Al otro día

Danilo Astori


El lunes 27 de octubre los uruguayos amanecimos con un país bastante distinto al que nos habían anunciado hasta el cansancio nuestros adversarios políticos - sobre todo el bloque de la derecha - los grandes medios de comunicación, la mayoría de las firmas encuestadoras, así como muchos analistas y comentaristas.

Ese país real, el que tenemos hoy, tiene una clara mayoría de votantes de izquierda, mayoría parlamentaria para el Frente Amplio, un enorme apoyo ciudadano a nuestra fórmula y expresa un fuerte respaldo a nuestros dos gobiernos progresistas. Es una sociedad que reafirmó su optimismo y la confianza para alcanzar nuevas metas muy ambiciosas.

No obstante, no podemos, no debemos descansar y contemplar nuestros resultados. Debemos seguir de largo hasta el 30 de noviembre y asegurar otro gobierno, el tercero consecutivo del Frente Amplio, del progresismo. Están dadas las mejores condiciones para triunfar. Pero hay que hacerlo. Para ello tenemos una tarea central, clara y precisa: informar, opinar, colocar los verdaderos dilemas que afronta el país. Como dijo Tabaré, estamos votando a nuestros candidatos a la presidencia y a la vicepresidencia de la República, pero también estamos optando - entre propuestas y proyectos muy diferentes - por aquellos que queremos que constituyan el rumbo y el contenido de las grandes transformaciones nacionales que el país reclama. No se trata, como quiere la derecha, de reducir todo a la cuestión de las mayorías parlamentarias. Se trata, en cambio, de conectar estas definiciones fundamentales a la vida de la gente.

Es que estamos eligiendo cómo viviremos los uruguayos durante los próximos cinco años. La alternativa consiste en si queremos hacerlo creciendo, distribuyendo, avanzando en la justicia social, en las libertades, en los derechos y las obligaciones , en el nivel de los ingresos de las familias en todo el país, o si volveremos al pacto entre blancos y colorados y a políticas que nos llevaron al estancamiento, a la crisis y al fracaso. No de todos, porque aún en las peores situaciones siempre hubo minorías que lograron beneficiarse a costa de las grandes mayorías.


Algunos critican al candidato del Partido Colorado porque se apresuró a brindarle el apoyo al candidato del Partido Nacional. Pero la consideración sobre esta acción desde la perspectiva del cálculo político no puede oscurecer la percepción acerca de los factores de fondo que están en juego y que refieren al predominio de una visión ideológica conservadora que ambos comparten y que se impone al riesgo de lastimar a las colectividades políticas que integran, profundizando las crisis que hoy están sufriendo.

Quiero hoy reiterar un concepto que he planteado en diversas oportunidades: la mayoría de la sociedad uruguaya, esto es, los frenteamplistas, los progresistas, los wilsonistas, los batllistas auténticos, y muchos ciudadanos independientes, queremos más y mejores cambios. Queremos seguir avanzando en la construcción de un país de vanguardia. Y para recorrer este camino, la conducción de Tabaré Vázquez representa certeza y seguridad. Sin embargo, el triunfo obtenido en la memorable jornada del pasado 26 de octubre, así como el que podemos lograr el próximo 30 de noviembre, nos tienen que alejar de la soberbia y obligarnos a tenderle la mano a toda la sociedad, fortaleciendo y ampliando el bloque político y social de las transformaciones.

Ahora, y a partir del 1 de marzo si nos toca gobernar, no debemos olvidar las miles de opiniones que recogimos en todo el país. Los apoyos, que fueron muchos, pero también los reclamos, los enojos, las exigencias de la gente. Exigencias para gobernar mejor y muchas para transformar al Frente Amplio, para adecuarlo a este país muy diferente que construimos entre todos durante los últimos diez años. Es que el Frente Amplio no está a la altura de este nuevo tiempo. Tenemos que aceptarlo y ponernos a trabajar en serio, con sentido unitario y fraterno, pero crítico. Es notorio que en la izquierda uruguaya carecemos aún de una interpretación profunda y rigurosa acerca de los cambios culturales y políticos que se han producido en el Uruguay - especialmente en el Interior - así como las causas que los explican.

A pesar de los vaticinios de algunos analistas en el sentido de que se nos había terminado el tiempo político, el Frente Líber Seregni se ha consolidado como la segunda fuerza del Frente Amplio, conformando en esta oportunidad una bancada de tres senadores y nueve diputados que representan a cinco departamentos. No obstante, los resultados se ubicaron por debajo de nuestras expectativas. Perdimos votos respecto a la elección anterior, particularmente en Montevideo, y crecimos en el Interior. No se puede pedir espíritu crítico a los demás y olvidarlo en casa propia. Con esa actitud examinaremos la votación recibida, reflexionaremos, procuraremos entender las lecciones de esta experiencia y compartiremos con todos las conclusiones a las que arribemos. No es este un tema del poder, sino que constituye una parte del debate ciudadano y frenteamplista.

No se puede ser buen y fraterno compañero mientras enfrentamos a nuestros adversarios y ponernos mezquinos al día siguiente de finalizada la contienda. Tenemos que tener la generosidad de reconocer el aporte de todas las fuerzas políticas nacionales y departamentales y de todos los compañeros con muchos años de militancia en el Frente Amplio. No es ni puede ser un tema de cargos, sino del clima político, cultural y humano para que haya espacio y respeto hacia todos.

Por esta razón, queremos enviar un cálido y afectuoso saludo a todos los compañeros frenteamplistas que hicieron su aporte para alcanzar la gran votación del 26 de octubre. Y con igual sentido unitario les decimos que nuestras prioridades en el futuro son las de concentrarnos en la competencia política e ideológica para asegurar el triunfo el próximo 30 de noviembre, crear las condiciones para que los más capaces ocupen los cargos de nuestro próximo gobierno, planificar y realizar una gran campaña hacia las elecciones municipales de 2015, trabajar intensamente por la democratización del Frente Amplio y la renovación de su estructura totalmente superada, construir espacios para la discusión y la formación que incorporen a nuevos ciudadanos y - desde luego - seguir avanzando en la consolidación del Frente Líber Seregni como fuerza de ideas, de cultura política, de gobierno y de participación unitaria en un Frente Amplio renovado.

Danilo Astori
2014-11-06T12:45:00

Danilo Astori