Demasiados delitos gordos y juntos. Esteban Valenti

01.05.2025

Hastía hablar de estos temas, como en general ser sometido diariamente al parte de guerra de la delincuencia en el Uruguay, pero es la realidad y debemos afrontarla y reflexionar.

No es una suma de casualidades que explotaron en pocos meses, luego de las elecciones nacionales. El caso más resonante es Conexión Ganadera: este es considerado el mayor escándalo financiero de la historia reciente de Uruguay en el sector ganadero. Se estima un balance negativo (pérdidas) de alrededor de 250 millones de dólares, afectando a unos 4.200 ahorristas. La empresa, con 25 años en el mercado, admitió problemas financieros y se investiga como un posible esquema Ponzi y directamente por estafa.

Grupo Larrarte: Otra empresa de inversiones ganaderas que también ha entrado en crisis, con pérdidas que superan los 12 millones de dólares. Su dueño admitió desvío de fondos. Se ha solicitado formalmente la investigación penal y prisión preventiva para sus responsables.

República Ganadera es otra de las empresas de inversión ganadera en Uruguay que se vio envuelta en problemas financieros y generó preocupación entre sus inversores en los últimos meses, también declaró concurso necesario (una figura legal similar a la quiebra) a mediados de marzo de 2025. Generó pérdidas para sus inversores, las estimaciones iniciales sugieren que el impacto económico directo podría ser menor que el de Conexión Ganadera

Caso Campomar en los últimos meses, el caso de Gonzalo "Lechuga" Campomar, un ex jugador de rugby que estafó una suma considerable de dinero a familias de la alta sociedad uruguaya (incluyendo algunas con propiedades en Carrasco) mediante inversiones en criptomonedas, tuvo un gran impacto mediático en noviembre de 2024.

El caso Pérez Marexiano es un escándalo financiero que ha generado gran repercusión, el protagonista es Ignacio González Palombo, un corredor de bolsa que comenzó su actividad en 2019 y se presentaba como representante de la firma Pérez Marexiano Sociedad de Bolsa S.A. Los abogados de las víctimas consideran que es muy difícil que la propia empresa de corredores de bolsa no estuviera informada e involucrada en las maniobras.

Está acusado de estafar a varios inversores, incluyendo a la familia de su esposa. Uno de los casos más notorios involucra a una persona que entregó US$ 350.000 y, al reclamar, se le informó que solo quedaban US$ 635, alegando pérdidas en inversiones no autorizadas.

Todas estas estafas suman a más de 7.000 personas perjudicadas y decenas de actores, de los cuales solo uno está detenido, la cifra final de los desfalcos todavía no se conocen.

¿Qué cosas tienen en común todas estas estafas? Que sus creadores y ejecutores son de la alta sociedad de Montevideo y Florida, que hicieron públicamente manifestaciones a favor de los blancos, antes de explotar los escándalos.

Con estas "casualidades", no deberíamos formularnos una serie de preguntas incomodas:

¿Por qué se explotaron todas casi en simultaneo?

La estructura de las estafas como una pirámide Ponzi, es decir se pagan las deudas con nuevos inversores hasta que se rompe la cadena y se cae toda la estantería. Y una caída arrastra a los demás pues los inversores comienzan a reclamar sus inversiones.

¿Fueron una serie de negocios que salieron mal, aunque comenzaron bien? No, cualquiera entiende que solo era una cuestión de tiempo, ofrecer hasta 10% de interés fijo anual por una inversión ganadera es una estafa desde el primer momento. Un castillo de aire construido sabiendo en el algún momento explotaría. Si tienen dudas, consulten a cualquiera que sepa de cría de ganado. El máximo de una renta ganadera es del 4% en los buenos años.

La estafa con las criptomonedas fue también una construcción elaborada y ejecutada para perjudicar a los inversores. Con fuga final y presiones de parte de "inversores" narcos amenazando a la familia de Campomar.

¿Todos los inversores son honestos ahorristas? Nadie lo cree y además hay pruebas sobradas para saber que hay fondos negros de diferente tipo, que les cuesta mucho demostrar el origen del dinero depositado y sobre todo que hay fondos narcos, que incluyeron amenazas de muerte a las hijas de Gustavo Basso, uno de los dos dueños de Conexión Ganadera. Ese fue el motivo de su suicidio.

