¿Qué tiene que darle la política a la gente?

Danilo Astori

23.02.2014

Esta es una pregunta que siempre debería estar presente en nuestras vidas como actores políticos . Las posibles respuestas no son obvias, aunque a veces lo parezcan. Más bien constituyen un ingrediente fundamental de nuestra propia definición de la acción política.

Cuando nos equivocamos en las respuestas, estamos contribuyendo a desvalorizarla, consolidando los intereses y las posturas de aquellos que se oponen a los cambios y al progreso de las sociedades.

La gente nos da su confianza, provisoria, pasajera, y con su voto  nos da la posibilidad de acceder a posiciones de gobierno, sea en el Poder Ejecutivo, en el Parlamento o en los ámbitos departamentales y locales.  Nos controla, nos quiere,  nos aborrece o se siente indiferente. Nos mantiene su confianza o nos la quita. ¿Y nosotros? ¿Y los políticos?

Junto a la información y la comunicación sobre nuestras ideas y propuestas, los políticos debemos trabajar  para que la gente pueda acceder a condiciones y situaciones muy reales, concretas, tangibles en relación a sus vidas, sus familias y - en general - el país al que pertenecen y en el que viven. Es lo que los ciudadanos esperan y merecen. Esta  afirmación, mucho más fácil de expresar que de asegurar en la práctica, apunta a la necesidad de que hacer política conduzca a la apertura de oportunidades para que con su propio esfuerzo esos ciudadanos tengan la posibilidad cierta de acceder a una vida mejor.

Así, la política debe asegurar empleo en cantidad y calidad suficientes, retribuciones y condiciones laborales dignas, asignaciones familiares acordes con un sistema de prestaciones sociales que asigne prioridad a los más necesitados y condiciones sólidas de seguridad social para los  jubilados y los pensionistas .

La política debe crear  la confianza , la seguridad y las reglas de juego para que la gente se juegue por el país y - de esta manera -  los propios uruguayos y los extranjeros que quieran invertir en la producción, en la innovación, en la creación, arriesguen y comprometan su esfuerzo asegurando crecimiento, trabajo y prosperidad.

La política debe asegurar que los ingresos familiares crezcan y en particular que la distribución de la riqueza sea cada día más justa, asegurando que  los excluidos y los postergados  puedan integrarse a la sociedad de acuerdo con sus necesidades y sus capacidades.

La política debe asegurar que la gente del campo uruguayo - que tanta importancia ha tenido en nuestra historia económica y social - pueda continuar avanzando en su capacidad productiva y también en sus derechos. La bien llamada revolución silenciosa del campo uruguayo la realizó el sector privado, pero no hubiera sido posible sin las políticas públicas que aseguraron oportunidades para que ese esfuerzo tuviera consecuencias positivas. s

Los políticos debemos construir las condiciones adecuadas para que la educación sea una base fundamental de nuestra sociedad, de su progreso, de su libertad, de su potencial laboral y cultural, y tener la modestia de reconocer todo lo que se ha hecho pero, sobre todo, lo que nos falta por hacer.

Los políticos no debemos hacer demagogia con los problemas de seguridad pública que son graves y preocupan legítimamente a la población, no sólo en Uruguay sino también en otros paises de la región. En cambio, tenemos que ser constantes en la práctica del enfoque integral que incluye la consideración de las condiciones sociales en las que surge y crece el delito, la represión del mismo y la creación de condiciones humanas de reclusión y reinserción social de quienes han incurrido en conductas desviadas. Todo ello demandará volúmenes adecuados de recursos físicos, humanos y financieros.  

Los políticos no tenemos derecho a dedicarnos a explicar los problemas, a justificar los errores y las crisis, y a hacer promesas. No podemos vivir inundando al país con palabras y asfixiándolo con humo. Este querido Uruguay ya no se pregunta sobre su viabilidad como tal. Se plantea hoy grandes exigencias y desafíos en ámbitos estratégicos como los que tienen que ver con su potencial a largo plazo, esto es, cuestiones fundamentales de nuestro proyecto nacional, como la educación, la cultura, la infraestructura física y el ambiente. El país y su gente son conscientes de que para responder a esta gran interpelación sobre el futuro, necesitamos un gobierno  eficiente,  preciso, rápido y oportuno en la toma de decisiones.

En suma, los políticos debemos trasmitir a la gente tranquilidad en cuanto al rumbo del país, y la seguridad que se basa en las indiscutibles capacidades con las que contamos para sostenerlo.

Líber Seregni  decía y repetía que  hay que decir lo que se piensa y hacer lo que se dice.  Esa ha sido siempre una consigna fundamental de nuestra acción política, desde la oposición y en el gobierno. Es un capital que ofrecemos como garantía a nuestros compatriotas.

 

Danilo Astori
2014-02-23T17:41:00

Danilo Astori