Edad y política. Esteban Valenti

24.07.2025

Sobre la edad hay muchos mitos y muchas verdades. Es obvio que la influencia de los años en las diversas funciones humanas influyen en todas las actividades, pero las lecturas superficiales son siempre incorrectas y a veces estúpidas.

Nadie se le ocurre, que excepto excepciones, a los 70 años ciertos deportes no son los más convenientes y no se obtienen resultados adecuados o competitivos, y em muchos juegos sucede lo mismo. Aunque el otro día vi un partido entre las viejas glorias de River Plate y Barcelona y algunos jugadores hicieron maravillas y el partido, que ganó River Plate de Argentina, 2 a 0 fue un verdadero lujo, con jugadores canosos que impresionaban.

Las actividades intelectuales también sufren la influencia del tiempo, pero no es lineal. Es posible que se pierda algo de memoria, pero la experiencia vivida, leída, la sensibilidad que se deriva de lo anterior, hacen que muchas personas mayores tengan especiales aptitudes.

Soy un partidario firme y duro de que hay que renovar los cuadros, que hay que tener una labor y preocupación para formar cuadros, que no implica solamente hacer cursos, atender a su estudio y formación intelectual (imprescindible), es necesario promover la experiencia práctica, una correcta combinación de cuadros de diferentes generaciones y un clima de preocupación y atención de todos para aprovechar las capacidades, los saberes, las experiencias y la voluntad de aprender y superarse. Eso vale en especial en la política, una actividad humana tan compleja y tan llena de obstáculos y tentaciones.

En las redes de manera explícita, en otros niveles de forma implícita y por lo tanto diferente, el tema de la edad juega un papel muy relevante en la selección de los dirigentes políticos y gubernamentales.

Nadie podrá sospechar que escribo esta columna por apetitos personales, no acepté nunca en mis años jóvenes y después tampoco, cargos gubernamentales o legislativos, que son sin duda los más requeridos. Y estoy contento con esa definición.

No es un defecto, es obvio que en una actividad tan competitiva como la política, las ambiciones por los cargos, sean una constante normal y explicables. Como siempre, está el tema del equilibrio y de las ambiciones y sus límites.

En las redes, hay bastante gente que cuando opino, demostrando que no tienen muchos argumentos o luces, me agreden sobre mi edad. Desde hace algunos años, eso se ha hecho enfermizo. Pobres, yo les he contestado qué para evitarles mis sufrimientos, ojalá no tengan que llegar a mi edad y se retiren de la vida mucho antes. No les gusta nada.

Debo admitir que con la cantidad de textos que yo escribo, columnas en Uruguay y en diversos países, libros, mensajes en las redes, no siempre me acuerdo de todos los nombres, pero para eso estaba Google y ahora además está Gemini y otras I.A. muy útiles.

Es posible que esos recursos tecnológicos, disminuyan mi esfuerzo por recordar esos nombres, pero puedo concentrarme en los argumentos y en las reflexiones. Lo confieso.

En materia de cargos, Presidente, Vicepresidente, ministros, senadores, diputados, intendentes, cargos jerárquicos en las intendencias, ediles departamentales, alcaldes, concejales y los innumerables cargos de confianza a todos los niveles, hay diversas opciones, el sexo sin duda en primer lugar, cosa que apoyo con entusiasmo, y luego juega el tema de la edad.

En este aspecto pero también a nivel de la elección por sexo para promover la igualdad hay un delicado y sutil equilibrio: la capacidad, la inteligencia y la experiencia.

No se trata de cortar grueso y a lo bruto, es una de las tareas más difíciles, hay que saber combinar y considerar por lo tanto la experiencia, la inteligencia, la capacidad con el sexo y la edad. Cuando hemos tenido la oportunidad de gobernar durante muchos años, a nivel nacional y departamental ambos elementos son muy importantes.

Obviamente que también importa la confianza política. Importa mucho.

Hay una sabiduría colectiva que no surge solo de ser oposición toda la vida, sino de saber consolidar, hacer colectivos los saberes y las experiencias que debe ser organizadas como un capital político partidario o mejor dicho del FA. Y debe ser transmitido, incluso incorporando experiencias de otras latitudes.

Hoy, las nuevas tecnologías permiten una circulación sistematizada, un intercambio entre los diversos países y departamentos muy fluido y con una buena planificación, produce excelentes resultados.

No se trata solo de estudiar textos, manuales - que deben también incluirse - sino de integrar todas las fuentes posibles de conocimiento, para adelantar más rápido y para sembrar una costumbre cultural de elevarse, de superarse a todos los niveles.

Lo mismo podría decirse dentro de los propios equipos de gobierno, nacionales y departamentales, para el funcionamiento de foros periódicos de intercambios de información necesaria, de ideas y de experiencias. La mejor coordinación es una palanca muy poderosa para mejorar la función y para evitar los errores.

Lo que hay que tener en cuenta que eso permite aprovechar todo el saber acumulado, que no debe acumularse individualmente, debe integrase a los equipos de gobierno.

Eso también sucede con los temas de la comunicación, que es inseparable de la política, está incrustada en el corazón de la política y donde no juega solo la experiencia y el profesionalismo, sino la intuición, las diversas capacidades, en este caso, los jóvenes tienen mucho que aportar por su vida cotidiana y su particular contacto con la comunicación.

Un defecto grave es creer que se puede crear un círculo virtuoso y exclusivo, hay que saber mirar a los adversarios, a los diversos actores sociales: los sindicatos, las asociaciones empresariales y rurales, los intelectuales, la academia como parte de la formación.

Puede parecer que se ocuparía mucho tiempo. No es cierto, bien organizado y con las nuevas tecnologías se pueden lograr ritmos y aportes muy valiosos.

En este plano los veteranos, si trabajan en serio, pueden hacer aportes no solo de los cargos ocupados, sino de su visión crítica de su propia gestión, ni que hablar los académicos, los intelectuales. Cinco años son muchos y requieren una gran tensión y evitar que se desperdicien las diversas vertientes y generaciones.

Un grave error es desplazar a los que tienen más experiencia de toda la compleja labor política y gubernamental. Son un gran capital acumulado.

El peor suicidio, es creerse esa vieja y manoseada idea de que los mayores, cuando les aumenta la edad, les aumenta el conservadurismo. Y a la inversa. Es falso y los ejemplos en nuestros tiempos sobran.

Esteban Valenti
2025-07-24T07:00:00

Esteban Valenti.

Trabajador del vidrio, cooperativista, militante político, periodista, escritor, director de Bitácora (www.bitacora.com.uy) y Uypress (www.uypress.net), columnista en el portal de información Meer (www.meer.com/es) y de Other News (www.other-news.info/noticias).