¿Todos cumplieron su deber para evitar este tipo de estafas? No, en absoluto, la argumentación que es un negocio entre privados es ridícula. También los bancos privados son negocios entre privados y hay  muchos otros casos. Ni el Banco Central, ni las autoridades encargadas del control y represión del lavado de activos, actuó ni oportunamente ni adecuadamente. Y existen normas para hacerlo.

Solo recordemos que Conexión Ganadera hacía tres años que no presentaba sus balances. Eso también demuestra que los inversores actuaron con mucha despreocupación y las autoridades también. Eso no quiere decir que el país deba hacerse cargo de las estafas.

¿Haría falta reforzar la legislación en este sentido? Si, el control férreo no puede quedar librado a criterio de algunos jerarcas. Debe ser obligatorio y riguroso.

El daño no es solo a los 7.000 inversores de todos los tamaños, sino al país, a su prestigio y a los sistemas honestos y profesionales de ahorro e inversión.

¿Cómo puede explicarse esta serie de ilegalidades e inmoralidades en la actividad privada?

No fue una pandemia, un virus, ni sabemos tampoco sabemos si han caído todos los negocios turbios de este tipo o similares, lo que sin duda fue determinante es el clima en determinados sectores de la sociedad, de que había que hacer dinero, mucho dinero a costa de otros uruguayos o extranjeros y que la estafa tenía un buen balance entre resultados y riegos. Y los afrontaron y ganaron muchas decenas de millones de dólares.

Es muy similar al clima del sistema bancario nacional, los bancos off shore que culminó con la explosión del 2001. El mismo clima inmoral en nichos de la sociedad, siempre de ricos.

Si no analizamos el aspecto moral, el clima delictivo a nivel de los sectores ricos de la sociedad y simplemente lo despachamos con una lectura de las páginas o secciones de crónica roja, este clima delictivo, estas barbaridades volverán a pasar. Veremos cuantos terminan presos y cuanto cuestan estas tremendas estafas.

¿Lo público y lo privado no tienen nada que ver? Casualmente como provienen de los mismos sectores sociales, políticos y culturales, es imposible separar las situaciones. El desfile de inmoralidades en el gobierno, en varias intendencias transmitieron la señal de que se había levantado la barrera y había que aprovechar. Y vaya si lo aprovecharon.

Los negociados públicos y las estafas privadas son hijas de la misma madre inmoral, de la perdida de todo control y de la angurria por enriquecerse.

El mayor intento "cultural" será tapar todo lo más profunda y rápido posible. Cosas que pasan y heridas que el tiempo tiene que curar y miles de personas que perdieron mucho y los uruguayos que perdimos una parte importante de nuestra confianza.

Hay que ser implacables con las denuncias y las consecuencias de este clima de inmoralidad y delincuencia de cuello blanco. Es lo que los blancos llaman "el relato", en realidad "el cuento" es el que le hicieron a mucha gente para robarles mucho dinero. Con la complicidad de ciertos políticos.

No es algo nuevo en nuestro país, hubo un tiempo que la mayor acumulación de ganancia de una parte de la oligarquía uruguaya, eran "las carteras pesadas e incobrables de los bancos públicos y privados". Ahora nadie las menciona, pero cada cinco años, regularmente con capitales públicos se salvaban los negociados de ese sector ultra reducido y muy rico de la sociedad. Era una patología del Uruguay plaza financiera. Todo se cayó en el 2002, pero no pueden vivir sin estafar, y los escándalos ganaderos son una variante para superar las leyes, los controles y enriquecerse a costa de miles de ahorristas o de capitales negros.

Hagamos memoria, repasemos nuestra historia económica sucia de muchas décadas y encontraremos abundantes ejemplos, la diferencia es que ahora las estafas privadas coincidieron con las estafas y la inmoralidad pública. Son hijas del mismo afán de enriquecerse de cualquier manera. A costa del país y de robarse entre ellos mismos.

Esteban Valenti
2025-05-01T06:50:00

Esteban Valenti.

Trabajador del vidrio, cooperativista, militante político, periodista, escritor, director de Bitácora (www.bitacora.com.uy) y Uypress (www.uypress.net), columnista en el portal de información Meer (www.meer.com/es) y de Other News (www.other-news.info/noticias).