contrarios. Es sabido el control que puede ejercer (y de hecho ejercen) los periodistas, forzando investigaciones de casos que de otra forma permanecerían ocultos. Ese concepto de cuarto poder que ostentan las imprentas, las cámaras de fotos y la televisión, no deja de ser una verdad a veces, mas no es la única.

Existe una comunicación oficial veraz, cierta y socia de la prensa. Esa que los necesita inevitablemente para hacer de sus informes una noticia que sirva para nutrir a la ciudadanía toda, que de otra forma no se entera de los derechos que tiene o de los beneficios que le da el vivir en sociedad.

Generar canales de comunicación oficiales no es un derecho sino una obligación del gestor público, ese al que le pagamos con nuestros impuestos y al que reclamamos probidad y competencia para el ejercicio de la función. No se trata de utilizar esos espacios de poder público para promocionarse sino para que ejerzan el mandato conferido por la ciudadanía de gestionar los recursos de todos de la mejor forma posible.*

En este período veo con beneplácito que se hayan potenciado los equipos de comunicación de las diferentes carteras ministeriales, y que quienes asumieron pongan toda su capacidad en informar sobre nuestros derechos y obligaciones.

Al fin de cuentas, vale más dejar una institucionalidad fuerte y consolidada que llegar a muchos likes o creernos un influencer a costa de la gestión pública.

Ver artículo: La (nueva) comunicación oficial/personal

 

el hombre pedía conferencia, 

el perro quería ladrar una pregunta...

Fernando Gil Díaz
2025-06-02T19:07:00

Fernando Gil Díaz