Con bozal. Danilo Arbilla
01.08.2025
"Yo no le pongo bozal a nadie..." dijo el Presidente Orsi. ¡Qué lindo!; pero el mandatario se refería, concretamente a declaraciones de sus ministros Lubetkin de RREE y Fratti, de Ganadería.
Orsi no se refería a la libertad de expresión de los ciudadanos, que para estos sí no hay ni debería haber bozales "ni órdenes y mandos" desde el poder. Pero, para los funcionarios, a los que le pagamos el sueldo y encomendamos tareas específicas y con facultades excepcionales, sí hay bozales: de tipo institucional, como por ejemplo para los integrantes de la FFAA a quienes se confían las armas de la nación y que están vedados de hacer declaraciones políticas. También tienen limitaciones los embajadores que hablan en nombre del gobierno que representan o los directores de Entes evitando que usen de esa prerrogativa para juntar votos. Tampoco los magistrados pueden hacerlo con riesgo de prejuzgar y ser cuestionados por ello.
Con los ministros pasa y debería pasar lo mismo: hablan en nombre del Poder Ejecutivo, del Presidente. Y la realidad es que ni los propios presidentes pueden decir lo que quieran. Los presidentes hablan en nombre de la nación y cuidado, en una democracia el Ejecutivo es el poder con mayores tentaciones para su abuso.
La gran tentación y nadie esta libre .De ahi que hay ministros que se salen de madre, ceden y se les engola la voz o son de " lengua sobada" como dicen "afuera". De gatillo fácil cuando abren la boca; se marean o puede que lo hagan por orden y con algún fin especifico. Los periodistas no lo hacen ni lo deben hacer pero qué pasa si uno también se sale de madre y dice, por ejemplo, "¿pero vos quién sos?, ya se te 'llenó de papelitos'";" te sacaron de la galera, con qué propósitos"; " ¿sos un cuadro más?"; "como no estuviste en la campaña te trajeron para "ensuciar al gobierno anterior": hasta los pasaportes quisiste endilgarle" y, a los de lengua más sobada: "no saben cómo explicar violaciones a normas y leyes y buscan "enchastrar" a quien se lo advierte: a él. y a la población", "porqué no lo explica o lo desmiente si cabe, en vez de recurrir al "escrache".
Y no vale que el presidente después corrija: durante días se confunde. Aún con excusas claras y publicas, que no vi, por varios días el "objetivo" quedó "escrachado"; pasa si, pero también queda para los interesados en usarlo como hizo el ministro. Orsi ha sido víctima de ese tipo de intentos de escrache y lo sabe. Por minutos o por omisión estuvo de acuerdo con el ministro.
Por muchas décadas no parecía necesario advertir a los presidentes que no pueden decir lo que quieran: se entendía que era incito al cargo. Batlle pidió disculpas, Mujica también. Pero desde hace un medio siglo presidentes progresistas que están por sobre lo jurídico usan sus micrófonos para atacar medios y periodistas -Fidel, Chávez, AMLO, Maduro, Ortega, Correa, los Kirchner (la pareja, aunque "la vieja fuera peor que el tuerto", Mujica dixit) y algunos más- y flagrantemente atentaron y atentan contra la libertad de expresión; han cometido terrorismo verbal de Estado. No muy denunciados, salvo Fujimori en Perú, porque como es sabidos varias "organizaciones" cojean para un solo lado, pero con la aparición de los Milei, los Trump y los Bolsonaro la visión cambió positivamente y ahora esa verborragia presidencial es rechazada y condenada por atacar la libertad de expresión y vale para los de ahora y los de antes y los de siempre.
Danilo Arbilla
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias