Cooperación Internacional. Federico Rodríguez Aguiar

17.04.2025

En 2019, tuve el privilegio de participar en el Seminario para Países en Desarrollo, organizado por el Instituto de Cooperación Sur-Sur en la Universidad de Pekín (PKU).

Los conocimientos compartidos -en su momento- por profesores como Yu Miaojie, Fu Jun, Li Lixing y Huang Yiping marcaron un intenso proceso de aprendizaje.

Una de las experiencias más enriquecedoras fue el intercambio con estudiantes de diversas nacionalidades y la colaboración con los docentes que compartieron no solo su saber, sino también su visión global. Este tipo de interacción no solo favorece la investigación, sino que también facilita la creación de proyectos conjuntos, abriendo espacios para la cooperación, el aprendizaje mutuo y la innovación. Las diferencias culturales, lejos de ser una barrera, se convirtieron en un activo invaluable, enriqueciendo nuestra experiencia compartida y brindándonos una nueva perspectiva sobre cómo enfrentar desafíos comunes.

En este contexto, las alianzas académicas tienen un impacto que va más allá de lo educativo. Representan una oportunidad única para contribuir al desarrollo de soluciones a problemas globales, como el cambio climático, la pobreza y la desigualdad social. Los estudiantes que compartimos esas aulas no solo teníamos la misión de aprender, sino también de generar respuestas colaborativas a los grandes retos que enfrenta el mundo. Cada uno de nosotros, al llegar de diferentes países, portábamos nuestros propios objetivos, a menudo influenciados por la responsabilidad de representar a nuestras naciones. Sin embargo, pronto descubrimos que nuestros ideales se alineaban con los de nuestros compañeros: promover el bienestar social mediante el conocimiento, la innovación y el intercambio de ideas.

Este enfoque cooperativo tiene el enorme potencial de superar las barreras geográficas y culturales. Fuimos capaces de abordar retos globales con claridad, solidaridad y determinación. El entorno académico se convirtió en un espacio ideal para cultivar una mentalidad colaborativa, en la que la diversidad de perspectivas no solo enriquecía nuestro aprendizaje, sino que también nos ayudaba a construir puentes de colaboración a largo plazo entre nuestras instituciones, y por supuesto, entre nuestros países.

Hoy, el impacto de esas alianzas sigue siendo evidente. Profesionales formados en ese entorno académico se encuentran hoy presentes en diversas áreas gubernamentales, organizaciones internacionales, empresas líderes e instituciones educativas de todo el mundo. Lo aprendido en esas aulas sigue multiplicándose cada día, gracias a la red de apoyo mutuo que fuera sembrada en el pasado.

Además, las alianzas académicas dan lugar a proyectos de investigación conjunta, en los que se combinan recursos, experiencias y capacidades para abordar los desafíos más complejos. La movilidad de investigadores entre instituciones contribuye a desarrollar soluciones más inclusivas y abarcativas, cubriendo una gama más amplia de problemas y perspectivas.

El liderazgo institucional, por su parte, desempeña un papel crucial al fomentar la innovación, el intercambio de ideas y la creación de sociedades más inclusivas y sostenibles. Estos principios deben ser la base de cualquier programa de cooperación internacional que aspire a generar un impacto positivo en el mundo.

Fuente: https://www.isscad.pku.edu.cn/

 

Federico Rodríguez Aguiar. Analista en Marketing, egresado de la Universidad ORT-Uruguay, con sólida formación en estrategias comerciales y desarrollo económico. Su trayectoria académica está complementada por diversas certificaciones y cursos internacionales en áreas clave como la gestión pública, cooperación internacional, y liderazgo.

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2025-04-17T09:54:00

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